Las tardías pero meritorias investigaciones y denuncias sobre la corrupción en PDVSA y CADIVI sin mencionar las trapisondas ocurridas en el Banco Industrial, CVG, INTI, PDVAL y un largo etcétera, dan asco pero nos ponen a reflexionar acerca de la responsabilidad del desfalco a la Nación que nos tiene sumidos en la peor de las miserias. No se le puede endilgar toda la responsabilidad a las personas señaladas por Tarek, como son los gerentes medios de PDVSA, esos son los peces pequeños del entuerto o los chivos expiatorios que junto con la asquerosa ex fiscal reciben todo el peso de la culpa.
Cualquier estudiante del primer semestre de las carreras de economía, administración o contaduría sabe que los controles administrativos del Estado moderno constituyen una intricada red cuyo centro de mando descansa institucionalmente en la Contraloría General de la República ; todos los entes centralizados y descentralizados del gobierno poseen contralorías que reportan al organismo mencionado. Los Ministerios, Institutos Autónomos, empresas del Estado como PDVSA, Gobernaciones y Concejos Municipales están subordinados y fiscalizados por esa institución, pero además la Asamblea Nacional que estuvo dominada por el chavismo durante 15 largos años (desde el 1999 hasta el 2015), tiene una Comisión de Contraloría autónoma con facultades para interpelar a cualquier funcionario, incluyendo al presidente de la República. Por otra parte el CICPC, el SEBIN y otros organismos de seguridad del Estado reportan el peculado administrativo a la Fiscalía y al presidente.
Si algo podemos decir en desmedro de Maduro, es que fue él quien destapó la olla podrida de la administración que le antecedió, sólo falta que tenga el valor para continuar la investigación sin importar que caigan encumbrados personajes y recuerdos "heroicos". De hacerlo, se consagrará ante la historia como un valiente, de lo contrario pasará al más oscuro ostracismo.