La utilización de niños como “armas” políticas

Desde la apología al linchamiento de personas identificadas con el chavismo hasta la promoción de niños que fueron utilizados como escudos humanos en medio de las violentas protestas de la oposición, la camada de periodistas identificados con esta tendencia han dado una nueva muestra de miseria política, cuyo ánimo en el fondo es desprestigiar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Desde el año 2015 con un montaje dirigido a escandalizar a la opinión pública sobre el supuesto secuestro y robos en Chacao hecho luego dilucidado por una mujer ecuatoriana que confesó haber recibido un pago por la falsa denuncia, marcaría el uso de niños como método de propaganda y operaciones psicológicas. El uso y abuso de los niños para medios y periodistas opositores ha recrudecido durante estos últimos dos años y vincula directamente a corresponsales extranjeros de medios de gran audiencia global como CNN, New York Times, Efe y Associated Press como parte de una campaña cartelizada para influir negativamente en la percepción internacional sobre el Gobierno venezolano, utilizando como marco la narrativa de "crisis humanitaria" y de sustento a las llamadas "líneas de persuasión psicológica" elaboradas por la OTAN.

En 2016, CNN y Caracol de Colombia utilizaron una la entrevista de una mujer con tres hijos en Caricuao, en el marco de un reportaje apoyado por la organización católica Fe y Alegría que hace vida en la localidad, para fabricar un cuadro de hambruna y desnutrición infantil. Días después de la entrevista, Leydi Bermúdez afirmó que su declaración fue manipulada así como la supuesta precariedad extrema en la cual vivía. Corresponsales como Hannah Dreier (AP) y Nicholas Casey (NYT), en el mismo lapso de tiempo, se encargaron de fabricar reportajes con base a cifras inverificables de ONGs y dirigentes gremiales cercanos a Voluntad Popular, para ensanchar las operaciones informativas con base al alto índice de muertes en los niños venezolanos. Una clara maniobra de intoxicación mediática dirigida a sensibilizar a la audiencia internacional con el relato de "Estado fallido" que propugna desde 2015 una intervención contra Venezuela.

El punto clímax de estas operaciones de propaganda, que ya no se limitarían al frío contacto de las redes sociales, fue la utilización de niños como escudos humanos por parte de grupos violentos opositores durante cuatro meses de disturbios en Venezuela. La violación de los derechos infantiles puesta en el terreno.

Otro ejemplo es la transmisión del programa radial "Calma Pueblo", transmitido por la emisora La Mega 107.3 FM y dirigido por los periodistas y comediantes opositores Verónica Gómez, José Rafael Guzmán y Manuel Silva, donde un niño identificado como Alejandro, siete años de edad, del estado Nueva Esparta fue utilizado para realizar propaganda antigubernamental.

Además de ser tratado con tono de burla, al niño le preguntaron sobre la presunta escasez de gasolina en el estado y qué llevaba de desayuno a la escuela, con una clara tendencia a representar una escena de hambre y desnutrición. Una forma de coaccionarlo y denigrarlo públicamente.

Contrariamente a lo que esperaban los conductores, el niño respondió con inocencia a las preguntas dejándolos descolocados. Al no recibir las respuestas esperadas, en una escena miserable se burlaron de él utilizando respuestas con doble sentido, afirmando que era homosexual y exponiéndolo al ridículo en público.

Por esta transmisión Conatel, ente rector del Estado venezolano en materia de comunicaciones, decidió abrir un procedimiento administrativo contra la emisora por violar la ley de responsabilidad social en radio y televisión sobre uso de menores. La entrevista también violó el artículo 65 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente que versa sobre la prohibición de divulgar datos e informaciones públicas que pudieran lesionar la reputación del niño.

Una muestra más de la estatura, capacidad técnica y legado para el futuro del periodismo venezolano de tendencia opositora (apátrida), formado en las mejores universidades privadas del país: utilizar a un niño, burlarse de él y humillarlo para ganar rating dentro de la audiencia opositora, cuyo fondo en esencia es arremeter contra el gobierno legítimo y constitucional de Nicolás Maduro.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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