Por culpa de la impunidad

 POR CULPA DE LA IMPUNIDAD 

  Asaltaron naciones y allí están impunes, masacraron pueblos y allí están impunes,  le robaron las riquezas de África y allí están impunes, secuestraron a sus hombres, mujeres y niños, y siguen impunes, saquearon las tierras de los aborígenes americanos y allí están impunes,  encarcelaron inocentes y allí están impunes, torturaron pueblos y allí están impunes, arrasaron viviendas civiles a granel y allí están impunes, mutilaron millones de inocentes y allí están impunes,  dan golpes de estados y allí están impunes.

    La impunidad. Esa desgracia, que se hace poder, bien sea por desidia, por impericia, por la fuerza,  por ineptitud o por complicidad. Bajo su manto se estimula la comisión de delitos graves, hasta de lesa humanidad y solo quedan recuerdos, dolor y llanto para rememorarlo.  Pero los culpables siempre evaden su responsabilidad, con pasmosa hipocresía niegan sus hechos y acciones.

     Cuando se tiene el poder para sancionar y ejercer la justicia, la debilidad se presenta y entonces viene el perdón; perdón que conduce irremediablemente a la  impunidad.   Siempre son los mismos los que disfrutan  de la impunidad. Tal como son los mismos sus victimas.  ¿Hasta cuando este circulo vicioso? En nombre de la democracia se permite la impunidad, a nombre de los derechos humanos de quienes no reconocen derechos humanos, permitimos la impunidad. Por nuevos tiempos, amparamos la impunidad. En definitiva la impunidad es el manto bajo el cual el siempre poderoso se cubre de sus crímenes.

     Bajo la protección de la impunidad, los asesinos de pueblo en puente Llaguno, fueron absueltos por unas lacras leguleyas, que les vieron el vientre y los declararon preñados de buena voluntad.  Con la permisividad de la impunidad, poseedores de licencias de uso del espacio radioeléctrico, atacan inmisericordemente a la población, hasta robotizar a muchos de los receptores. Por el poder de la impunidad, cientos y cientos de campesinos, obreros y dirigentes sindicales revolucionarios y populares, son asesinados y allí permanecen impunes al castigo, recibiendo como premio las alabanzas de un promotor foráneo, que no siente ni padece el dolor de allende los mares.

    Amparados en la impunidad y la complicidad de los gobiernos norteamericanos,  unos salvajes “civiletes y militaretes”,  quebraron la voluntad de todo un pueblo en Honduras, secuestraron a un presidente, lo expulsaron de su país y ahora negocian con Éllos. En uso goce y disfrute de la impunidad, se contrata asesinos a sueldo, se les establecen bases militares, para perseguir al pueblo colombiano, y para acosar a los gobiernos de los países vecinos.

     Bajo la impunidad que producen las Armas, jean Bertrand Aristide, fue secuestrado y llevado a sur África, con la fuerza de esa misma impunidad, la república de Haití, es ocupada por tropas extranjeras vecinas, haciéndoles el mandado al impune mayor.  Con el traje de la impunidad, se asesinó a Salvador Allende y a gran parte del pueblo Chileno. Bajo los preceptos jurídicos impunes imperiales, se somete a una isla a más de 50 años de acoso y bloqueo.  Por impunidad, cientos de miles de niños en el mundo mueren de hambre y sed,  otros millones mueren de enfermedades, nacidas en los laboratorios de guerra.

     So pretexto de impunidad, los comerciantes capitalistas, cobran precios excesivos por alimentos y medicinas, acaparan y adulteran productos de primera necesidad, para saquear el bolsillo del pobre trabajador.

     En definitiva la impunidad es el enemigo universal e histórico de la humanidad.  Por  estar al servicio de los intereses de dominación y oligárquicos, la impunidad debe ser declarada un arma de lesa humanidad y ser ejecutada  junto con sus promotores.  La impunidad no tiene dimensiones ni  fecha de vencimiento.  Simplemente está allí haciéndole daño a los pobres, a los débiles, a quienes no tienen mas culpa que la inocencia y o la ignorancia en la que los postraron.

    Se me olvidaba, por impunidad la corrupción galopa en la empresa privada, en el gobierno y hasta en la justicia.

    ¿PODREMOS ACABAR ALGUNA VEZ CON LA IMPUNIDAD? ¿Existe voluntad para ello?...

      Ahh. Perdón por la impunidad con que escribí esta necedad

                                

javierdelvallemonagas@gmail.com



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Javier Monagas Maita


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