Recuerdo que hasta hace poco tiempo, en nuestro país, la palabra "Muna" se usaba para referirse al dinero, moneda, billete. Formaba parte de las expresiones coloquiales que el pueblo venezolano usaba, pero que fueron desapareciendo a medida que el dólar se fue posesionando de su subconsciente. "No tengo munas" decía alguien cuando estaba pelando; o cuando no podía adquirir algún bien que necesitara. Por ejemplo, ahorita, hoy, ya no hay munas para hacer hallacas, ni para tomarse un traguito, ni para nada. Creo que vivimos unas navidades muy anticipadas y por eso, para la verdadera navidad, ya no hay esperanza sino la última quincena del año, con la cual habría que hacer milagros, para lo que queda del año y para comenzar el 2018.
Pero en Venezuela, hay quienes se la inventan para lograr las posibilidades de sobrevivir, solo que no suelen ser las más idóneas, en consideración a que si se logra detectar de donde provienen los recursos obtenidos, entonces tendrían que responder ante la ley, si es que en verdad los capturan.
Para entrar en detalles, hay que recordar que parece que han pasado años, cuando el presidente Maduro tratando de paliar la situación económica del pueblo, decretó la entrega de bonos, entre los cuales, destaca el bono de Niño Jesús para la mujer venezolana; pues, ni el Niño Jesús se salvó, sufrió un asalto en el pesebre y sus milagros no llegaron al pueblo más necesitado sino que fueron repartidos entre quienes tienen la suerte de estar cerca de muchos programas del gobierno, que en vez de entregar los recursos al pueblo, se ponen a inventar y buscan la manera de desviar esos recursos hacia otros senderos, muchas veces negociando bienes a quienes ellos consideran pueden pagarle y guardarles el secreto de la corrupción.
Es de acotar que, ese Niño Jesús, nació en momentos en que la rapacidad de muchos funcionarios le hace anarquizar los procesos de entrega, como una forma de cometer fechorías y fraudes que impiden que lo señalado por el presidente, llegue a sus verdaderos destinatarios. Igual suerte pueden correr los juguetes o el pernil que se repartiría, según el presidente, a través de los CLAP.
Por ejemplo, la tickera se convirtió en un elemento para el canje, sobre todo en la ciudad donde vivo; solo un ejemplo sirve para ilustrar el problema generado por este bono; es decir, solo se puede disfrutar del bono si se le daba la mitad a quien lo entregaba. "Te lo entrego, si me das tanto".
Particularmente, vi la anarquía en su entrega, que es lo que se quiere para disimular el delito. Valga decir que, a mayor desorden, mayor escamoteo de tickeras. No en vano fue detenida una pareja en Valencia que, según la prensa, cargaban 15 millones de bolívares en tickets. Y al momento de hacer esta nota, algunas comunas de mi ciudad quedaron mal paradas, después que algunos de sus miembros, resultaran perseguidos policialmente por apropiarse de tickeras; mientras tanto, muchas madres con necesidades apremiantes, solo les quedó soltar el llanto como una forma de desahogar sus rabias y valorar que lo que manda el presidente para el pueblo es escamoteado por quienes están cerca, muy cerca de esos recursos.
Parece que interpretaron mal, la expresión que el comandante Chávez señaló en algún momento de "Comuna o nada"; la realidad es otra, sobre todo cuando ponen en manos de algunas comunas la responsabilidad de recursos que muchos infiltrados, que en verdad no están por la revolución, se apoderan de ellos, y se escapan, no sin antes decir: Con "munas" o nada"... Y se pierden los/las muy sinvergüenzas.
