Ya se nos ha hecho común, escuchar la decisión de la justicia venezolana, “CASA POR CARCEL POR RAZONES DE SALUD” a todos aquellos que están convictos y confesos de haber cometidos grandes daños contra nuestra patria.
La jueza Afiuni, Lázaro Forero, Iván Simonovis, Henry Vivas, Antonio Rivero, Enzo Scarano , Antonio Ledezma y ahora Daniel Ceballos. Sin contar que los otros grandes cabecillas han logrado evadirse del país en las narices de todos nosotros. ¿Qué sentiría Danilo Anderson? Uno de los mártires de esta revolución, ¿Cómo se sentirán las víctimas? Que a la final el único consuelo que les queda, para mitigar su dolor es confiar en que la justicia hará pagar a los culpables que de forma violenta les arrancaron a sus seres queridos. ¿Por qué estos señores tan frágiles de salud no les tiembla la mano para atacar a un pueblo indefenso? Contra quien arremeten para obligar al gobierno a abandonar el poder. Solo imaginemos, si todo aquel que comete delitos y va preso se enferma en prisión, y hay que sacarlo, no necesitaríamos cárceles, sino muchos hospitales para atenderlos.
Lamentablemente la fragilidad de salud de estos personajes, en nada coincide con la crueldad con que manejan su cerebro, para poner en práctica la violencia que tantas víctimas ha dejado en los últimos años.
En momentos como estos es cuando la justicia nos pone a tragar arena, ¿De qué nos sirven las denuncias que el presidente Maduro hiciera en contra de Henrique Capriles sobre el paramilitarismo? Eso más que una denuncia grave es muy peligrosa y el único pronunciamiento que hemos escuchado es el de Maduro. Entendemos que eso lleva una serie de investigaciones, pero no fue un rumor que se corrió como tantos que recorren las calles. El presidente lo denunció por cadena nacional. ¿Qué sucedería si esto fuera en EE.UU? o en cualquier otro país?. ¿Para que levantan cargos contra alguien si a la final serán engavetados? ¿Qué pasa con lo que el pueblo ha pasado? Porque los muertos no son una mentira, los lesionados no son un invento, están ahí, hijos huérfanos, mujeres viudas, padres y madres sin sus hijos. Y antes que me caigan encima hablándome de la inseguridad, de antemano lo acepto, si hay mucha inseguridad pero es que además de la delincuencia que nos azota estos líderes de oposición tampoco ofrecen seguridad para nadie, por el contrario ellos promueven la inseguridad, y el premio a todo eso es: Unos meses descansando con todas las comodidades, y luego con el primer ataque de caspa, vayan a la comodidad de su hogar desde donde seguirán conspirando y trayendo violencia al país. Seguiremos escuchando denuncias y pruebas que a la final no serán suficientes.
Y el pueblo ya sin fe, en vez de esperar la bofetada justiciera, estará preparado para recibir su propia bofetada emanada de la justicia.
