La historia de nuestro país no ha visto nada más débil, nada más fatal, que a este candidato lacayo, alquilado por la oligarquía y el imperialismo yanqui para asesinar la libertad, así como lo ocurrido el 12 de abril del 2002 al detener a quien fue ministro del interior Rodríguez Chasin, esposado y lanzado a esa jauría terrorista que lo secundara, cayéndole como león enjaulado para devorarlo.
Crimen cometido contra un hombre esposado, contra un ministro que le servía al gobierno institucional, que horas antes ellos mismos habían derrocado.
El crimen cometido por los alcaldes de Baruta y Chacao Leopoldo López y Enrique Capriles Radonski, colmó de espanto y dolor al pueblo venezolano.
En un supuesto negado que este candidato “majunche” llegara a la presidencia de la república convertiría a nuestro país en carnicería humana, comenzaría la persecución de los que apoyamos esta revolución que dirige el comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Un candidato de instinto criminal a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, jamás y nunca recibirá el apoyo de nuestro pueblo.
A estos criminales el sitio que les corresponde es la cárcel donde deberían estar hoy Leopoldo López y Enrique Capriles Radonski, porque el delito que cometieron contra Rodríguez Chasin fue un crimen a la vista del mundo entero.
Jamás el pueblo venezolano podrá olvidar esa cobardía que conmovió de espanto y dolor a todos los pueblos de sensibilidad humana, que vieron ese macabro momento reseñado por todos los medios de comunicación nacional e internacional.
No hay lugar para la inconstancia humana que haya presenciado, ejemplo de crueldad similar a la de los bárbaros griegos y del imperio romano, donde el miedo y la cobardía contaminó el corazón de un hombre, como el de Enrique Capriles Radonski quien infló su crueldad para ocultar su pusilanimería.
No conforme con su vileza asaltó la embajada de Cuba para someter a los que en el interior de ella se encontraban. Viendo fácil su objetivo saltó con escalera el paredón de la embajada, al encontrarse con el embajador Sánchez Otero tuvo que abandonar la misión diplomática, pues este no le permitió revisar la embajada. El embajador estuvo dispuesto a pagar con su vida la dignidad, el honor y la integridad de su sede cubana, esto atemorizó al invasor alcalde Capriles que tuvo que recular más embarrado más que un palo gallinero. Es el mismo que sueña ganar la presidencia de la Republica Bolivariana de Venezuela el próximo 7 de octubre, olvidando su oscuro pasado, violador de sedes diplomáticas. No pasará porque hoy hay demasiada luz en nuestro pueblo para que esta oposición vuelva a gobernar a nuestra patria.
Ellos son una sombra momentánea que se refleja en los canales mediáticos de radio y tv. Entre el sol de la civilización somos resplandor de la verdad y la alegría, roca gigantesca que contra ella se estremece el oleaje del servilismo mediático.
El candidato Capriles se ha convertido en un súbdito hecho fiera para demostrar ante el país que es capaz de todo con tal de ser presidente y realizar lo que no pudo hacer el 12 de abril contra el pueblo chavista.
El Partido Primero Justicia tiene su personificación siniestra en una sola persona, Capriles.
Sombría personalidad política. “Un hombre siendo inteligente tiene mucho rivales, como perverso no tiene ninguno”. Por lo tanto no podrá renunciar a este tenebroso pasado, comprometido con los criminales del 12 de abril y no renunciara a la triste celebridad de haber sido el principal protagonista de ese intento criminal contra el ex ministro Rodríguez Chasin.
Capriles no representa una causa sino un delito. Quien viola una sede diplomática es un delincuente.
He ahí el triste inventario de la gloria de Enrique Capriles Radonski .
La manera de sus discursos no lo acerca al pueblo por estar desdeñado, carece de esa gracia comunicativa. Jamás llegara a las masas venezolanas.
Patria socialista
Triunfaremos y Venceremos.
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