Definitivamente, el estado tiene que asumir el control de los precios de todos los productos sin excepción. Nada de eso de que productos regulados y productos libres de regulación y andan con el cuento de los artículos de primera necesidad o de la cesta básica. Resulta que estos vagabundos importadores dizque venezolanos, consiguen dólares a través de CADIVI y luego los productos que importan los venden al precio que más les conviene a ellos. Voy a poner un ejemplo sencillo aunque no se trata de un artículo importado.
Hace aproximadamente un año, costaba en MAKRO, una bolsa de 5 kg de Jabón detergente "Las Llaves", producto que distribuye las empresas POLAR, 11.oo Bs.F, hoy, un año después está costando 51 Bs.F, es decir, ha aumentado desde entonces en un orden aproximado del 360 %. Yo pregunto: ¿En razón de que el precio de ese producto ha aumentado de manera tan desproporcionada?, cuándo el dólar continúa costando 2,15 Bs.F y seguramente dentro de un mes más éste producto tendrá un nuevo precio que seguramente estará aumentado. ¿Entonces?, ¿De que estamos hablando?; en ese mismo orden de ideas, una lata de mantequilla MARACAY de 300 grs. costaba hace muy poco tiempo 12 Bs.F y ya está costando en algunos lugares 21 Bs.F, en otros está costando 23 Bs.F, es decir el doble de su precio .
En conclusión, los comerciantes en éste país están haciendo lo que les da la gana, así de sencillo. Es por ello que se hace necesario que el gobierno asuma con la responsabilidad del caso, el control de los precios de todos los productos sin excepción, más aún cuando el número de los productos que se pueden conseguir a través de Mercal y PDVAL son muy limitados. La inflación en Venezuela, en la mayoría de los casos, es provocada por la ansias de hacer cada vez más dinero la mayoría de los comerciantes que pretenden sacarle jugosas ganacias hasta el producto más insignificante. Y voy más allá, la Asamblea Nacional debería legislar, pero con carácter de urgencia para detener de una vez por todas, ese insaciable deseo de enriquecerse de los comerciantes.
Mientras las autoridades no lo asuman con la seriedad requerida, la inflación seguirá galopante. En Venezuela mucho de la inflación es ficticio.
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