15-11-15.-La compra y venta electrónica de cualquier objeto de valor se ha convertido en un arma de doble filo para el comerciante. El ofrecer su producto por las redes sociales y por páginas de ventas por la red los ha llevado a ser víctimas de extorsiones.
Las bandas hamponiles han sumado a sus andanzas delictivas otros modus operandi al momento de extorsionar, reveló a PANORAMA, el teniente coronel, Jorge Guzmán, comandante del Grupo Antiextorsión y Secuestro, en el Zulia.
El jefe militar explicó que se trata de un delincuente que pone en un vil juego al vendedor de un objeto de valor, que ya ha sido publicado por las páginas de internet.
El delincuente, sentado frente a un computador, ingresa a las páginas y capta al comerciante. Previo a esto tiene ubicada a su víctima de extorsión, que en su mayoría tiende a ser una persona cercana a su entorno.
“Realiza un trabajo a la par. Mientras a una víctima le está haciendo llamadas extorsivas para atemorizarlo; al vendedor, que también pasa a ser su víctima, le pide un número de cuenta bancaria para hacerle un depósito, con el propósito de utilizarlo como puente y lograr la extorsión”, detalló el comandante.
El delincuente se comunica con la víctima. Le exige dinero a cambio de no atentar en contra de su vida ni la de su familia. Le asegura que conoce cada uno de sus pasos y amenaza con que si no le da el dinero que pide lanzará granadas o tiroteará su casa.
“El hampón envuelve al comerciante y le pide que le aparte el producto con el dinero que le va a depositar a su cuenta. La mala jugada está en que el depositante viene siendo la víctima de la extorsión, a quien el delincuente le ha exigido el pago”, sostuvo el jefe militar.
El delincuente en medio de la negociación, le aporta a su víctima el número de cuenta del vendedor, mientras que a éste le dice que está en otro estado y por ello hace el abono, para asegurar el producto.
“Cuando el extorsionado hace el depósito, el hampón exige el número de transacción y es este el que utiliza para demostrarle al vendedor que el negocio es supuestamente real”, indicó Guzmán.
El objetivo del extorsionador de involucrar al vendedor en el proceso delictivo es desviar su identidad y escabullirse entre los datos de un tercero.
“Para el delincuente es más fácil utilizar una cuenta bancaria ajena de manera que no se vea envuelto directamente y así tratar de despistar a las autoridades”, precisó la fuente.
Luego del pago es cuando entra la extorsión. El hampón al obtener la certeza de que el dinero fue recibido por el comerciante, le pide que se le haga un reembolso a otra cuenta, porque ya no quiere hacer la negociación.
“El comerciante, inocente de todo lo que está ocurriendo, acepta devolver el dinero. En esta oportunidad sí va a parar a las cuentas bancarias de los hampones”, sentenció.
El modus operandi está predominando en Maracaibo, desde hace cinco meses. “Hemos recibido, al menos, diez denuncias donde se maneja este modus operandi”, aseguró.
En los trabajos de inteligencia realizados por los funcionarios del Gaes se ha determinado que en más de dos casos, ha sido la misma banda delictiva la que ha perpetrado el delito.
Hace tres semanas fue detenida, por estar incursa en este delito, Anyelis Yusmari Parra Álvarez, quien. según las declaraciones del teniente coronel, recibía órdenes de su hermano, un recluso de la antigua cárcel de Coro.
“Parra era la encargada de tramitar los depósitos y ubicar a las víctimas. Mientras su hermano hacía las llamadas desde el recinto carcelario”, sostuvo la autoridad.
Apenas el organismo militar recabó las pruebas que involucraron a la mujer, pidió una orden de aprehensión, que le fue emitida y se ejecutó en el municipio San Francisco, al practicar la detención.
El teniente coronel sostuvo que esta banda de extorsionadores utiliza nombres de grupos paramilitares para amedrentar a sus víctimas. “Se hacen llamas ‘Las Águilas Negras’. Aseguran a las víctimas que son paramilitares para que se atemoricen y reaccionen rápido a sus amenazas”, destacó.
El modus operandi quedó al descubierto, luego de que las víctimas de extorsión acudieran al comando militar, ubicado en Ciudad Lossada y colocaran sus denuncias.
“Al recibir las denuncias —que son totalmente confidenciales— e iniciar los trabajos de inteligencia, recabando información, testigos y haciendo la telefonía correspondiente e incluso los datos de las cuentas que se manejaron; se pudo determinar que el comerciante también es víctima, pese a recibir en su entidad bancaria un dinero producto de la extorsión. Simplemente lo utilizaron para perpetrar el delito. El comerciante resulta ileso.
De hecho si el extorsionado denuncia antes de pagar, a través de la telefonía se puede determinar que el vendedor no está vinculado con los delincuentes”, resaltó el comandante.
El extorsionador suele ser un hampón calculador y con un nivel de convencimiento elevado. El jefe militar recalcó el llamado a las víctimas de manera que no caigan en el juego.
“Desde el mismo momento que inicia una extorsión, es necesario que se formule la denuncia. Lo que se quiere evitar es que la persona financie estas bandas delictivas. El dinero que piden es para dotarse de armas, municiones, granadas y cualquier gasto que requieran cubrir, mientras cometen sus delitos”, sentenció.