Quizás ya algunos olvidaron aquella infausta frase del empresario Guillermo Zuloaga "nosotros especulamos pero damos empleo", cuando en el 2010 daba declaraciones públicas a propósito del procedimiento en el que quedó en evidencia la especulación y usura en la comercialización de vehículos por parte de una empresa de su propiedad.
A propósito de la publicación reciente de la lista de "precios acordados" y de algunos procedimientos ejecutados contra responsables (gerentes) de cadenas de comercialización de productos, por estar incursos en delitos tipificados en las leyes vigentes, ya se comienzan a oír voces reclamando por el atropello de que son víctimas los comerciantes, por parte del gobierno.
Es que en este país, que parece que se volvió loco hace tiempo, no falta quien declare que hay que respetar el derecho que tienen las grandes cadenas comerciales a practicar la especulación y la usura contra la gente. Especialmente ahora que cualquier trabajador podrá adquirir al menos 25 productos alimenticios con apenas cerca del 56% de su salario mínimo mensual.
Ayer me enteré que un comerciante, de origen asiático, de esos que en todos estos años han aplicado la "filosofía zuloaguista" de especular, mantiene su negocio cerrado después de haber sido detenido por estar incurso en "remarcaje" de precios. Parece insólito que personas de las que han sido víctimas sistemáticas de la especulación y la usura por parte de este comerciante, opinen que se comete un atropello contra quien por tanto tiempo ha atropellado a sus compradores.
Algunas voces dicen que algunos de los detenidos son trabajadores o empleados y que apenas cumplen tareas que les indican los dueños, habrá que recordar que nadie puede realizar actividades que están tipificadas como delito y aducir que cumplían una tarea que su jefe le ordenó.
Ahora es cuando el gobierno nacional debe enfrentar a quienes durante todo este tiempo, por razones políticas muchos de ellos, han puesto en marcha la estrategia de aniquilar el poder adquisitivo de los trabajadores, incrementando los precios de manera desmedida.
Las medidas económicas recientemente anunciadas no se traducirán en beneficio real al pueblo si no son acompañadas de medidas serias y permanentes para evitar que los dueños del capital continúen golpeando los sueldos y salarios del pueblo trabajador.