A pesar de las diferencias que pueda haber en materia policial, nadie duda de que la base fundamental en la formación de un buen oficial está en la educación, de hecho, en eso trabaja con mucho ahínco la comisión nacional para la reforma de los cuerpos de seguridad.
Indudablemente, que paralelamente a la formación, los funcionarios deben tener salarios y beneficios que les permitan mantener una vida digna en consonancia con su labor, con el riesgo que implica enfrentar la inseguridad en un momento determinado.
Aunque, en mi criterio, sin educación, un agente así sea bien remunerado no puede hacer una labor profesional efectiva, al servicio de la comunidad.
Sin embargo, hay que reconocer que al respecto se han intentado significativos esfuerzos, de cara a formar ese efectivo moderno, integrado a las comunidades, sólo que los resultados han dejado mucho que desear.
Recordemos -pues no hace tanto tiempo-, eran numerosos los policías que ni siquiera sabían leer. En varias oportunidades, dada mi condición de reportero de sucesos, abrí el libro de novedades de cualquier destacamento y era casi imposible descifrar los escritos de la noche y el día anterior. El funcionario que estaba de guardia apenas dibujaba las letras.
Y es que cualquier persona que no encontrara trabajo y tenía un amigo en algún destacamento, movía las influencias, le entregaban un uniforme y le asignaban la chapa y el revólver.
La situación llegó a tales extremos, que ser agente del orden público era prácticamente una deshonra en este país, tanto que en algún caso escuché decir a un padre severo: “A mi no me importa que me traigas a un novio moreno, pelo malo, chiquito, gordito, barrigón, calvo, como quieras, pero jamás te busques a un policía”.
Algo increíble, pero sucedía y creo que sucede. Uno de las labores más dignas es la del policía, pues debe ser un honor tener en las manos el bienestar y la confianza de toda una población.
Por supuesto, -y esto también debe decirse- aún con la corrupción, con esos uniformados que usan la chapa y la pistola como cheques conformables, existió el verdadero agente, el policía de corazón, que se expone a morir sin escatimar en esfuerzo.
Ese tipo de hombre se ha mantenido y luchado por la institución que representan. Eso es innegable. Hoy en día se otorgan incentivos a los egresados de universidades e institutos universitarios, a fin de motivarlos a ingresar a los cuerpos de seguridad y eso, en algunos casos, son acciones de buena voluntad en la búsqueda de un servidor público que llene las expectativas.
Pero debe admitirse, que no se logran los objetivos. No se llega a esa suerte de policía ideal. Así lo demuestra la ola de crímenes que sacude al país.
Igualmente se coincide en que la labor de este servidor no debe ser vista como un oficio, sino como una profesión que amerite de una óptima educación superior, en aulas universitarias.
Sabemos que las universidades participan en el proyecto de reforma, pero queremos que lo hagan, para que en el tiempo necesario tener, por decirlo de alguna manera, a un licenciado en Ciencias Policiales patrullando nuestras calles, con una clara y fructífera formación humanística. No un oficial con un curso de meses, porque los profesores tampoco hacen milagros.
Sí los aspirantes son técnicos superiores, existen las equivalencias, pero debe optar por su cuero`echivo. Hay que acabar, repito, con esos llamados cursitos para hacerse policía.
Quizás esta sea una idea descabellada, pero si lo que pedimos es un funcionario especializado, de rica capacitación profesional, pienso que podría estudiarse tal viabilidad.
Pero ¡Ojo! no que los docentes vayan a un centro de enseñanza y armen esos mamotretos educativos para salir del paso, sino que los aspirantes acudan con sus libros a las universidades o a las academias, como lo hacen estudiantes de ingeniería, arquitectura, derecho, medicina, economía, periodismo…
De todos modos, esto sólo es una propuesta consciente de la búsqueda de soluciones, porque con esta inseguridad, no sabemos que tanto podemos vivir para ver los resultados de esa reforma.
*Periodista / albemor60@hotmail.com