Una de las fundamentales armas de la pequeña burguesía en contra de la Revolución es la fragmentación. Sobre ella se erige el edificio del capitalismo. Los pequeñoburgueses disocian todo, nada tiene relación con nada. Los revolucionarios deben restituir la relación de los diferentes factores sociales. Veamos.
En pocas horas, la libertad de simonovis copa las páginas de noticias y opinión. Mucha gente se lamenta, otros explican, pocos justifican. El gobierno, extrañamente, calla, prefiere voltear para otro lado. ¿Cómo abordar la libertad del que atentó contra el Comandante Chávez y masacró a la resistencia popular?
Podemos quedarnos en la anécdota, lamentarnos, y tendríamos una reacción comprensible. Quizá podríamos manifestar en Puente Llaguno, escenario de la masacre, sería una buena respuesta. Pero, de esa manera, no iríamos al fondo del asunto, no hurgaríamos en los secretos de una medida drástica y dramática como ésta.
La suspensión de la pena a simonovis comenzó con la reunión en Miraflores, a comienzos de año, cuando los capitalistas y el gobierno se pusieron de acuerdo. Se lubricó con la falsificación del Plan de la Patria, continuó con el reparto de dinero a la burguesía y el brutal giro del gobierno hacia la derecha, olvidando el rumbo al Socialismo, el sueño de Chávez.
La libertad de simonovis es la continuación en lo político de ese pacto infame fraguado en lo económico. Es así, el hecho es emblema, demostración clara, de que el gobierno se apartó del camino revolucionario y se entregó en brazos de la oligarquía, la nueva y la vieja. Indica que la masa y los dirigentes se durmieron, y el capitalismo nos madrugó: un día sábado amanecimos con otro cuadro político, reflejo del cuadro económico de entrega que no supimos combatir.
Que no se venga ahora a llorar, cuando no supimos defender al Socialismo que se perdía frente a nuestras narices, y nos dedicamos a perseguir a quienes nos alertaron. No ganaríamos nada, seguiría la traición, si nos quedamos en los lamentos y los lloros: es hora de reaccionar.
Los dirigentes que evalúen: ¿qué esperan para sentarse y reflexionar hacia dónde nos lleva el camino de concubinato con el capitalismo?, ¿qué esperan para rectificar el rumbo, qué tiene que pasar para que reaccionen? Seguirán asistiendo a cómo el gobierno va hacia la derecha, se debilita, cómo los cuadros medios cantan "sálvese el que pueda", asistirán al envilecimiento egoísta de la masa.
El alto gobierno, ¿cuándo se dará cuenta de que el camino del maridaje económico con los oligarcas nos ha llevado a entregarles el timón de la Revolución, que son ellos los que tras bastidores dictan las órdenes importantes y sólo le dejan al gobierno instrumentarlas, que el gobierno se ha reducido a esto, a bailar la música de los mantuanos, y sólo le queda iniciativa para hacer tonterías en la superficie y pegar griticos inofensivos en el canal 8?
Los cuadros medios, los opinadores, deben defender al Socialismo, esa es la verdadera lealtad. No sólo denunciar las consecuencias de la entrega, deben ir al fondo, al origen de lo que hoy nos hiere, nos irrita, deben develar los secretos de lo que hoy pasa.
Justificar la ida a la derecha, justificar todo lo que haga el gobierno, la ausencia de crítica, buscar culpables por las orillas es el camino más corto al entierro del gobierno y de la esperanza socialista.
¡Viva Chávez!
¡Viva la resistencia popular de Abril, de Diciembre, hoy debemos revivirla!
¡Horror a la oligarquía!