17 mayo 2016 - Los precios de los productos alimenticios que serán ajustados por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) aún están a la espera. Mientras se anuncia en cuánto quedarán regulados al menos 18 rubros, la especulación sube como la espuma de una bebida gaseosa, sin que nadie la detenga.
“Estamos a merced de la especulación y los revendedores, porque los precios son tan bajos que no aparecen los productos por ningún lado”, señaló Minerva Finol, habitante de San Miguel.
El pollo beneficiado (entero y en sus distintas presentaciones), la carne de res, la leche entera en polvo (en bolsa y en lata), la harina precocida de maíz y las pastas alimenticias son los alimentos de la canasta básica que aguardan por el nuevo Pvjusto.
Sin embargo, desde hace dos semanas en las carnicerías y distribuidoras de pollos los precios crecen indeteniblemente. “En casa hemos bajado el consumo de las proteínas, porque es imposible que alcance con dos sueldos mínimos comprar carne o pollo”, contó Lisaura Rondón, residente de La Paz.
El kilo de pollo entero es vendido entre 2.500 y 2.700 bolívares, cuando su regulación lo estipula en Bs.65. La fecha de la resolución que lo establece en ese precio es del 20 de febrero de 2015.
Mientras que la pechuga sin hueso debe ser vendida en Bs.125,38 el kilo; sin embargo, la realidad para consumidor es adquirirla hasta en 4.300 bolívares. “La pechuga está casi desaparecida, y cuando se consigue es impagable. Desde diciembre en casa no se come pollo”, dijo Lisaura.
Las carnes desde hace dos semanas volvieron a subir. El kilo de pulpón, pelota, entrecanto, muchacho es vendido entre 4.200 y 4.500 bolívares; la carne molida ronda los 3.800 bolívares, y la carne de primera supera los 5.600 bolívares; sin embargo, hace 15 días o menos, se conseguía a la mitad de este precio en el mercado.
“Hace una semana nos llegó la carne en canal a 2.250 bolívares el kilo. Eso quiere decir que la pagamos al doble de como la estábamos comprando. Todo eso repercute en los precios que paga el consumidor final”, contó un encargado de una carnicería en Veritas.
La última providencia de la Sundde con respecto a los precios de la carne fue fechada el 24 de febrero del año pasado. En ella se establece el precio a pagar entre 220 y 250 bolívares.
“La carne regulada solamente se consigue en los Abastos Bicentenario o cuando hacen alguna jornada de Mercal o Pdval. Pero para lograr comprarla debes madrugar, de resto es imposible”, contó Laura Gómez, residente de Belloso.
Desde el jueves pasado, el vicepresidente del Área Económica, Miguel Pérez Abad, anunció la publicación “en horas” de los nuevos precios regulados.
El fin de semana pasado, una fuente ligada al Gabinete económico informó a PANORAMA que en esta lista de precios hay varios productos regulados de la cesta básica que serían ajustados de acuerdo con la tasa Dicom, antigua Simadi (alrededor de 400 bolívares), y otros serían liberados del control de precios.
“Son alrededor de unos cuatro o cinco productos que quedarían a la tasa de 6,30 o 10 bolívares por dólar”. Según la fuente, se estaba analizando si la leche, las oleginosas, y el trigo panadero para pan y para pastas, cuya materia prima es importada casi en su totalidad, pasarían a tasa Dicom.
La desaparecida lecha en polvo, en cualquiera de sus presentaciones, es el producto regulado que tiene más tiempo con el precio congelado, dicha resolución es del 6 de noviembre de 2014. Allí se establece su costo entre 70 y 73 bolívares, para la bolsa y lata respectivamente.
“La leche en polvo solamente se le consigue con los revendedores en Las Pulgas, en los mercados periféricos en cinco y hasta ocho mil bolívares el kilo. En los supermercados hace rato que no venden”, aseguró David Martínez, residente de San Francisco.
En el caso de medicamentos serán ajustados: aciclovir micronizado, ácido fólico, albendazol micronizado, ampicilina trihidrato, atenolol, clotrimazol, fluconazol, amoxicilina clavulánico, ibuprofeno, acetáminofen, bromazepan y carbamazepina.
Las medicinas esenciales, catalogadas así por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no sufren modificación en su precio desde que fueron reguladas en 2003.