Los zapatos de Jorge, el gimnasio de Pedro y ahora Maduro el sibarita: Maduro va a pasar a la historia de Venezuela como en presidente más insatisfecho y más incontinente que ha tenido. Realmente es una verdadera desgracia que se autocalifique (a veces lo hace) de socialista.
La noticia fue difundida en Twitter por el mismo Chef que le ofreció la comida “ampulosa”, copiada y replicada inmediatamente por sus “enemigos”, era inevitable, Dice “Jack Casablanca”@UberCitizen, refiriéndose al Chef:
Acá el video del tweet principal que borró el chef @nusr_ett . Tengo los 4 videos guardados. pic.twitter.com/fMvsHOdNVl
— Jack Casablanca (@UberCitizen) September 18, 2018
“Solo puede hacer control de daño” dice este señor, y tiene razón; un presidente que se dice socialista comiendo carne en un restaurant famoso de forma tan pomposa es un escupitajo a la cara de sus conciudadanos, que ahora no comen carne y donde otros están comiendo basura.
Ésto para muchos parece algo común y normal que pase dentro de líderes que ostentan del poder, que se creen “Jeques” petroleros: comer bien, vestir bien, vivir bien, mejor que el común de los pobladores de su país. Cualquiera dice que esto es más bien una maravilla, que solo los envidiosos se resienten de ver a Maduro y a Cilia comer carne de la mejor calidad en el mundo, y fumando puros personalizados; “cool” Pero no es normal; una sociedad que no respete el sufrimiento y los pesares de otros no es muy digna, es cruel, está envilecida así no sea socialista. Hasta un asesino debe respetar a la víctima en su desgracia. Eso va más allá de la infracción, del crimen, se trata de ser “moral” y consciente de que se está actuando mal, y no alardear, no ostentar, no regocijarse en el pecado…, así jamás se arrepienta.
Le escena es de un sibaritismo sin igual. Sin embargo es también de un irrespeto por la gente que pasa trabajo y hambre en Venezuela. En otra oportunidad lo dijimos, cualquiera puede gastarse 300 dólares en uno zapatos o tener un gimnasio en su casa; todo el que pueda lo puede hacer; comer la cantidad de carne que le dé su gana, ¡que lo haga! Pero no el presidente de un país como el nuestro, no sus ministros, sus representantes, eso es inmoral.
El único “control de daños” a semejante “metida de pata”, de parte del presidente, fue reconocer la invitación que le hiciera este chef famoso para el disfrute de los placeres de la carne “asada”. Pero no mostró nada, ni una pizca de vergüenza por este acto de incontinencia: viajas como presidente, para firmar acuerdos importantes, para sacar a Venezuela de una crisis, y terminas comiendo y ostentando que comes sabroso, restregándoselo en su cara a todos los venezolanos ¡Come y vive como tú quieras, pero no ofendas, no humilles, no desprecies a la gente más débil y pobre que tú desfachatez!
No bastan las bellas palabras que prometen y ofrecen buenas intenciones, hay que comportarse en consonancia con ellas, ¿Cómo creerle a una persona así?, es casi imposible. Este es el estilo Maduro de dar las “buenas noticias”, de los misteriosos convenios comerciales con China, exhibiendo a unos peregrinos que hacen una pausa para comer y beber pero como sibaritas.
Pero una cosa es la diplomacia, son los socios comerciales, y otra la lucha de clases, el capitalismo y la explotación, de las personas y de la naturaleza.
Los acuerdos comerciales y económicos no los conocemos en detalles pero se resumen en la entrega de la producción petrolera a los chinos, para cancelar una inmensa deuda contraída con ellos y conseguir más dinero fresco, a cambio del petróleo, pero del oro y de otros minerales estratégicos, diamantes y coltán, por ejemplo. Los chino no son “hermanitas de la caridad”, vienen por la deuda que van a cobrar en yuanes, dólares, euros, o en especies, en petróleo y oro. No vienen a respetar muchas leyes o a la revolución; solo Maduro se cree ese cuento de los “destinos comunes”, “desarrollos compartidos” y no sé qué otra paja loca (no sé qué otro “cuento chino”). El capitalismo no es chino o inglés, ruso o norteamericano, el capitalismo es uno solo, frío, despiadado, indiferente, sus métodos son su fin, Shandong es su destino, y Shandong es un pequeño infiernito de explotación y liberalidad capitalista.
La mentira está a la orden del día, para muestra un botón. La rueda de prensa de hoy 18 de septiembre al mediodía, hecha por el presidente fue una farsa, como todo lo que han armado desde hace cinco años atrás. Preguntas grabadas, escogidas a la medida de las respuestas del presidente que le crece la nariz. En una de ellas aprovechó para desligarse de la responsabilidad de la quiebra de PDVSA, diciendo, en “modo autoritario”, que se trata de conspiradores, algunos presos y otros prófugos. ¡Fácil decir esto, cuando no hay nadie que pueda defenderse!, pero lo cierto es que TODO EL MUNDO SABE, que fue él quien quebró a PDVSA, y él el que la está quebrando con la intención de privatizarla, que la está privatizando por pedazos, a la PDVSA roja rojita de Chávez.
Ese impúdico sibarita, derrochando tiempo y placer, muerto de la risa frente a una cámara, ahora persigue a los enemigos con mentiras y evade responsabilidades, con la misma facilidad y desvergüenza como se deje grabar fumando y comiendo. ¡ Ese impúdico nos quiere dar lecciones de sacrificio y responsabilidad!, ¡ese ser incontinente!.