Barbas en remojo

     En los últimos días, han  ocurrido aspectos que bien vale la pena destacar en función de fortalecer el proceso que lidera el presidente Hugo Chávez y que, sin duda, aplaude el pueblo, porque demuestran que el combate en contra de la corrupción en este Gobierno no es una pantomima y se ha erigido en algo serio, aunque mediáticamente pase por debajo de la mesa.

      Aludo a las recientes imputaciones que ha hecho el Ministerio Público en contra de los burgomaestres en el país. Además de Manuel Rosales, cuyo caso es ampliamente conocido, se tienen las acusaciones de los ex alcaldes Adolfo Superlano de Bolívar (Barinas), de Raúl Salmerón de Guaicaipuro (Miranda) y, más recientemente de Juan Barreto, del ayuntamiento metropolitano.

      Excepto del proceso de Rosales, las incriminaciones de los otros ex mandatarios municipales, prácticamente han circulado desapercibidas. La razón, muy sencilla: A la oposición no le conviene decir que en Venezuela se hace justicia, sino lo contrario: que en este país hay una persecución política en contra de salvadores de la patria. Y cuando se da un caso como el de Baduel, hecho que por el calibre del personaje no pueden minimizarlo noticiosamente, le dan un viraje para acusar a Chávez de tirano, traidor, mal amigo y cuanto epíteto se le venga a la mente a cualquier opositor…Aunque el de Barreto tampoco podrán desestimarlo, pero imagino lo que estarán tramando ya los adversarios, a fin de seguir atacando al Comandante - Presidente.

      Tal comentario, mis amigos lectores, pese a lo interesante, es sólo un paréntesis de mi parte, consciente de que el pueblo venezolano es gran conocedor de las maniobras de los medios que adversan al máximo líder de la revolución. Ha sido tanta la manipulación por esa prensa que se puso del lado del golpismo, que de cualquier barrio o sector por más humilde que sea, sale un vecino que ha aprendido más de periodismo que los propios periodistas.

      Lo que realmente quiero expresar a propósito de los casos de los ex acaldes Barreto, Superlano y Salmerón es que hay eventos que permiten decir desde este momento, que el que tenga rabo de paja y que posea denuncias en la Fiscalía del Ministerio Público y realmente resulte culpable, puede poner las barbas en remojo, no importa su tendencia política.

     Esto es ejemplo de revolución. Esto no se veía en la IV República. Se aplica la ley tanto a opositores como a rojos rojitos. Ahora lo que se debe es pedir celeridad en las denuncias de diferentes colores partidistas que sabemos son muchas en la vindicta pública, para que el pueblo sea testigo de la transparencia e imparcialidad de los casos judiciales en este proceso

*Periodista

albemor60@hotmail.com





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*Alberto Morán


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