Ya desde 1789, cuando en Francia se proclamaron los Derechos del Hombre quedó claramente establecido que “la libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a otro”. Cuando aún faltaban 21 años para que en la colonia española que era Venezuela comenzara a gestarse la independencia (1810), proceso que después de más de 15 años significó la liberación de Suramérica de la Corona, ya los franceses tenían claro los límites que la libertad impone a los individuos que aspirar vivir en sociedad.
En estos días veíamos un alcalde guarimbero que disfrazado de constitucionalista rebatía la sentencia del TSJ acerca de la interpretación del derecho a la manifestación emitida por la Sala Constitucional. En declaraciones un tanto cantinfléricas Gerardo Blyde dice que el TSJ criminaliza la protesta pacífica, habría que preguntarle ¿quién le dijo que unas protestas que han causado hasta la fecha más de 40 asesinatos son pacíficas?.
Blyde igual que los Alcaldes guarimberos: Ocariz, Smolansky y Muchacho, quien extrañamente no los acompañaba, saben que las protestas que desde el 12F ocurren en sus Municipios, además de no ser pacíficas tienen como objetivo promover el derrocamiento del gobierno legítimo y constitucional del Presidente Nicolás Maduro y que los asesinatos que han ocurrido desde esa fecha hasta hoy son parte del plan del plan insurreccional que se resume en el “Nicolás vete ya”.
Blyde y el resto de alcaldes guarimberos se oponen a la interpretación del TSJ porque saben que al final de cuentas ellos pueden terminar en la cárcel como los Alcaldes de San Cristóbal y de Valencia por guarimberos. Este guarimbero sabe que está en salsa, porque ya junto a Smolansky, ya fue exhortado por el TSJ a cumplir con sus labores para garantizar un adecuado y seguro desplazamiento por las vías públicas de sus municipios. Labores y funciones que cumplen con manifiesta negligencia.
Estos alcaldes guarimberos que siguen apostando al “Maduro vete ya”, no aceptan que la mayoría de los venezolanos, los que apoyan a Nicolás y los que los adversan, optamos por la paz y porque se diriman las diferencias políticas sin violencia.
Dijo Blyde que se reunirán con cancilleres de UNASUR para repetirle la sarta de mentiras que ni ellos mismo creen ya, es su derecho y seguro que esto no pasará más allá de una puesta en escena a las que nos tienen acostumbrados, pueden ir a la misma corte celestial.
Estos Alcaldes guarimberos deben cumplir sus funciones como autoridades municipales y garantizar a la ciudadanía el derecho al libre tránsito, así como a la paz y la tranquilidad ciudadana y no apoyar a los terroristas fascistas que apuestan a la violencia y a la muerte como medio para cambiar un gobierno constitucional y democráticamente electo.