En toda confrontación política social de clases las rivalidades no terminan de aceptar la preeminencia del otro; en el caso venezolano no es extrañable que esta oposición, fundamentalmente la derecha antipatria, pienso es toda derecha, ante la contienda recién pasada, está bien clarito, no va a aceptar su derrota tranquilamente; hará lo de siempre, buscar el lado flaco de nosotros, incluido por su puesto, el Presidente Chávez, que no es otro que el sentimiento de respeto por el valor a la vida, la justicia, y cualquiera que reivindique la condición humana, como en definitiva hemos demostrado mucho antes de los 14 años de gobierno.
Ejemplos tenemos hasta decir basta: La cruz y el 14 de abril 2002, el perdón y puesta en libertad judicial de los golpistas, los llamados constantes a la aparición de una oposición seria. Ahorita mismo, estos opositores disfrazados de dialogadores, andan ligando y manipulando para que aparezca el discurso del Presidente decretando la amnistía para los terroristas presos y los fugados; sin embargo, independientemente de la necesidad de tender puentes de entendimiento hacia sectores opositores, existen dos situaciones de principios irreconciliables que deben ser consignas bien, o más bien anhelos puntuales para el pueblo chavista que no deben estar en ninguna mesa de negociación, pues en mantenerse en contrario, seguiríamos en el imperdonable error de aupar o permitir la impunidad que carcome nuestra dignidad como bolivarianos.
En primer lugar se presenta Globovisión, quien jugando el papel de principal protagonista como agente del imperio, en su guerra mediática y psicológica contra el pueblo en general, incluidos sus seguidores, que no escatima momento para crear pánico y terror en la población, llegando al colmo de aumentar la dosis de estimulo para las acciones de calle donde lo que se reflejó era y sigue siendo así, es el odio y la sed de venganza disparados contra todo lo que significa chavismo.
Por otro lado está la conducta perfectamente intencionada de Corina Machado, cuando, esta vez amparándose en su inm(pu)nidad, no solo se da el tupe de desconocer y denigrar del C.N.E., sino que actúa conscientemente contra todos los venezolanos, que somos los que realmente valemos para esta tierra llamada República Bolivariana de Venezuela, llamándonos con el insulto en boca, mente y alma, como le da la gran perra gana. Recordemos que con el más descarado discurso antipatria, llamó putas a las estudiantes de las Misiones Educativas y alertó a sus amos del norte, cual agente extranjero, ante la defensa que preparamos porsiacaso una amenaza o acción gringa contra Venezuela.
Ahora, en vez de conciliación a ciegas, acaso no podemos ver como una causa popular el que pidamos a la Fiscalía General del Ministerio Público para que abra una investigación a Globovisión, por delitos psicológicos en perjuicio de ciudadanos o parte importante de la población venezolana, llevándolos al odio colectivo de unos contra otros; ahorita, pues, viendo lo sucedidos, tratando de enmendarse ante sus víctimas y seguidores o viceversa, están presentando programas de autoayuda contra la depresión y los estrés generados por ellos, confesión de parte relevo de pruebas, podríamos decir. De esta investigación seguro que llegamos facilito a una acción penal, tal como lo hicieron los tribunales internacionales contra los dueños de televisoras en Ruanda, después que estos con sus medios condujeron y manipularos a la población a las cruentas masacres conocidas.
Asimismo tenemos que pedirle, podemos verlo como una exigencia a la Asamblea Nacional, que le abra juicio político a la María Corina Machado con consecuencias judiciales, pues esta dama, habiendo cometido un desmán de mayor significación contra la Patria que el diputado Caldera, merece una sanción mejor ejemplarizante del Parlamento y demás instituciones, ante los ojos de cualquier cantidad de mujeres jóvenes y adultas que se acercaron a las misiones educativas en busca del conocimiento que les negaron entre tantos desalmados, como los padres de la diputada maricori, que mantuvieron a los gobernantes de la democracia representativa de adecos y copeyanos durante los años puntofijistas.
