"Una marca para una empresa es como la reputación para una persona. Ganas tu reputación tratando de hacer bien las cosas difíciles". Fin de la cita. Jeff Bezos, fundador y presidente ejecutivo de Amazon.
Con PDVSA destruida y arruinada, se jodió Venezuela, es lo que se escucha, en la voz del ciudadano de a pie, habitante de El Tigre-Anzoátegui, ante la notable crisis económica que se vive en esta ciudad sede de los servicios, y del centro de operaciones de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El debate hacia las elecciones presidenciales del 2024, cuyo candidato del PSUV, indiscutiblemente será Nicolás Maduro, y en las elecciones primarias presidenciales opositoras, que ha puesto sobre el tapete, el futuro de la recuperación de PDVSA, y de la industria petrolera venezolana, como uno de los temas más álgidos: "Lo importante no es si PDVSA es del pueblo o no, eso es pura agua colonia y peo, paja peluda, y demagogia de bagatela"
Unos en el PSUV, como me ha llegado en voz baja, y por ser un partido militar, ya que las órdenes de arriba no se discuten, y donde no existe el debate de las ideas, y de los temas de interés nacional públicamente, algunos proponen la privatización total de PDVSA, como lo propone también María Corina Machado. No así, Henrique Capriles, que se ha mostrado en desacuerdo con esta posibilidad, debido a que: "el petróleo es del pueblo" mayor estupidez la de este medio pollo.
Para ahondar en el debate sobre la recuperación de PDVSA, y la industria petrolera venezolana. He conversado, y solicitado la opinión de notables expertos en la materia. "Los cuáles me han explicado sobre los posibles beneficios de una privatización de PDVSA".
El debate sobre esta materia es un poco complicado debido a que las declaraciones, y respuestas del candidato de la revolución, como la de los aspirantes a las primarias opositoras – algunas más felices, y otras muy infelices, por la falta de asesores y expertos en la materia que dominen la materia petrolera – han atraído la atención de los analistas de políticas publicas, sobre este álgido tema petrolero, pero unos expertos sostienen que les parece mucho más importante hablar del rescate de la industria petrolera venezolana, y de un marco regulatorio viable, que discutir sobre la factibilidad de la privatización de PDVSA. Ya que son dos cosas muy diferentes.
PDVSA es una empresa propiedad del estado venezolano y es parte de la industria. De acuerdo con el marco regulatorio actual, y la cual debe tener mayoría en cada uno de los futuros negocios que se hagan en relación con el petróleo.
PDVSA ha dejado al descubierto con estas tramas de corrupción, y de las bragas anaranjadas, que es una compañía en la bancarrota, ahogada bajo el peso de una enorme deuda, que ha perdido una enorme proporción del recurso humano, y del cual la actual junta directiva, por las informaciones que he recibido, no hace nada por recuperar a los que quieran volver, y cuyo último presidente, y ex-ministro del petróleo se encuentra, en un sitio hasta ahora desconocido posiblemente en prisión, y recién renunciado, todos los involucrados en esta trama de las "Muñecas Del Petróleo" y envueltos en estas acusaciones de corrupción, son ajenos a la industria petrolera, y que han resultado endémicas en la gerencia de pdvsa en estos últimos años para acá.
Hoy, PDVSA sigue siendo un cascarón vacio con la reaparición de la politiquería cuando notamos nuevamente la reaparición de las "bragas roja rojitas" de Rafael Ramírez; "las bragas rojas, es el regreso del sectarismo, son la mas vil expresión de la ramplona politiquería, así no van a recuperar a pdvsa me dijo un ex gerente de pdvsa, ojalá Tellechea le ponga un parao a esto, y no comience mal me dijo el gerente". En la actualidad PDVSA sobrevive a las transferencias que recibe del Banco Central de Venezuela, a las deudas acumuladas con proveedores, y contratistas, y al cese de los pagos de sus compromisos de deuda externa.
Dado el marco regulatorio actual, donde debe tener mayoría, y debido a la impericia operativa, y el manejo irresponsable de su flujo de caja hicieron imposible que PDVSA aportara la fracción de la inversión que le correspondía como socio mayoritario, donde los socios externos públicos, y privados dejaron de invertir.
Así empezó la caída de la producción en medio del boom petrolero: entre el 2005 y 2014 en medio de un súper ciclo de precios petroleros, donde Venezuela redujo su producción en 20%, siendo el único país que consistentemente producía por debajo de la cuota OPEP. A partir de 2019, los impactos de las sanciones redujeron la producción aun más, hasta llegar a unos 500-700 mil barriles diarios que promediaron 2020-2022.
Una buena gerencia con recursos humanos altamente calificados, esto tendría más impacto en el presente, y en el futuro, en los beneficios fiscales, en el dinamismo de la industria, y una alta capacidad para recuperar producción de forma acelerada, que la propia privatización de PDVSA en sus lamentables condiciones actuales.
Lo que se requiere para una posible privatización es una reforma a la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Este sería un primer paso. Para atraer inversión, conocimiento, y cambiar la dinámica productiva petrolera de forma acelerada es necesario promover un marco regulatorio general que le dé más certezas y autonomía sobre las decisiones operativas a los inversionistas privados nacionales y extranjeros. Es muy difícil saber hoy, cuál es el valor de PDVSA en las condiciones actuales, y qué tan recuperable es, y si será fácil reclutar el talento perdido, y recapitalizarla, además de la restructuración de la deuda que seguramente será necesaria para restablecer su vialidad.
PDVSA no puede seguir siendo una entelequia, y donde la Industria Petrolera y Petroquímica Venezolana sea recuperable.
El mismo día que Venezuela recupere PDVSA, necesitará un equipo de directivos, y gerentes experimentados que reciban, organicen, analicen, mejoren, reactiven y reorienten esta importante empresa. Los integrantes de ese equipo "recuperador" deberán ser poseedores de unas exigentes competencias; entre ellas, un conocimiento profundo de la materia petrolera, una dilatada experiencia en las operaciones de la empresa, impecable trayectoria ética dentro, y fuera del sector, habilidad para resolver complejos problemas técnicos y humanos, y una demostrable actitud positiva.
En cualquier caso, lo que debemos tener claro es que PDVSA sería una compañía nacional mucho más pequeña, focalizada en algunos yacimientos en donde puede asegurar la capacidad técnica, y de inversión necesaria para explotarla de manera eficiente, que tenga la opción, pero no la obligación, de ser socia de otras compañías nacionales o extranjeras.
Es muy fundamental desvincular los prospectos de PDVSA de los del resto de la industria petrolera venezolana.
Los beneficios no vienen derivados de la explotación directa del negocio, sino del mayor dinamismo productivo y los impuestos asociados a la actividad petrolera: regalías, impuesto sobre la renta y dividendos. El petróleo sigue siendo de los venezolanos, el recurso sigue siendo propiedad del Estado. En este contexto hay que buscar la modalidad que le produzca mayores beneficios a la sociedad venezolana.