Luego de un largo e intenso proceso de actividad diplomática en el seno de los
Estados Miembros de la Organización de Naciones Unidas, contando con el
imprescindible apoyo del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados en América
Latina y el Caribe; la República de Colombia ingresa por séptima vez como
Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad para el período 2011-2013, en
las circunstancias actuales de agravamiento del conflicto social y armado
interno que padece desde hace más de 60 años y, en medio de una situación
mundial caracterizada por un incremento de las tensiones políticas y militares
atizadas por la estrategia global del imperialismo norteamericano de imponer
definitivamente su malograda hegemonía mundial y descargar sobre los pueblos, la
Humanidad y el planeta Tierra, la irreversible crisis estructural en que se
encuentra el Capitalismo en su fase global..
Lo primero que es importante destacar es que la presencia de La República de
Colombia en el seno de esta “élite oligárquica” del Poder Mundial no determina,
de ninguna manera, las decisiones fundamentales de ese organismo por cuanto el
Derecho de Veto lo ejercen las cinco grandes potencias (USA, FRANCIA, REINO
UNIDO, CHINA Y RUSIA), pero si constituye un elemento adicional de legitimación
y apoyo a las políticas imperialistas, dada la clara alineación de los actuales
gobernantes colombianos con las políticas guerreristas en Irak y Afganistán, su
alianza estratégica con el ente sionista israelí en la controversia sobre el
conflicto medio-oriental y en el Golfo árabe-pérsico, la contención de los
procesos soberanistas, de integración democratizadores y de Justicia Social que
se vienen abriendo paso en América Latina y el Caribe y en, su plena
coincidencia de enfrentar y derrotar en Colombia, en Nuestra América y el resto
del planeta, los movimientos anticolonialistas, antiimperialistas y
anticapitalistas que persisten en su línea de resistencia popular.
En segundo lugar, contrario a las obligaciones de la Carta de las Naciones
Unidas que le atribuye al Consejo de Seguridad la responsabilidad de garantizar
“la paz y la seguridad internacionales”, la presencia de Colombia en ese
organismo, solo puede servir para garantizar la legitimación de la política de
guerra y victoria militar y rechazo a todo proceso de negociación que, desde el
mismo inicio de su mandato y con la consigna de “Arreciar, Arreciar. Arreciar”,
el apoyo político, económico y militar del gobierno usamericano ha venido
desarrollando el presidente Juan Manuel Santo; lo que podría conducir al aumento
de las presiones políticas, económicas y militares en contra de los gobiernos
de Venezuela y Ecuador, con vista a conseguir su involucramiento con la
estrategia de victoria militar contra la insurgencia revolucionaria.
Igualmente, la salida del Consejo de Seguridad del Brasil negociador y
pacifista y el ingreso de la Colombia guerrerista y pro-imperialista, le
facilitará al gobierno usamericano la posibilidad de seguir desarrollando su
plan de reposicionamiento de Fuerzas Estratégicas de Despliegue Rápido en el
continente americano, y servirá para tratar de relativizar y neutralizar el
papel de promotor de la paz y la seguridad que viene cumpliendo, con buenos
resultados, la UNASUR; profundizando su actual papel de instrumento dócil y
consecuente de la legitimación de acciones antipopulares que el imperialismo y
sus aliados puedan seguir promoviendo en América Latina y el Caribe, con el fin
de recuperar su menguada hegemonía política y económica y proteger los intereses
de las corporaciones globales, amenazados por la integración económica sur-sur,
las creciente presencia de China, Rusia, India e Irán y el desarrollo y
consolidación de procesos políticos soberanistas, democratizadores y de Justicia
Social en Nuestra América.
Este "triunfo" de la diplomacia Colombiana, apoyada por las presiones, halagos
y, hasta extorsiones del imperialismo contra los Estados Miembros de la ONU y,
en especial, en América Latina y el Caribe, solo puede ser neutralizado mediante
iniciativas populares colombianas y de Nuestra América, dirigidas a
transparentar la conducta del gobierno colombiano en le seno del Consejo de
Seguridad, respecto a todos los conflictos y situaciones internacionales que
sean debatidas en el organismo y, con una respuesta firme, desde UNASUR, para
fortalecer los mecanismos de consulta y acuerdos dirigidos a enfrentar
situaciones que amenacen la paz y la seguridad en América del Sur y que
pretendan se manipulados desde el Consejo de Seguridad, en favor de la potencia
imperial y su aliado subalterno.
yoelpmarcano@yahoo.com