"Lo que escribo suele estar lleno de ocurrencias
que pueden parecer disparates,
pero que nacen de lo que ocurre;
son tan realidad como la realidad misma."
José Luis Cuerda
Los músicos, poetas y cantores de nuestra tierra, al lado de cualquier cultivador de nuestro folklor, en el más apartado rincón de nuestro país, cargan los chistes, refranes y ocurrencias a flor de labio, y son tan relancinos, que muchas veces, hay que tener la precaución necesaria para hablar con ellos, porque en instante te lanzan una, para dejarte con los ojos claros y sin vista. Generalmente se va trasmitiendo de generación en generación, para reafirmar la expresión del llano ¡Hijo de tigre sale pintado! Esa, es, una de las características de Algimiro Delgado, el popular "Chimiro" quien vive haciendo referencias de su padre Adolfo Delgado, el cual no le dejaba pasar una, ni siquiera a su yernos. En cierta ocasión, al esposo de su hija mayor, lo oyó decir, con cierta ínfula de machismo: ¡Tatiana, tú sí eres bruta! y Adolfo, al oírlo, rápido lo descargó de manera muy ocurrente: ¡Tienes razón, de que te escogió a ti de marido!
Preguntaran ¿Quién es Chimiro Delgado? Es un polifacético creador, que ha ocupado escenarios con renombrados artísticas de nuestra música, empezando por el virtuoso del cuadro, Asdrúbal José Hurtado, mejor conocido, como "Cheo" Hurtado, y además ejecutante de varios instrumentos de cuerda. Algimiro, ha sabido cultivar la habilidad para fabricar arpas, cuatros, bandolas de probada sonoridad, a la par de componer bellas melodías, pero además interpreta nuestra música de manera magistral, y en un homenaje a Gualberto y Barreto, el cual llamó GUARBERTEANDO, muchas personas lo confunden con este artista por lo parecido de su voz; y, como si, esto fuera poco, utiliza los pinceles a manera de hobby para plasmar interesantes imágenes de nuestras costumbres venezolanas.
Las veces, que me entrevisto con este amigo, a quien el covid-19 lo visitó, con sus garras mortíferas, para finalmente escapársele, pero mantiene la precaución necesaria, y cuando le digo ¡cuídate! Responde, como si hubiera pasado por la experiencia vivida por el atrevido Juan Hilario, al desafiar al personaje principal de la leyenda el "silbón" ¡No creo, que está vaina me vuelva a dar!; con la particularidad, que todo lo narrado por este músico se convierte en una ocurrencia, refrán o un motivo para reír.
En cierta ocasión al visitar a su hermana mayor, quien era una admiradora de sus habilidades artísticas, se me acercó, con una risa picara para enriquecerme uno de los tantos cuentos de su hermano: ¡Sabes la última de Chimiro! Sorprendido le pregunto ¿Cuál? Rápido sin apartar la sonrisa me echó el cuento: "La hija, que tuvo fuera del matrimonio, motivada por la moda, le pidió, como regalo de cumpleaños para hacerse las "lolas", y este se quedó mirándola, desconcertado, pero no dudó, ni duró mucho para decirle muy serio ¡Te voy a dar, pero, para que te operes el cerebro!"
A esta clase de personajes, parece, que los buscan para alborotarle la lengua, porque en días pasados le llegó al teléfono una imagen de una gallina, como si, estaba tocando un piano, con la siguiente leyenda ¡"Chimiro" te salió competencia! su compañera de vida, admiradora de su arte, cuando la vio, muy molesta le dijo ¡Mira lo que mando tu cuñado! Al verla soltó la risa, para preparar la respuesta, y le dijo ¡escribe ahí! muy calmado le dictó, como en aquellos tiempos de primaria: "Gracias por acordarte de mí, pero esa foto, está más relacionada contigo, que conmigo, porque tú, tienes toda la vida trabajando en la (PROTINAL) y eso tiene que ver con pollos y gallinas"
En una oportunidad, otro cuñado lo invitó para que cantara y tocara en una finca de su propiedad, pero, como sabe, quienes son los eternos acompañantes de "Chimiro" gente del pueblo, lo primero que le dijo, sin mucho rodeo, y total falta de prudencia y respeto por sus semejantes: ¡Te espero, pero no te traigas la chusma tuya! Lo que le molestó a este amigo, maestro, y un hombre sin mezquindad y tan humilde algo propio de los verdaderos llaneros, que para él, andar con la compañía de los amigos del barrio que lo vio nacer es un placer; para finalmente cortar la conversación telefónica con una respuesta escondiendo su molestia ¡Si, espérame! Todavía lo está esperando.