La vagabundería del capitalismo que se escuda en las empresas privadas para sus perversidades, es en Venezuela espejo de abusos desinteligentes, miserables y sin compasión ni conciencia de nada, que atañe a la ética del ser humano normal.
Iba a adquirir un fármaco que en consulta por máquina marcaba un precio y en caja era más del doble, no accedieron a vendérmelo pese a descubrirse el ilegal remarcaje. Evitamos pues se nos enseñó a entender a los comerciantes siempre “emprendedores” y honestos…
Así fue que ZAS me despojó de la razón, a tiempo que se acercaba un vigilante con cara de tira golpazos y mirada airada, como diciendo “no te metas con mi empresa privada”. Igual que te ZAS-despezcuezan en los fármacos, sucede en zapaterías, ventas de ropa de todo tipo, y pruebe usted acordarse dónde le ha pasado
Se imponen por el temor, atreviéndose a sacarle la progenitora al “Dictador” socialista, y gritar “dile a Maduro que te lo pague, wuon…”. Nada le pasará porque “el dictador” anda aprobando bonos para paliar la debacle y el boicot financiero impuestos contra la paz del país.
A esa Venezuela le da respuesta el votante en cada cita, por encima del desasosiego sembrado mediante el cerco y boicot financiero internacional, penalizaciones y el disfraz de democracia representativa, en 40 años de gobiernos mentirosos y asesinos, extremadamente fieles a EE UU.