Ministro Ernesto Villegas, de un viejo que se ha pasado la vida intentando escribir

Nota: Este trabajo salió publicado por este medio el día 5-11 próximo pasado, justo cuando se hacían los preparativos para la inauguración de la FILVEN-2021. Pero además, una amiga, hizo de manera personal, referencia a este asunto al vice ministro Arturo Kazal, dentro de los avatares del evento antes mencionado, quien prometió averiguar sobre al respecto.

En virtud que, no he recibido respuesta alguna y tomando en cuenta que me asiste el derecho ciudadano y por la autoría a ser atendido, apelo de nuevo a este recurso para llamar la atención y procurar que el ministro Villegas, a quien reitero todo lo que antes dije, lo que significa que tengo fe en él, esta vez tome el interés de atender mi justo reclamo.

Agradezco a los amigos que, por alguna vía, hagan lo necesario para que al ministro esto le llegue y le entusiasme responderme.

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Por distintas razones, empezando por su origen familiar, el rol de sus padres y particularmente de Cruz Villegas, su agradable personalidad que irradia humildad, siento por usted mucha simpatía. Le percibo además como persona bondadosa, comprensiva, dado a la búsqueda de acercamientos, sobre todo con quienes, por muchas razones, como haberse pasado toda la vida militando y combatiendo del mismo lado que lo hicieron sus padres, sin ceder un milímetro en lo que a los principios concierne, lo que significa no haber dejado nunca al descuido la trinchera del combatiente por la soberanía, la independencia nacional y una sociedad justa y equilibrada.

Sólo por lo anterior y casi estrictamente por eso, me dirijo a Ud. Para hacerle respetuosamente, el de un amigo a otro, mi natural reclamo, más siendo Ud., en este momento, la persona pertinente. No obstante, me siento obligado, en primer término, de la mejor buena fe felicitarle por la FILVEN 2021 y desearle los mayores éxitos.

No por casualidad, pues nosotros somos poco dados en creer en la buena o mala suerte, he sido víctima varias veces de circunstancias como la que me lleva a dirigirme a Ud., corriendo el riesgo se me mal interprete y, esto para mí, es algo trascendente e incómodo.

Unos años atrás, bajo el segundo gobierno del Dr. Caldera, la Alcaldía de Cantaura, en el Estado Anzoátegui, siendo Alcalde el Ing. Barreto Sira, quien ahora hace las veces de gobernador, llamó por tercer año consecutivo a un concurso de narrativa. Las condiciones eran muy limitadas y específicas, el concursante debía ser un escritor inédito, sin obra de ese carácter antes publicada, venezolano y habitante en la entidad regional en los últimos cuatro (4) años.

Para ese entonces, después de haberme pasado gran parte de la vida escribiendo crónicas, cuentos breves, ensayos, sobre todo de historia, poesía, un libro de historia regional y centenares de artículos publicados en la prensa regional, había escrito mi primera novela de las que para este momento llegan a seis (6). Vi aquella oportunidad, basado en las condiciones, confieso mi atrevimiento y quizás sobre estimación, de lo más apropiada para inaugurarme como novelista ganándome un concurso. Además, la cifra en bolívares que se ofrecía era entonces como premio era bastante atractiva, sobre todo para un humilde educador.

Me apresuré, hice todos los preparativos y me fui desde Barcelona, donde vivo desde hace 56 años, a Cantaura a entregar todos los recaudos inherentes a este tipo de evento. A la semana, leí en la prensa se habían presentado 20 concursantes, de los cuales eliminaron 7 y en la lista de los títulos previamente escogidos aparecía la mía.

El jurado, compuesto por 3 personas, estaba presidido por Alexis Ortiz, quien entonces se desempeñaba como diputado al Congreso Nacional por el MAS. Se trata, como debe Ud. saber, de quien, siendo Alcalde de Lecherías, se fugó del país, por motivos no precisamente políticos, y menos honorables y hasta hace poco formaba parte de quienes dirigían "la oposición al gobierno de Venezuela" en Miami. Los otros dos operaron entonces como subalternos suyos.

Pasado el tiempo, unos 3 meses, dado nada se decía del resultado de un concurso que había alcanzado cierto prestigio regional, decidí abordar a uno de los integrantes del jurado, también del MAS, pese el Alcalde era de AD, para que me diese información.

Me quedé con la boca abierta cuando me informó el nombre del ganador, el cual me reservo, quien no cumplía ninguna de las condiciones exigidas en el concurso.

1.- Llevaba varios años viviendo en México. Es decir, no cumplía la condición de ser habitante del Estado Anzoátegui en los últimos (4) años. Es más, nunca había ni ha vivido en este Estado.

2.- Tenía entonces unos 3 o 4 libros editados. Como autor no era inédito.

3.- La obra que se premió nada tenía que ver con narrativa o novela.

4.- El título de la obra premiada no estaba entre las 13 previamente seleccionadas.

Ante mi reclamo y protesta privada, se me dio como respuesta que "ese compañero estaba pasándola muy mal allá México y le hacía falta esa plata".

Respondí entonces a quien aquello me dio como excusa, "si yo hubiese sido el premiado, me hubiese conformado con eso y la publicación de mi obra. El dinero, dado esa situación, se los hubiese donado."

Dejé todo hasta allí y luego me arrepentí, pues debí haber denunciado aquello. Hasta pude haber evitado otras cosas. Lo que prueba una vez más, lo malo de callar ante cosas como esas y tantas inconsecuencias.

Posteriormente, un buen amigo, habiendo leído ese, mi trabajo, mediante una copia que le hice llegar a solicitud suya, con la intención de hacer diligencia para su edición, sin hacérmelo saber, estando él en Caracas y dada mi condición docente, lo introdujo a concursar en el premio de narrativa del Ipas-Me, para el año 2010.

Una mañana, estando en casa, recibí una llamada de una joven que, a nombre del organismo competente para eso, del Ipas-Me, me informó que me había ganado dicho premio, sin que supiese que estaba concursando; pues mi amigo, quien tuvo fe en mí y mi trabajo, esperaba yo ganase para darme esa sorpresa.

Desde el momento de esa llamada, si mal no recuerdo a mitad del 2011, hasta el momento de la publicación del libro, sin dar información alguna, pues la que se conoció por los medios la di yo mismo, pasaron casi dos años y medio. El acto de premiación", pues en verdad nunca lo hubo, solo fue una morisqueta, en las distintas menciones, fue lo más humillante que se pueda concebir y el premio en metálico, que entonces era una cifra medianamente significativa para mí, nunca me fue entregado. Era entonces el año 2013.

En otra oportunidad, más o menos en el año antes mencionado, habiéndome atrevido a solicitar a una editorial regional, se me editase un libro que hasta ahora he titulado "Facetas de Historia Regional", con el interés sirva para el aprendizaje en la escuela de nuestro espacio, y logrado que el corrector y revisor, un intelectual muy reconocido, lo aprobase, hallé un escollo. Siempre hay uno, en esta conflictividad cuando uno es quisquilloso y poco dado al halago y aplauso.

Esta vez el editor, haciendo de censor, me exigió que ordenase lo allí trabajado de modo cronológico. Me negué a aceptar tal condición, dado que estaba organizado de acuerdo a un plan de aprendizaje de quien no sólo era escritor sino también docente de la especialidad. Por no haber aceptado su condición me devolvió todas mis hojas, ni una más y ni una menos y aparte del archivo digital, aquí en cuarto de estudio y trabajo, descansan en el mismo sobre que estuvieron desde que salieron por primera vez de mi casa.

Con posterioridad, he participado en dos concursos regionales en oriente de novela y crónica. Con otras novelas y dos libros de las tantas crónicas que he escrito, de ellos ni siquiera he sabido si los declararon desiertos.

Por estas cosas, decidí no volver a participar en concurso alguno, pese era la única esperanza que tenía me publicasen. Pues dado que mi trabajo es tan malo, tendría que optar como quien se pega un cuadro del 5 y seis, para ser publicado, pese tenga después que pelearme, como casi lo hice, con la gente del Ipas-Me.

Ahora mismo, en Caracas, una persona allegada a mi tiene dos de mis últimas novelas. Las tiene para leerlas y hacer las correcciones pertinentes que los escritores, en casos como esos, cuando la obra debe quedar muy pulida, no son los mejores para hacerlas. La intención no es entrar en concurso alguno ni solicitar sean publicadas, dado que su autor es muy quisquilloso y poco dado a hacerse el desentendido.

Ahora bien, se preguntará Ud., ¿a qué viene todo esto? Pues le explico.

La misma persona que ahora tiene en sus manos mis dos últimas novelas, años atrás, hizo gestión ante un organismo del Estado, para la publicación de mi novela, escrita en el período 2009-2010, titulada "La Mudanza". Pasó el tiempo y pese las gestiones, hechas al respecto, nunca llegamos a saber el destino que a ella le dieron.

Cierto día, aventurando en las redes, hicimos varias capturas sobre esa novela, una de ellas, la que pongo a continuación:

https://isbn.cloud/9789801409809/la-mudanza/

Allí se dice, entre otras cosas "La Mudanza. Eligio Jacinto Damas "El libro La Mudanza ha sido registrado con el ISBN 978-980-14-0980-9 en la Agencia Venezolana del ISBN. Este libro ha sido publicado por Fundación Editorial El perro y la rana- Ministerio de la Cultura en el año 2010 en la ciudad de Caracas, en Venezuela."

Llevamos años intentando saber cuál fue el destino de ese libro. La nota muestra o indica que fue editado, hasta tiene su número de registro.

Entonces, lo que intento, dado el interés que me ha despertado la FILVEN-2021 y por el elevado concepto que tengo de usted, me dé señales de ese desaparecido. Creo merecérmelo por muchas razones. La primera es que soy un docente que se pasó toda su vida en el aula y todavía quisiera estar dentro de ella y rodeado de jóvenes para aprender con ellos y junto a ellos. Segundo, sigo siendo a mi avanzada edad, 83 años, un indeclinable combatiente por la soberanía de mi patria, con todo lo que eso implica y los derechos del pueblo a construir lo que haya que construir para hallar justicia y equilibrio. Porque me asiste el derecho de autor, saber el destino de lo que he escrito y publicado.

De antemano, quiero decirle que bien lo sé ajeno a lo que a mí me acontece, a la naturaleza de mi reclamo. Tanto que, por eso solicito su favor para desenterrar ese muerto o hallar ese desaparecido con la certeza que hará lo que tenga que hacer, por lo menos darme una respuesta satisfactoria.

Ya que llegamos aquí, y como más pierde el venado que quien le dispara, apremiado por mi compañera que me demanda rebaje algo al orgullo, opto por consultarle si hay la oportunidad que esas dos últimas novelas escritas últimamente y ese libro de historia regional tendrían chance de ser publicadas.

Ahora, porque no aparo de escribir, llevo bastante avanzada una novela histórica sobre los combatientes independentistas de la zona oriental.

Sin más, espero me responda. No sé, pero me anima la idea, por lo que ya antes dije, que Ud., sabrá atenderme, pues es de los nuestros y tiene la clase necesaria para uno sepa distinguirle y esperarlo.

Atentamente

Eligio J. Damas Serrano

C.I. 539553

Por favor, puede conectarme por el correo electrónico:

damas.eligio@gmail.com



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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