Según Filón de Alejandría el gobierno de Poncio Pilato se caracterizó por su corruptibilidad, robos, violencia, ofensas, brutalidades, condenas continuas sin proceso previo y una crueldad sin límites.
Pero aparte de ese catastrófico desempeño como gobernante del prefecto de Judea más conocido en la Historia, en opinión de un historiador de nuestros tiempos como José Antonio Pérez-Rioja “Pilato se ha convertido en un símbolo tradicional de la vileza y de la sumisión a los bajos intereses de la política”.
El acto de “lavarse las manos” pretendiendo exculparse de la injusta condena contra un inocente no libera moralmente al prefecto de Judea ante el crimen que se cometió contra Jesús, especialmente considerando que el cínico prefecto era consciente de la inocencia del inculpado.
Mal puede Poncio Rafael Pilato Ramírez aparecer lavándose las manos en la crisis que padecemos, cuando todos saben que tuvo por años altas responsabilidades en el gobierno. Incluso respaldó la gestión gubernamental, más allá de que ahora aparezca, como el procurador de Judea, descargando culpas y condenas en otro.
Ha dicho que los cercanos de “Herodes” se enriquecieron y a su vez pide a muchos de ellos que lo respalden, ¿quién entiende a este émulo del procurador romano que no impidió la injusticia cometida contra Jesús de Nazaret?
Entre Herodes y Pilato, prefiero al primero que al segundo. Que nadie que tenga las manos manchadas pretenda aparecerse ahora como inocente ante el pueblo.
Ya bastante tiene el chavismo con la torta que puso la Luisa Marvelia, esa que ahora se presenta como la impoluta, víctima de la tiranía de Maduro, después que se mantuvo por años apoyando al gobierno y a las instituciones que mal pone ahora acusándolas de quebrantar el estado de derecho.
Ya veremos a este émulo de Pilato acercándose a quien pudiera llegar a ser su Claudia Prócula, quizás hasta les conviertan en santos como hizo la iglesia Etíope con los personajes verdaderos, según algunas versiones históricas existentes.