Durante los gobiernos de la cuarta república, adecos y copeyanos, fueron incontables los casos de detenidos, torturados y desaparecidos por el solo hecho de ser miembros o militantes de algún partido de tendencia izquierdista, sobre todo si pertenecían al partido comunista, declarado ilegal por obra y gracia del sátrapa Rómulo Betancourt.
Todos esos camaradas tuvieron dolientes, familiares que se exponían a las puertas de los organismos represivos del estado reclamando su presencia, conocer su estado de salud o saber de su paradero. Muchas fueron las madres y los padres que sufrieron un calvario en busca de sus seres queridos sin recibir ninguna respuesta aun sabiendo que habían sido detenidos por los cuerpos policiales. Algunos aparecieron muertos en algún lugar con evidentes señales de torturas y otros entregado su cadáver a los familiares diciéndoles que habían muerto por causas naturales como el caso de Jorge Rodríguez padre, asesinado por la DIGEPOL, o que se había suicidado, como sucedió con Fabricio Ojeda. De muchos aun se desconoce en que lugar fueron lanzados desde helicópteros, como hicieron a Víctor Soto Rojas o en que sitio fueron enterrados. Otros ejemplos tenemos en el profesor Alberto Lovera, encontrado con una cadena amarrada a un pie con un pico en una playa de Lechería, arrastrado por las olas hasta ese lugar.
En el joven estudiante Noel Rodríguez, cuyo cadáver apareció a los 39 años después de haber sido detenido por la policía política de Rafael Caldera y eso gracias a la exhaustiva investigación realizada por este gobierno revolucionario, por solo nombrar unos pocos de tantos casos. En esa época los derechos humanos eran una fantasía.
Ningún gobierno en este país ha respetado más los derechos humanos que este proceso revolucionario. Sin embargo la oposición se empeña en denunciar por medios nacionales e internacionales, que en Venezuela existe una ola de persecución, detenciones y torturas a todo aquel que piensa distinto y salga a manifestar pacíficamente. Algo tan falso como ridículo, porque si se han realizado detenciones todo el mundo sabe que han sido a terroristas guarimberos que han causado casi cincuenta muertes y se les han respetado todos sus derechos, la mayoría puestos en libertad bajo las condiciones que dictan las leyes.
Ridículos porque eso que a una persona se le meta presa por pensar distinto es la mayor estupidez que se pueda decir, porque el gobierno no es Dios para saber lo que piensa otro. Algo muy diferente es poner en ejecución lo que se piensa y si eso va contra las leyes pues las autoridades tienen todo el derecho de actuar. Como igual de estúpido es decir también que el gobierno quiere limitar la libertad de pensamiento. Quisiera que alguien me explicara como se puede hacer eso.
Lo raro en estas denuncias de las torturas que según la oposición está cometiendo el gobierno de Nicolás Maduro, es que al contrario de lo arriba narrado, no aparece por ningún lado nombres de torturado alguno y muchos menos familiares de esas supuestas victimas. Solo ha aparecido por ahí un joven que dijo ser violado con el cañón de un fusil, pero las investigaciones de la fiscalía arrogaron que todo era falso, lo que me hace pensar que eso pudo tan solo haber existido en la mente o en un sueño deseado del supuesto torturado.
No me imagino que irá a decir Delsa Solórzano cuando en el tribunal internacional de La Haya le pidan los nombres de los torturados cuando haga su denuncia. Como ellos son tan inteligentes y curiosos a lo mejor dice que son torturados invisibles.
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