Reflexiones ingenuas

Maduro y sus colectivos del infierno

Hasta cuando el "Tirano Maduro" seguirá utilizando el terror para mantener su dictadura en Venezuela?

Ahora utiliza los malditos colectivos del toño para agredir, amedrentar, aterrorizar a la población, al pueblo. Y lo peor, para agredir, asesinar a los demócratas opositores, a los pacíficos luchadores por la libertad de Venezuela, a los honorables diputados de la gloriosa Asamblea Nacional, entre otros.

Los colectivos son la reencarnación terrible de aquellos Círculos Bolivarianos que por los años 1999, creados por el otrora dictador Hugo Chávez, impulsaron el proceso constituyente que culminó con la imposición a la fuerza de la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de clara orientación castro-comunista con la cual se validó las invasiones, el terror contra los partidos democráticos, contra los comerciantes honrados, contra los empresarios laboriosos, solidarios y filántropos.

¿Cómo es posible que los “chancletuos”, “los esdientaos”, los “malolientes” habitantes de los cerros, de las barracas vayan agrediendo, golpeando, disparando contra los “hijos de papá”, contra los abnegados estudiantes universitarios, los elegantes hijos de la clase media y alta organizados para luchar pacífica y civilmente contra el régimen dictatorial que nos oprime, que nos impide manifestar pacíficamente, de opinar contra la falta de los derechos de los ciudadanos en que nos tiene sumergidos el verdugo Maduro?

Al igual que los Círculos Bolivarianos, los colectivos, armados por el gobierno nacional por órdenes de Maduro, han atracado ciudadanos, asaltado comercios, saqueado almacenes, incendiado vehículos, transportes públicos, clínicas, han asesinado opositores. Han amedrentado a militantes y simpatizantes de los partidos opositores.

Los colectivos continuado con las invasiones, con la contaminación de los espacios urbanos por culpa de su maloliente presencia, con su color de piel, han “infectado” la atmósfera del espacio venezolano con el hedor a “aguas putrefactas” emanado de sus chancletas, de sus pies descalzos, han esparcido el “virus” de la flojera a lo largo y ancho del país con su perniciosa conducta de pedir, de robar, de bachaquear, de vivir en viviendas asignadas por el estado, de organizarse para que el estado les dé medicinas, comida, transporte gratis.

Con el derrocamiento de Maduro deben erradicarse, deben desaparecer para siempre los colectivos, deben eliminarse como sea, ya que ellos serían las semillas de nuevos procesos políticos que pondrán en peligro el futuro de la democracia por venir. El cáncer se elimina extirpando sus raíces.

La Asamblea Nacional debe corregir, eliminar, desaparecer aquellas leyes, decretos, que permitan la organización de los habitantes de las barriadas, aprovechando la mayoría parlamentaria y el apoyo de la Fiscal General y sus aliados. Y también de una “izquierda” desteñida que apuesta a la “vuelta” de la democracia representativa y al régimen de libre comercio.

El problema es que hay un pueblo que todavía está por batallar. Ahí está “la tranca”.
Hasta la victoria siempre. Venceremos


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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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