Fiscal Luisa Ortega Díaz

Los padres de los niños violados en el colegio burgués de Caracas exigen justicia

“Y sobre todo, sean capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario” Ernesto “Che” Guevara.

En esta oportunidad deseo escribir acerca de un tema que me es totalmente inusual y ajeno en mis artículos de opinión, dado mi carácter de militante de la causa socialista y seguidor de la Escuela de Pensamiento Marxista, pero siendo consecuente con mis ideas no puedo dejar de materializar mi más absoluta solidaridad, con los padres y las madres de los niños que son o han sido alumnos de un “renombrado” y elitesco colegio privado situado en el este de Caracas, y que recientemente fueron víctimas de violación sexual, hecho cometido supuestamente por un miembro del cuerpo de entrenadores físicos del colegio, uno de los más cobardes y detestables actos que se pueden efectuar en contra de los seres humanos más vulnerables e inocentes, Los Niños y Las Niñas.  

Personalmente y en primer lugar, me entere de ese abominable suceso gracias a una información reseñada en el portal de Aporrea, la que me permitió tener una idea general de ese cobarde acto de violación sexual a algunos desafortunados niños de ese colegio. Pero la mayor comprensión de esa conmovedora noticia, la obtuve al escuchar el propio relato de un desolado pero valiente padre que en defensa de su pequeño hijo de seis años, se atrevió a insurgir contra el cerco mediático que ejerce hegemónicamente el oligopolio comunicacional de la burguesía criolla, mediante un video que fue proyectado a nivel nacional gracias a la gran solidaridad de los miembros del equipo de Zurda Konducta, y a la presencia en el aire de Venezolana de Televisión.

Esos padres y madres, además de la terrible afectación emocional que puede producir  un vil y lascivo acto en contra de los seres más indefensos y amados de su existencia, también han tenido que afrontar, paradójicamente para ellos, la crueldad del Sistema Capitalista que ha encubierto mediáticamente ese asqueroso y ruin crimen, al proteger de manera hipócrita y frívola los intereses económicos de uno de los espacios “educativos” más emblemáticos de la inculta burguesía caraqueña, ya que esa institución educativa en lugar de procurar el esclarecimiento absoluto de ese hecho para que se personalizara al criminal y se lograra la justicia del caso, por el contrario, le ha brindado públicamente al supuesto violador una solidaridad automática.

Esos desdichados padres y madres, además de la violación sexual que sufrieron sus pequeños hijos (según el testimonio de uno de sus propios progenitores), del férreo cerco mediático que le ha impuesto a este lamentable y triste suceso  la poderosa burguesía comunicacional del país (entiéndase los Cisneros, los Camero, entre otros), y de la falta de responsabilidad y de solidaridad de los dueños del colegio con sus agraviados padres, también han tenido que sufrir la injusticia de las instituciones, que lamentablemente aún permanecen en este ineficiente y corrupto Estado Burgués, como es el caso del Ministerio Público.

Esta institución designo a un fiscal para atender la denuncia hecha por el corajudo y amoroso padre antes mencionado, ante el organismo correspondiente, pero resulta que este funcionario  apoyándose en algunos subterfugios procesales,  desecho las evidentes pruebas de la violación sexual  al niño (de acuerdo a lo que le escuche decir al padre en el video proyectado en Zurda Konducta), pruebas que fueron determinadas rigurosamente por los investigadores del CICPC, para nefastamente concluir este caso manifestando que dada la escasez del fluido seminal colectado, no se podía determinar con exactitud el perfil genético del violador.

Compatriota Fiscal General Luisa Ortega Díaz la justicia siempre tiene que prevalecer sobre el derecho, y los padres de esos niños que han sido violados sexualmente tienen que ser desagraviados  por la institución que usted dirige y que a la vez representa. Pienso que usted debería interesarse por ese triste suceso para esas familias, revisar con la mayor rigurosidad técnica los procedimientos  seguidos por  el fiscal que atendió la causa, quien determino la insuficiencia de elementos de convicción para poder someter  a un juicio de carácter penal al presunto violador, y en el mejor de los casos designar a un nuevo fiscal, que posiblemente encuentre los elementos de convicción necesarios para iniciar un juicio penal en contra de dicho presunto violador.  

Si tuviera que elaborar el perfil de un violador de niños con mis modestos conocimientos de la conducta humana, me atrevería a decir que posiblemente ese violador también fue violado cuando fue niño, y su comportamiento obedece a la ejecución compulsiva de una venganza despersonalizada por la humillación sufrida. Es un sádico porque disfruta con gran placer del dolor físico que siente la victima de su repugnante acto, y del sufrimiento que manifiesta el niño que está siendo sometido con mayor o menor violencia a un acto sexual que Él no consiente y que tampoco comprende por la inmadurez de su conciencia. Es un criminal que actúa con astuta premeditación  y cobarde alevosía, ya que conoce los hábitos y la rutina de sus víctimas, y sobretodo porque está seguro que su ataque no tendrá una respuesta física que ponga en peligro su asquerosa existencia.

Ese pervertido criminal  le ha robado su inocencia y su ternura a esos niños, les ha quitado su hermosa sonrisa y su alegría, les ha humillado su incipiente hombría, les ha estigmatizado para siempre, les ha profanado sus  cuerpos  y les ha perturbado sus mentes, les ha causado una herida que nunca sanara en sus vidas.

Ese abominable delincuente ha herido el orgullo de los amorosos y solícitos padres de esos niños, les arrebato los sueños hermosos de tener hijos sin perturbaciones emocionales, los ha sometido al peor escarnio de una sociedad hipócrita y clasista, y además les cerceno su derecho  de ser padres  felices.

Ante hechos viles como este, recuerdo de mis clases de Historia Universal en Bachillerato, el código del rey Hammurabi de la antigua Babilonia. De acuerdo al principio de la ley del Talión se aplicaba “Ojo por Ojo y Diente por Diente”. Esto implica infligir al infractor el mismo daño que ha causado.



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Winston A. Lozada C.

Militante marxista- leninista

 winstonlozada@gmail.com

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