“La teoría, en el artículo, se ilustra a través de la analogía con un edificio con las ventanas rotas. Si un cristal de un edificio que se rompe no es inmediatamente reemplazado, algunos podrían deducir que el edificio está abandonado o en ruinas e irremediablemente, todo el resto de cristales serán rotos porque los delincuentes no le darán ninguna importancia. Este ejemplo se hace extensivo a la seguridad ciudadana, basándose en dos postulados: Si el responsable de una infracción no es condenado inmediatamente, se le incita a reincidir. Si los responsables de infracciones no son condenados cada vez con toda la severidad a la que nos autoriza la ley, de forma progresiva pasarán de los pequeños delitos al crimen. Aceptando esto, la única forma de impedir la escalada de infracciones es actuar inmediatamente a cada una de las infracciones que se presentan. Condenando inmediatamente a los responsables, se les persuade de toda acción contra la sociedad, ya que esta, necesariamente implica una reacción inmediata, por lo que la sensación de impunidad desaparece”. Tolerancia Cero….
Combatir al hampa en cientos de ciudades de Venezuela, donde reina la ley de la selva, parece no ser una tarea fácil. Se requiere una eficaz y quirúrgica operación policial para devolver la paz a una ciudadanía sacudida por los asesinatos. Tanquetas, efectivos militares y policiales en un comando unificado; es lo que necesitan las autoridades venezolanas para que se cree unas fuerzas especiales de élite, que se adentren en las zonas más peligrosas de las grandes ciudades, para liquidar el narcotráfico, la delincuencia, y la corrupción policial que son palabras que parecen pegadas en enormes barriadas de Venezuela de los últimos años, y que las autoridades deben de recuperar para la paz de los ciudadanos honestos y trabajadores. Los millones de habitantes que viven en un país donde aún reina la ley de la selva, tienen que recibir de vez en cuando visitas en sus sectores del comando unificado en grandes operaciones de “limpieza selectiva” con la cooperación de la comunidad para que no se les escapen los jefes de la bandas, pranes, y los narcotraficantes.
En este tipo de operaciones según expertos en la materia aplicando la toma militar y policial por sorpresa de los sectores más peligrosos, es difícil que encuentren resistencia si manejan bien la situación con los informes tácticos que les suministre la comunidad seleccionada estrictamente para este trabajo de inteligencia.
En manos de este comando unificado debe recaer la responsabilidad de acabar con la inseguridad extendida por toda Venezuela.
Esto no debe ser excusa para montar alcabalas, y puntos de control los cuales deben desaparecer, y ser sustituidas por el del patrullaje inteligente en las ciudades, y así evitar que se matraqueen a conductores inocentes por los organismos policiales que no formen parte de este comando unificado, sino que colaboren a través de los informes de inteligencia que manejen sobre la movilidad del hampa, y así los comandos elites puedan actuar como los cirujanos e ir directamente a extirpar el tumor hamponil. Estos comandos tienen que estar fuertemente armados, y en tanquetas antidisturbios, y se adentren de día o de noche en los barrios más peligrosos para acabar con los delincuentes. Esa debe ser su principal función para devolverle la seguridad, y la ley sobre todo a las barriadas controladas por el hampa.
Sin embargo, este comando de policía militarizada si es creado no debe tener una especie de licencia para matar “con ese viejo cliché de disparar primero, y averiguar después”, en esas operaciones deben participar fiscales del ministerio público para que en forma disuasiva no se presente el exceso policial, porque la tarea de estos comandos son netamente quirúrgicas.
No deben existir las balas perdidas en el enfrentamiento entre policías, y delincuentes que provoquen “daños colaterales” según la jerga policial que acaben con la vida de personas inocentes, por eso se debe actuar con precisión en estos operativos.
Sus incursiones en las barriadas peligrosas deben ser entendidas por los habitantes honestos de esos sectores como una operación bélica en contra de la delincuencia. Ya que el hampa tiene fusiles AK, R-15, y granadas. Y ellos están obligados a defenderse.
Hasta que los sectores más peligrosos pasen a manos y control de las autoridades, con la inauguración de cuarteles de control zonificados que estratégicamente disuadan la reorganización y movilización del hampa criminal.
Ya en este año 2015 han sido asesinados varios policías y militares por la hampa asesina, Venezuela debe ser “pacificada” para que los turistas se adentran en sus calles, avenidas, plazas, playas, centros comerciales de la mano de sus leyes y autoridades. La intención es que Venezuela pueda acoger con tranquilidad nuevamente a los miles de turistas que años atrás nos visitaban para levantar su alicaída economía en parte por la desbordada inseguridad.