La exdiputada María Corina Machado, despojada de su inmunidad parlamentaria, por la Asamblea Nacional, al violar la Constitució, por aceptar que Panamá, la nombrara su representante legal ante La Organización de Estados Americanos (OEA); o sea acepto el cargo de funcionaria, o agente de un gobierno extranjero que para colmo de males, en ese momento, era hostil al gobierno legitimo y democrático de Venezuela; por tal motivo debe ser enjuiciada por su culpabilidad de uno de los más detestable delitos “el de traición a la patria” de su patria, como lo establece nuestra Constitución.
Nuevamente vuelve en sus andanzas, de buscar apoyo Internacional para una intervención Extranjera en Venezuela. Así lo hizo con el gobierno de EEUU (Obama), con el gobierno de España (Asnar), Con el de Colombia (Uribes Vélez), con el de Mexico (Vicente Fox), con el de Chile ( Sebastián Piñera ), y últimamente con Panamá (Martinelli). Ahora se presenta ante una comisión del Senado en Canadá (Otawa) , para testificar sobre la situación en Venezuela.
Recordemos que Canadá y Venezuela, mantienen unas tensas relaciones diplomáticas, acentuadas desde la llegada al poder en 2006, del Primer Ministro Canadiense, el conservador Stephen Harper. En 2012, el gobierno de Harper dijo que “tomó nota de la pacífica conducta”, en las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela pero sin mencionar la reelección de Hugo Chávez, el fallecido expresidente-o felicitar al mandatario venezolano por su victoria electoral. El 2013, el Ministro de asuntos exteriores de Canadá John Baird, canceló la visita que tenía prevista a Venezuela pocas horas antes de que se iniciase. Baird, emitió un comunicado en el que señala que esperaba que hubiese otra oportunidad “mutuamente conveniente”, para conversar con las autoridades venezolanas.
Posteriormente, Canadá decidió enviar al funeral de Hugo Chávez, a un representante de segundo nivel, el diputado Bob Dechert, secretario parlamentario de Bard.
Canadá también presiona a EEUU, para que apruebe la construcción de un oleoducto gigante, que conectaría los pozos petrolíferos canadienses con las refinerías estadounidenses, argumentando que de esta forma los estadounidenses se liberarán de tener que adquirir crudo venezolano.
El Primer Ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, junto con todo su gabinete político se reunieron con la exparlamentaria venezolana y exfuncionaria del derrotado presidente de Panamá Martinelli, con la finalidad de “tomar algunas acciones” en contra de Venezuela.
Estos gobiernos como el de Canadá y EEUU, deben tener mucho cuidado, porque país que pisa y consigue apoyo ésta Señora en contra de Venezuela, pierde las elecciones posteriormente. Es como aquello de Atílas donde pisa su caballo no vuelve a crecer la hierba. “País que visita María Corina , y le da respaldo en contra de Venezuela no gana elecciones”. Así pasó con España (Asnar), con Colombia (Uribes), con Chile (Sebastián Piñera), con Mexico (Vicente Fox), con Costarrica y últimamente con Martinelli .
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