Perjudican al colectivo nacional los desaforados que negocian con la miseria. Practican una especulación vecinal incoherente e impresionante, insolidaria e inmoral. Con fórmulas personales o grupales para vender, que son imposibles de controlar, admiten que lo hacen para "rebuscarse", vale decir, obtener dinero mediante efectivo o transferencias bancarias en condiciones dudosas, a tiempo que alegremente vociferan culpando de la situación, no a sus agallas, sino al gobierno revolucionario socialista.
Peones ocasionales de la súper fracasada dirigencia de la derecha que pierde elecciones, insisten en mantener situaciones no ocurridas en el país, favorecen sabotajes eléctricos y de toda índole, falsas fotos y mentiras calculadas. Dando razones farsantes, ahondan su pésimo carácter. Emiten vulgaridades sumidos en conducta escatológica sin juicio ni beneficio, que provoca hilaridad, al verlos con los ojos exhorbitados buscan a diestra y siniestra en su entorno, que les den la razón por tales argumentos procaces y vacíos. Se tornan en individuos tóxicos, pesimistas y "pavosos...", especialmente en las colas de entidades bancarias, aunque una buena parte de los blablablantes quejosos, estén cobrando bonos y pensiones.
Óigalos, y analice las barbaridades que expresan, repitiendo lo que envían planificadores de la guerra sucia a celulares y en las redes sociales. Los ponen a padecer y hacernos la vida imposible a través de servicios que cada quien paga como usuario, expuestos al deterioro su salud mental. Brillan por la maldad quienes ante la ausencia de compradores, ofertan "combos" agregando productos no esenciales. Entretanto y por ley los empleados reciben beneficios de bonos presidenciales, claps, aumentos salariales, y entienden que no es el gobierno el culpable de la mal llamada crisis humanitaria. Y para complemento están arrugados..., porque viene volando el 20 de Agosto.