Los altos jerarcas de la dictadura, desde Nicolás Maduro hasta sus más acérrimos colaboradores y voceros, como el canciller Jorge Arreaza, justifican la tragedia que vive el pueblo venezolano con el comodín de las "sanciones y la guerra económica". Ese discurso se ha convertido en la excusa oficial ante la ineficiencia, la corrupción, el desabastecimiento, la hiperinflación, el incremento exponencial en los índices de pobreza (que ronda el 90 %), la debacle de PDVSA, la destrucción del bolívar y, en general, el caos en el cual se encuentra nuestra patria, bajo el peor gobierno del cual se tenga memoria.
Uno de los sectores que se ha visto devastado por la tiranía que encabeza Nicolás Maduro es el de la salud. Pacientes con enfermedades crónicas o graves están condenados a muerte, debido al abandono del Estado en esta área. Nuevamente, el "bloqueo del imperio yanqui" sale a relucir en boca de burócratas quienes, impávidos, son testigos y responsables de un genocidio abierto. De hecho, hace pocos días el "constituyente" Jesús Farías, integrante de la tristemente célebre ANC, afirmó que las sanciones han costado la vida de cuarenta mil compatriotas. Es decir, la dictadura reconoce los fallecimientos masivos de ciudadanos, pero rechaza asumir cualquier tipo de responsabilidad.
Recientemente, el mismo Nicolás Maduro aceptó que varios niños que debían recibir trasplante de médula ósea, perdieron la vida ante la imposibilidad, por parte del ejecutivo, de pagar los tratamientos y las cirugías respectivas ¿la razón? Pues, la única que pueden esgrimir estos irresponsables: el bloqueo y las sanciones de Estados Unidos.
Sin embargo, el mismo dictador, rodeado de militares, en uno de esos actos intrascendentes que buscan demostrar la "unidad monolítica de la Fuerza Armada", firmó un punto de cuenta (en vivo y directo, ante la mirada atónita de millones de venezolanos), mediante el cual asignó ¡cincuenta millones de euros para uniformes castrenses y seis millones de la moneda europea para la construcción de una subametralladora denominada "Caribe"!
En otras palabras, Maduro es incapaz de destinar divisas para niños que las requieren, pero, no le tiembla el pulso para satisfacer el ego (además de unas jugosas comisiones en euros, seguramente) de una FANB que, también, ha dado la espalda a la población.
No puedo imaginar la indignación y el dolor de los familiares de los niños fallecidos, así como el de los seres queridos de las miles de víctimas fatales que ha dejado el madurismo con sus políticas de tierra arrasada. Pero, sí estoy seguro que rechazan, al igual que yo, el otorgamiento de decenas de millones de euros para armas e implementos de guerra, mientras no hay fondos para tratar enfermedades.
Maduro y su grupo han dejado muy claro cuáles son sus prioridades, además de reafirmar lo poco que les importa la vida humana ¿Acaso no existe bloqueo estadounidense para la compra de equipos militares? ¿Es que la vida de nuestros niños vale menos que una metralleta? ¿A esa frialdad la llaman socialismo?
Vaya mi palabra de condolencia y de apoyo a los padres y representantes de los niños que han fallecido por la corrupción, la negligencia y la crueldad de la dictadura madurista.
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