Asesinaron a Mónica Spear…verga, la vaina es grave!

Que cosas, cuando se habla de delincuencia en momentos dantescos como el que ha estallado con la lamentable muerte de la artista y familiares, salen en demasía exponentes sobre esta problemática que nos acompaña desde hace rato, entre ellos o ellas, por supuesto, l@s víctimas directas e indirectas que son las más afectadas, pero lamentablemente las que menos o ningún poder de decisión al respecto tienen. Asimismo los críticos, expertos, científicos policías criminalistas y fiscales penales en todos los órdenes o jerarquías y, sin desaprovechar las pantallas y demás medios des-informativos, los politiqueros de las dos aceras se pronuncian queriendo que no los oigan.

Todo esto transcurre precisamente muy poco después de concluir la época del año en la que aflora la contradicción (hipocresía dirían algunos, yo entre ellos) política, económica y social a la vista y permisividad de todos, que se combina en el mundo material de hoy: la Navidad. Asimismo, se está rodeado de recuerdos religiosos y llamados a la paz y un amor vertidos demagógicamente como necesarios entre los seres humanos, justamente cuando vienen floreciendo con más fuerza los templos, iglesias, centros, cultos y demás creencias dogmáticas que, recaudando los cuantiosos diezmos amasa fortuna, a todas luces pregonan de manera cómoda y distante, una ciega, muda y sorda entretenedora fe espiritual, conducida hacia un más allá que nadie realmente sabe dónde está ni cuándo será.

Esta hipocresía la vemos porque se siente con más ahinco, cuando el gobierno y la oposición en Venezuela se disputan la atención y adhesión a sus planes e intereses, prometiendo garantizar a la ciudadanía la satisfacción de necesidades sin importar la superficialidad de estas, con la proyección y el estímulo de un consumo desmesurado que solo y en exclusividad, sirve para beneficiar a los comerciantes, fundamentalmente a los importadores de mercancía chatarra en el corto tiempo y fabricantes-vendedores de vicios de todo tipo, que, mientras transcurre, se convierten en el elemento disociante por excelencia que se vierte para tejer una competencia desleal entre los seres humanos, teniendo sus epicentros fundamentales en los persuasivos y alienantes centros comerciales.  

De esto han surgido todas las guerras micros, medianas y grandes que han sometido a la humanidad tras el afán de unos pocos para hacerse ricos o más ricos, en detrimento de las grandes mayorías conducidas hacia la pobreza, cuando el objetivo ha sido neutralizar a los oponentes a como dé lugar y con el menor esfuerzo. Tal como sabemos, el comportamiento de los imperios en la historia, cualquier que haya existido, se ha concebido para neutralizar a quienes se oponen, para ello utilizan todas las armas y medios a su alcance y control; ahora, si revisamos lo que viene pasando con la política exterior y ahora interior de USA, encontramos que no diferencia su conducta con la utilizada por el malandro criminal del barrio cuando considera que su oponente, en la consecución del objetivo de lucrarse malamente, se presenta en la figura de una madre, hijo - hija o cualquier indefenso ciudadano, pues, simplemente, sin piedad lo acorrala, aterroriza y aniquila. Es la misma conducta que los productores de pesadillas nos quieren esconder.

 



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Gustavo C Vásquez


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