La decisión de Julian Assange y sus compañeros de Wikileaks de desafiar a los poderes factores del planeta, vaciando los archivos de las grandes corporaciones internacionales y, particularmente, los super-secretos correos del Departamento de Estado y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, dejando al descubierto todos los crímenes, manipulaciones políticas y estrategias militares y civiles del gobierno usamericano, en conspirativo acuerdo con las élites gobernantes en buena parte del planeta; fue una osadía imposible de digerir por el “campeón” de la libertad y sus socios; por lo que, sin mayores ruidos que descubran su hipócrita juego de demócratas falsos, mantienen una encubierta ofensiva a detener, enjuiciar y sepultar en una de sus terribles cárceles de máxima seguridad, a su principal responsable y referencia del desafío mediático-cibernético, el australiano Julian Assange.
Para ello, lo importante no fueron el par de meretrices tarifadas suecas con las que inocentemente fue a la cama, sino el papel miserable de la Monarquía Sueca y su gobierno subordinado a los dictados imperialistas, al acusarlo de violaciones y otros delitos sexuales, con el deliberado propósito de deslegitimar éticamente al valiente periodista australiano y, abrirle un juicio penal que permitiera su encierro y con ello facilitarle a los Estados Unidos de América la tramitación de una extradición que lo llevaría directamente a una cárcel por el resto de su vida, si es que sale vivo, porque conociendo tanta información aun no publicada, lo más posible es que se muriera de una ”extraña enfermedad”, diagnosticada como una conocida patología por alguno de los médicos dedicados a esos menesteres.
No menos despreciables ha sido la conducta de la Monarquía Británica, que no ha sido capaz de enjuiciar al genocida y mentiroso de la guerra de Irak, Tony Blair, ni encausar al palangrista, espía y corruptor de policias, R. Murdoch, pero si encontró suficientes elementos para aceptar las argumentaciones de los abogados de la Monarquía Sueca, para extraditar por a Assange por el delito de Violación; en un país donde se viven las más amplias libertades para el disfrute del sexo, por lo que tal delito es poco menos que inexistente y mucho menos, en una persona que, como Assange, no se le ha probado ningún tipo de antecedentes de conducta desviada.
Fue comprensible y legitimo la decisión de Julián Assange de rechazar la parodia de juicio de extradición que le montó la Monarquía Británica para buscar asilo en loa Embajada de la República de Ecuador, en donde, fieles a la tradición del Derecho Americano de Asilo de los tratados y convenios internacionales sobre la materia y, en los propios compromisos del gobierno del presidente Rafael Correa, decidió darle asilo temporal y abrir el proceso de consulta política y jurídica para buscarle una salida a este conflicto internacional en el cual hoy están implicados cinco países: La Monarquía Sueca, acusadora de Assange, la Monarquía Británica, autora del juicio de extradición, los Estados Unidos, quien oficiosamente lo reclama para enjuiciarlo como espía y terrorista, el Estado Australiano, que debiera de defenderlo pero que apoya su entrega a los Estados Unidos y, por supuesto; la República de Ecuador, en cuyo territorio diplomático se encuentra asilado Julian Assange.
Si hay algo que expresa la profunda rabia y la sed de venganza del gobierno imperialista de los Estados Unidos en contra de Julian Assange y Wikileaks, es precisamente el silencio que acompaña sus conversaciones, exigencias, presiones y amenazas que, por distintos conductos directos e indirectos, viene desarrollando con el propósito de que le sea entregado el prófugo y exiliado periodista australiano y, no cejará en su propósito hasta destruir con su ley o por la fuerza, la amenaza que supone para los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN y el sionismo internacional, que Julian Assange siga descubriendo sus conspiraciones contra los pueblo y Wikileaks siga exponiendo públicamente a los gobiernos y corporaciones criminales que explotan, depredan y destruyen al planeta Tierra y sus habitantes.
La República de Ecuador, con un gobierno con una base social y política de adhesiones pero no organizaciones populares fuertes y combativas, una oposición abiertamente golpista y plegada a los intereses de los Estados Unidos, una economía esencialmente rural y con el dólar como su moneda nacional; no le será nada fácil resistir la presión imperialista y buscar alguna salida que no signifique un enfrentamiento directo y bilateral con el imperialismo, con el fin de evitar las inevitables represalias políticas, económicas, financieras y militares, especialmente teniendo los Estados Unidos la bofetada tatuada en su mejilla por la decisión soberana del presidente Rafael Correa, en el año 2009, de no renovar la autorización de uso de la base de Manta: centro de operaciones de inteligencia y espionaje de los Estados Unidos en el norte de Suramérica e instrumento de guerra electrónica en el conflicto interno colombiano.
El conflicto Ecuador –Estados Unidos de America por el asilo de Julian Assange esta siendo examinado por los gobiernos de la región y, aunque es predecible que algunos sectoeres lo asuman como un “asunto bilateral”, no es descartable que detrás de Rafael Correo y su gobierno soberano y democrático, formen filas otros gobernantes que le permitan a este líder regional, la fuerza suficiente para desafiar al imperialismo norteamericano sobre un asunto que no se reduce a las filtraciones sobre la genocida guerra de Afganistán e Irak y a las conspiraciones de la diplomacia gringa y sus elites aliadas del planeta en contra de los pueblos y la Humanidad, sino a la defensa de el Derecho de Asilo y del D erecho real y efectivo de la Humanidad a disfrutar de la Libertad de Expresión y de Información, tan pisoteada, manipulada y destruida por acción de las corporaciones mediáticas al servicio del imkperialismo.
yoelpmarcano@yahoo.com