“Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros”
Marco Tulio Cicerón…
Como venezolano vivo el día a día y siento el sacrificio que realiza mi pueblo, para lograr sostener y mantener un sistema social que considero, como la única salida para evitar la destrucción de Venezuela que cada día es más inminente, pero a la vez también llego a considerar que un buen socialista o revolucionario debe ser crítico y autocritico, identificando, reconociendo y erradicando los errores para avanzar en la construcción de un nuevo país.
Muchos de los problemas que presenta la sociedad venezolana nos muestran la urgente necesidad de profundizar en los cambios para lograr el gran salto hacia un socialismo más capaz y democrático, el pueblo venezolano gasta millones de dólares en alimentos y compramos en el exterior aproximadamente el 75% de lo que nos comemos, nuestra agricultura ha decrecido en un alto porcentaje, un 60% de la tierra cultivable esta ociosa, la inflación es un fenómeno que nos golpea fuertemente.
El Bolívar con que se pagan los salarios esta devaluado fuertemente frente al dólar paralelo.
Aunque el gobierno bolivariano de Hugo Chávez, ha comenzado a tomar las medidas necesarias para fortalecer y revitalizar, revolucionando la producción agrícola y la economía en un sentido general, y aunque han existido notables avances, esto todavía es aún insuficiente a las numerosas necesidades de nuestro pueblo, creo en mi criterio que es necesario profundizar aún más en las ventajas de la explotación de la tierra (eliminando los PDVAL, ya a quién beneficia es a los grandes capitales nacionales e internacionales [Alimentos Polar, para un solo ejemplo], a quienes se les hacen las compras de sus productos para revendérselos al pueblo venezolano a través de una cadena burocrática/burguesa, además de someterlos a unas inclementes colas). Incrementando las posibilidades de entrar al mercado de los agricultores venezolanos existentes y continuar trabajando para lograr el mejoramiento de los precios de los productos, que estos producen con el fin de lograr un incremento por igual en la variedad de los productos, lo que provocaría por consiguiente la disminución de las importaciones en el renglón alimenticio, y nos ahorraríamos millones de dólares, que podrían ser destinados a otras áreas mas importantes del desarrollo nacional.
Observo también la urgente necesidad, en la búsqueda de nuevas alternativas más eficaces a ser aplicadas a las empresas con el fin supremo de incrementar la productividad, la eficiencia y la rentabilidad, que el obrero venezolano se sienta protagonista y un ente fundamental en el desarrollo de la economía nacional de Venezuela y más aún en el proceso de producción de las empresas, considero de suma importancia este aspecto ya que la desmotivación en “el trabajo de las empresas del estado nacionalizadas” es bastante generalizada incluso en los trabajadores de la administración pública que expresan en privado, trabajar en este solamente para mantener una “imagen” de buenos ciudadanos bolivarianos, ya que muchos de esos trabajos de voluntariado es algo que ya se hace “simbólico” al no garantizarles el sustento de sus familias, un problema que se va concatenando con otros problemas, qué hacen entrar a la Revolución Bolivariana en una zona de alto riesgo histórico.
La corrupción es un flagelo de los muchos que existen. La corrupción en la administración pública y entes del estado (Mercal, Pdval etc.) es uno de ellos, el trabajador que no logra un justo salario para mantener a su familia con el bajo salario que se gana, y que es la inmensa mayoría, incurren diariamente en el robo de insumos, mercancías, desvío de recursos, extorsión a ciudadanos que acuden a las oficinas en búsqueda de algún trámite. Todo esto es conocido en el argot popular como el “rebusque”, existiendo ya una gran complicidad entre muchos donde laboran.
Los grandes robos al estado venezolano se producen en las empresas donde se trabaja con productos alimenticios donde los despidos mensuales son masivos, donde la fuga de mercancías alimenticias y que afectan la economía de esas empresas son cuantificadas en cientos de miles de millones de bolívares fuertes. Y no se diga del desangre sin control alguna a la nación, a la maldita herencia de la IV Republica con los operativos alimenticios y médicos asistenciales, llevados a cabo por una burocracia burguesa enquistada en institutos autónomos, ministerios, alcaldías, gobernaciones y pare usted de contar.
Lo único que nos queda por hacer, a los que desde afuera observamos este proceso de auto destrucción de Venezuela. Es Rehacer la Revolución Bolivariana desde sus cimientos.
Percasita11@yahoo.es