Un terrible chismorreo de opinión logra en el país y el exterior la contrarrevolución, desvirtuando al proceso bolivariano y antiimperialista soberano. Penetran la conciencia de quienes reciben mensajes sin sospechar que en ciertas "denuncias", sus autores "si saben lo que hacen". Imponen matriz según la cual la unión cívico militar es modelo corrupto de funcionarios civiles ladrones, y militares ineficientes, a tiempo que niegan las numerosas detenciones, inhabilitación o retiro de sus cargos, dictadas por la justicia socialista como nunca se hizo en quinquenios disimulócratas demócrata representativos, entreguistas y alcahuetes, en 40 años dándole la espalda a sectores desposeídos. No cobraban impuesto sobre la renta a las transnacionales petroleras, con el cuento de evitar doble tributación y que las empresas extranjeras pagaran obligaciones fiscales sólo en su país.
Ladrones funcionarios civiles y cómplices militares, no eran denunciados en la adecopeyanquicracia, porque si alguien se atrevía ocurría como en Colombia, caían en desgracia en su desempeño laboral, eran asesinados en falsos positivos, o sospechosamente "víctimas ocasionales del hampa". En periódicos, radios y la TV, hasta 1999 obedecían, acudían a fiestas whiscosas, aceptaban cestas navideñas y contratos gubernamentales con la consigna "lo que no nos cuesta, hagamos fiesta", perjudicando a la nación. Tramoyas con oficina de control de radio y tv en cada capital de estado, permitían una disimulocracia de control informativo, impidiendo el trabajo a periodistas y locutores considerados peligrosos comunistas. Falsa democracia representativa procaz, con disposiciones de presunta defensa a la institucionalidad, si era obediente a EE UU. Así son y quieren volver al poder en esta tierra libertaria.
En honor a la verdad revolucionaria y honesta, cualidades que ostenta con orgullo la mayoría de nuestra población, evitemos ver únicamente las provocaciones inducidas y exageradas por la oposición, es urgente combatir irregularidades con medidas realmente duras y efectivas. El colectivo chavista o no, sufre la criminal alza diaria de precios, arremetida social sin control estable. Lamentable que el chismorreo haga dudar a partidarios del socialismo, sin considerar que buscan rendirnos por hambre, pasando por alto amenazas de invasión extranjera alcahueteadas por los que ooootra vez piden elecciones presidenciales, insultando al CNE, al que si aceptan cuando ganan. Hipocresía que también silencia el combate oficial a panaderos, dueños de supermercados, banqueros y corruptores privados de toda laya, con ganancias industriales y comerciales inmensas, aprovechando dólares preferenciales desgraciadamente aprobados por funcionarios civiles y militares del oficialismo dudosamente rojito.