En el actual proceso de cambios que vive Venezuela no hay circunstancia que no quiera ser aprovechada por los sectores oligárquicos de la extrema derecha para tratar de afectar el buen desarrollo del proceso de cambio, cualquier circunstancia es un pretexto para querer dañar la imagen del gobierno revolucionario, recurriendo al fariseísmo más insólito, tal es el caso de la polémica en torno a la famosa estatua de la diosa indígena María Lionza, centro de un culto popular mágico-religioso de muy larga data.
¿Por qué la estatua de María Lionza no estuvo nunca ubicada, como obra escultórica de gran envergadura y belleza estética?
Dentro de la concepción elitesca del arte que compone el patrimonio de la UCV no podía caber la presencia de una escultura que según concepciones excluyentes encontraba en aquella obra deficiencias estéticas, pretexto que encubría la no aceptación de lo que significaba y encarnaba la diosa india, reivindicada por primera vez en la famosa estatua donde la vemos montada sobre una danta gigantesca, escultura que impresiona por su fuerza y por todo el significado cosmogónico construido por el pueblo en el proceso histórico de desarrollar la cultura popular desde el momento mismo de la conquista española.
Nunca, óigase bien, ¡nunca! la UCV se preocupó por el estado y la salud de la estatua de María Lionza, confinada a un lado de una super concurrida autopista donde el monóxido de carbono, la tierra, las agresiones de todo tipo erosionaban la vulnerable escultura, que no sucumbió totalmente por ser adorada y venerada por los sectores populares, quienes ven en el hermoso icono una síntesis de sus creencias.
El gobierno revolucionario que preside Chávez, desde su llegada, impulsó el rescate de los bienes patrimoniales, los objetos de valor histórico, popular y tradicional. En Caracas la Oficina del Patrimonio histórico, dependencia de la Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador, que preside el arquitecto Merino, se ha abocado con fuerza a esa política que reivindica nuestra identidad y dentro de esa política la estatua de María Lionza le correspondía ser refaccionada y rescatada de los males de la erosión, el descuido y el abandono de que fue objeto por décadas.
Precisamente cuando se planteó su traslado al Parque Los Caobos de Caracas, para poder realizar un trabajo óptimo y salvar la histórica pieza, el rector fascista de la UCV, Gianetto, sacó desde el fondo de un desván donde estaban los bienes desincorporados (o nunca incorporados) la presunta propiedad de la UCV de la estatua, es decir, el rector reaccionario politizó el hecho cultural y generó una polémica innecesaria, de claras y abiertas connotaciones políticas para atacar al gobierno. De pronto el rector ultra derechista se acordó de que María Lionza existía, y con un cinismo típico de esa clase media fatua e hipócrita, arremetió contra la noble iniciativa de la Alcaldía de Caracas, del arquitecto Merino y el equipo restaurador de la Oficina de Patrimonio Histórico.
Los meses pasaron y en un país donde la justicia está en manos de la reacción y la oligarquía, fallaron los jueces a favor de los que nunca les interesó si la escultura de la diosa yaracuyana estaba en buenas o malas condiciones; pero, oh ironías o cinismo de la vida, los fondos de 600 millones de bolívares para el rescate de la obra, serán transferidos a la UCV para que haga las reparaciones a la estatua.
La polémica entre las UCV y la Alcaldía de Caracas, las arteras maniobras de la contrarrevolución encarnada en el rector Giannetto y en el grupo rectoral ucevista para frustrar la iniciativa patriótica del Alcalde de rescatar el patrimonio popular que es la escultura de la diosa indígena María Lionza, pusieron de relieve la total y absoluta carencia de sensibilidad y patriotismo de los grupos fascistas que se entronizaron en la UCV y su intención de sabotear cualquier iniciativa gubernamental, por noble que sea.
Al final de toda esa absurda maniobra quedó algo positivo, la UCV -por hipocresía o por cinismo o porque no tenía otra alternativa después del escándalo formado- tuvo que permitir, por primera vez en la vida, que la diosa más representativa del culto y la cosmogonía popular distinta a la falsa y mentirosa religiosidad oligárquica, entrara a los espacios hoy exclusivos de la pequeña burguesía y los sectores oligarcas que se apropiaron de la UCV, otrora centro de luces y de grandes luchas sociales.
Con seguridad otros tiempos vendrán y de nuevo esos espacios se abrirán al pueblo, a sus creencias y a los grandes ideales que hoy estremecen la patria. (21-06-04)