Ya me estaba olvidando que los precios de 50 productos serían acordados entre el gobierno, el sistema distributivo y el sistema productivo. Pero, la gente se inquieta porque cada día que pasa y al no darse a conocer la lista de los precios acordados de esos 50 rubros, influye en la subida de precios, diariamente o de hora a hora, por los comerciantes inescrupulosos acostumbrados a obtener ganancias exorbitantes, valiéndose del momento político y económico en que se encuentra nuestro país.
Sin embargo, fue hace una semana cuando se hizo un anuncio parcial de que se tenían acordados los precios del Maíz blanco y amarillo, azúcar, café y arroz. Pero parece que hay que definir el precio de los restantes 46 rubros para poder hacer el anuncio completo y oficial a la población. Esto significa que si se aplica una regla de tres y sabiendo que se duró tanto tiempo en acordar el precio de solo 4 rubros, entonces, para 46 rubros se intuye que la lista de los precios acordados podría ser, por lo menos para febrero.
Pienso, que si se hubiese anunciado el precio de los 4 rubros señalados, hubiera servido como ensayo para poner en práctica las estrategias a ejecutar por quienes se encargarían de supervisar y controlar el precio acordado y el nivel de compromiso de los productores y distribuidores en mantener los productos en los estantes de los negocios sin que se produzca, nuevamente, el acaparamiento de los mismos. Igualmente, el precio acordado para tales productos, posiblemente hubiese frenado la tendencia al aumento que hoy tienen esos productos en cuestión. Es decir, si los precios acordados no se dan a conocer próximamente, es probable que cuando lo hagan, ya no serán precios acordados, sino precios recordados.
Es decir, el retardo en la discusión de esos precios, después de varios días, puede traer olvido y el hecho de que no se lleguen a acuerdos, siempre hará que solo vivamos recordando cada precio viejo en la medida en que no se llega a ningún acuerdo, mientras los productos siguen subiendo desmesuradamente y aun no se acuerda nada. (Este párrafo, se puede leer a lo Cantinflas)
Pero, a la hora de la verdad, el problema no es que se definan los precios de los 50 rubros, el gran nudo está en aplicar la ley cuando los mismos que acuerdan con el gobierno, entonces se conviertan en transgresores de sus propios acuerdos y sigan jugando al bachaquerismo. Entonces, el gobierno podría seguir impotente sin saber qué hacer, aun cuando posea todos los elementos para imponer la ley sin necesidad de que desde la oposición y la OEA, digan que se están afectando los derechos humanos de alguien.
Ojalá que los precios acordados no se conviertan en precios recordados. Como en las carreras de caballos, la subida de los precios de los productos está resultando un sprinter, es decir, tomaron la punta y parece que nunca se les dará alcance. Sin embargo, ojalá que el gobierno vuele en los metros finales, aun cuando la distancia parece corta, para que podamos cobrar a ganador.
