Si no tenemos memoria muy corta, es posible recordar que en un momento determinado, la camarada Lina Ron fue muy cuestionada por el propio proceso. Tengo la impresión hoy, viendo un poco lo que está pasando, que los medios privados conformaron una matriz de opinión sobre ella, que luego el propio gobierno fue asimilando y se decidió hacerle un llamado de atención. Lina Ron aceptó domesticarse y no sé si esa situación, vista en este actual contexto, fue correcta o no. Tengo mis dudas.
Desconozco los detalles y pormenores del enfrentamiento entre el CICPC y miembros del colectivo Escudo de la Revolución. Tengo lo que se ha dicho, pero al momento de redactar este artículo no he podido revisar algún elemento que me exprese que este colectivo andaba en malos pasos y que no reúne los requisitos para ostentar el nombre colectivo. No teniendo esos elementos a la mano, no me es fácil opinar o no debería opinar.
Sin embargo hay un aspecto de esta situación que no encaja o no sé explicármelo. He oído que los guarimberos que fomentaron sus desordenes en país hace poco tiempo, produjeron por muchos días una situación de caos y muerte en país. Su accionar produjo más de 40 muertes y vimos que desde esos colectivos guarimberos, bajo una total impunidad y mirar desde lejos por parte de los organismos de seguridad del Estado, quemaron instituciones públicas, dañaron estaciones del metro, quemaron autobuses y universidades. Además de estos pequeños detalles produjeron más de 40 muertos.
Jamás oí o leí que los cuerpos de seguridad, incluyendo al CICPC actuaron en tales circunstancias para someter a delincuentes que estaban generando zozobra y muerte. No actuaron y en vez de un muerto; el país pudo conocer más de personas caídas en estas acciones vandálicas. No pudieron, creo que es más correcta la apreciación.
En verdad que es difícil entender la efectividad y diligencia con cual la actuó el CICPC en el caso de este colectivo “Escudo de la Revolución” y la libertad de actuación que le dio a los varios colectivos guarimberos que la MUD financiaba en varios estados del país y que tenían licencia para matar y degollar.
Si los organismos de seguridad del Estado hubiesen actuado desde el primer momento con la misma efectividad y prontitud que actuaron con el colectivo que dirigía José Manuel Odreman; el país no hubiese perdido tantas vidas.
Lo peor de todo esto es que desde el gobierno se anunció que venía la guarimba y se dio. La vimos concentrada en unos sitios, pero aunque fue anunciada previamente y se le vio actuar en sitios muy precisos; los organismos de seguridad le faltaron un poquito de aquello para desmantelar lo que ya sabían.
Reconozco que no puedo argumentar si José Manuel Odreman andaba en malos pasos. No opino ahí, sin embargo, puedo decir hoy, que los jefes de los colectivos guarimberos de la MUD gozan de total libertad, tienen sus dólares listos para una próxima guarimba que ya el gobierno anunció. Hay algunos operarios gurimberos detenidos, que tienen el apoyo de la MUD y los organismos internacionales los califican de presos políticos. La MUD orgullosamente reclama que con sus guarimberos no se metan y en verdad no nos metemos.
Lo menos que uno puede decir, es que en este acontecimiento y en otro acontecido recientemente, se observa la falta de consistencia de la revolución. Se no está complicando la tarea. No me fue fácil escribir sobre este hecho, porque no tengo elemento. Sólo atino a observar la libertad con la que actuaron el colectivo de delincuente que conocimos como guarimberos.