Sociología de la Guarimba en el Principado de Lechería

Como las clínicas y los consultorios médicos privados se montaron para un mercado cautivo, nada más natural, que muchas de las clínicas y consultorios privados en la zona metropolitana del estado Anzoátegui estén en el principado de Lechería.

La tarde de este miércoles 21/06/2017, tuve que acudir a una consultorio de Lechería porque tenía un cita previamente acordada con el médico para atenderme uno de mis “achaques”. Confieso que hice todo un tour intentando entrar a Lechería y de ese tour, me quedó esta visión sociológica que hoy tengo de una guarimba en el principado de Lechería y la ineficacia del TSJ.

Un primer anillo que me impedía llegar a la cita médica, se concentraban en varios puntos contralados por la policía del principado. Pedía una explicación para que te permitieran entrar con el carro y todos tenían ya una justificación muy aprendidita de memoria. Te decían: “no se puede pasar porque hay muchos guarimberos".

Logré entrar a uno de los santuarios comerciales de este principado, conocido como “Plaza Mayor”. Ahí dejé el carro y me di ánimos para caminar unos tres kilómetros. En ese trayecto, atravesé tres puntos de guarimbas. Cinco personas tenían trancado el primer punto. Tres estaban encapuchados y dos exhibían sus rostros frente a esta dictadura. Tres eran adolescentes y tenían sociológicamente apariencia de pobre y eran pobres. Eso lamentablemente se ve, concentrando la vista en algunos rasgo y vestimenta, porque la pobreza es una consecuencia de un modelo, que produce una apariencia con un prototipo.

Pasé ese punto y me encontré con otro como a 400 metros. Había como siete guarimberos con el mismo prototipo. Este grupo tenía asistencia técnica ofrecida desde una camioneta que un pobre no puede tener. Estaba una mujer con el rostro visible y dos menores y me pregunté: ¿Será que en este principado tienen la opción de un combo familiar para las guarimbas? Observé que había mucha empatía entre la mujer y los dos chamos.

Más allá de este segundo punto, había otro con igual característica. Pasé todos los puntos y pude llegar a la cita y era el paciente 8. Multiplique 8 por 25 y me dije: este “compatriota” se meterá fácil 200 mil y de la media hora que me dedicará, se tomara 15 minutos para “explicarme” los rasgos de esta crisis y de esta dictadura. No me pelé.

Mientras esperaba y como ya me había montado la idea de esta visión sociológica de la guarimbas y los guarimberos, estuve atento oyendo los comentarios y anotando. Un paciente de la cuarta edad como yo, dijo esto así y dirigiéndose a mí: “Las guarimbas amigo parecen que cansan y molesta pero es una lucha necesaria”. Como intentaba elaborar una visión objetiva sobre la guarimba; la norma investigativa me impedía opinar para hacerle honor a un paradigma epistemológico.

Al rato, otro señor nos habló de lo necesario que eran y de que la solución pasaba por enviar mortales al más allá. No lo sostuvo así, pero fue la forma como subjetivamente, lo registré para no complicarme la vida o ver la situación desde otro ángulo.

Conclusión de esta versión sociológica de la guarimba en el principado de Lechería: 1) Los pobres son el ejército de las guarimbas. Esto tiene su explicación que ahora dejo a un lado, 2) Es muy normal hoy en Venezuela, que una persona de apariencia decente, esté con la idea de liquidar a los otros para salir de esto 3) No entiendo esa pendejada del TSJ de advertirle a los alcaldes, que hicieran respetar el libre transitar y 4) Menos entiendo, que ese derecho que me quitan, lo hagan pobres, que aspiran tener una Venezuela libre.





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Claudio Dominguez


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