Si tu eres como la mayoría de las personas, al escuchar la frase «la gota que…» piensas inmediatamente en «… derramó el vaso». Eso porque el conocido refrán «la gota que derramó el vaso» es ampliamente citado. Pero como muchos otros refranes, lo tomamos literalmente y no pensamos en realidad lo que pasa detrás de ello. Y ese refrán es un buen ejemplo: culpamos a una gota de lo que ha sido un descuido monumental y una desidia de largo plazo. Miren si no: para que un vaso se derrame por una gota, el vaso debió dejarse lleno por mucho tiempo, en una circunstancia en la que podría rebasar su capacidad con facilidad; en condiciones normales, se debió observar una tensión superficial tan grande que el vaso ya estaba rebasado con un pequeño domo de agua por arriba de su borde superior. Y aún así, nadie hizo nada por mover el vaso. Se esperó hasta que era demasiado tarde. Fin de la cita .Anónimo.
En tiempo real... ¡A pesar del pésimo servicio de internet! A pesar de todo lo malo de todos los servicios públicos venezolanos, ya que en Venezuela nada sirve. Me devuelve la esperanza que las redes sociales a través de los celulares y las PC prendieron las alarmas, y mantengan durmiendo como el Zamuro (Un ojo abierto, y el otro cerrado) a el alto gobierno, y a sus adláteres. Ellos quieren tener a Venezuela pisados con la bota de la ignominia por los siglos de los siglos.
¡Ahora sí!... la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo ¡parece ser la gota que derramó el vaso en Venezuela, y mandó a parar este desastre!... la ‘revolución bolivariana ‘en 20 años nunca ha tenido un enemigo de tal magnitud como han sido en estas ultimas horas, las redes sociales. Y ¿qué le irán hacer ahora? ¿Cómo la irán a torturar o mandarla a prisión? Por lo visto nadie las puede silenciar.
Será este el nuevo partido opositor antes de que los chinos la bloqueen con el 5G en proyecto, las redes sociales puede ser el aliado que arrancará muy pronto y de raíz el totalitarismo estalinista en Venezuela; ya habla todos los idiomas, tiene ojos por todas partes, no silencia nada, vive monitoreando el mundo entero, y saca a la luz publica todo lo que ve.
La muerte de este Capitán desentrañará la mente del venezolano que aún está adormecido con las patrañas basadas en el terror, las mentiras, y las muertes que mantiene a una mafia en el poder usurpado y absoluto del territorio venezolano durante varios años.
En este nuevo crimen tienen que preocuparse, ¿y porque, preguntaran muchos? Tienen que actuar con mucha cautela, porque han quedados desnudos frente a los ojos del mundo. No existirá un ropaje que esconda este nuevo crimen, ni venda que cubra la sangre derramada.
Por supuesto, que no habrá noticias en los medios de comunicación públicos, ni pruebas de este crimen, solo la disidencia con apoyo virtual, y pacífico dentro y fuera de Venezuela es la que actúa. Estos venezolanos en la red ya son considerados una preocupación para el régimen. Ahora son un dolor de cabeza.
Los esbirros y sus secuaces, con este nuevo crimen deberían de estar temblando. No lo podrán disimular. Bloqueando o manipulando cuentas, con información falsa, de líderes de la oposición o de disidentes del chavismo. Trataran de desprestigiarlos. Pero que nunca olviden que Venezuela también es su Patria, y que como represores se niegan a permitir que los venezolanos sigan atados a esta esclavitud apocalíptica en tiempos modernos.
Todos los venezolanos de bien deben remar juntos porque la Involución venezolana no cumpla ni un solo año más de esta tragedia. En 20 años sumergieron al país en la vergüenza de la América Latina, en la destrucción casi completa de su economía. Y ni hablar de la infame, cruel y despiadada deformación de las generaciones de relevo que han tenido que huir del país que los vio nacer, y los que se quedaron no sólo medio viven… sino que a duras penas, subsisten.
Ni las bombas atómicas de de Hiroshima y Nagasaki dejaron secuelas tan horribles como esta peste caída en Venezuela. Pero Japón superó aquella tragedia, y hoy es una de las primeras economías del mundo.
Existen aun miles de venezolanos que temen seguir en el país porque les han hecho creer, mediante la propaganda fascista sostenida que aquí no hay salida posible, que esto es justo y revolucionario. Que en una economía de libre mercado y democrática prevalece la injusticia, y que es el peor de los males, mayor falacia fascista. Hoy en Venezuela los ciudadanos no valen nada, te dejan morir sin atención médica de primera, donde tienes que trabajar como esclavo de comerciantes árabes y chinos, donde tus hijos no serán nadie. Donde los enchufados son ladrones y no piensan en el bienestar de su país. Donde se vive por vivir, y enajenados a chinos, rusos, árabes y cubanos, y que nos aplastarán igual que a la cucaracha de Kafka.
Por qué no cuentan los boliburgueses que tienen a sus hijos estudiando en el imperio y Europa, de los burócratas que viajan, de las bondades del sueño americano y europeo. Donde comer es normal. Donde tener un hijo es una bendición de Dios, y no un motivo de angustia por todo lo que le faltará aquí en Venezuela. Donde la única manera de salir de la pobreza es con tus estudios, tu oficio, o profesión hasta donde tu capacidad, esfuerzo y voluntad te lo permitan.
En el comunismo (ejemplo Cuba 60 años de dictadura atroz) no cuentan los derechos humanos, o de hablar lo que te de la gana, de la libertad para criticar al gobierno, del derecho a hacer huelgas, marchar; y que no irás preso por eso. Donde las elecciones libres para presidente, no son con alternabilidad, y no lo escojas de por vida.
En los gobiernos totalitarios y comunistas nunca dicen la verdad. En democracia y libertad, y con un estado de derecho fuerte nadie te intimida porque no te guste la política. Se respetan todas las opiniones. La educación es formal como existió aquí antes de la revolución. Donde hay precios para todos los bolsillos. Donde progresar economíceme sin robar es legal. Donde la alegría, la diversión y la esperanza no son contrarrevolucionarias.
Tenemos que convencer a todos los venezolanos, que la vida debe estar llena de libertades, y que podemos reconstruir el país sin emigrar, y un pueblo que merece la felicidad eterna. Que nunca más nuestros ciudadanos anden esparcidos por el mundo. Ni abandonar sin pelear la tierra donde nacimos. La tierra que hasta después de muertos nos pertenece.
Venezuela es la madre de todos nosotros. Lleva en sí un espacio para cada cual. Nadie en el poder arbitrariamente, ni ideología alguna puede quitarle el derecho a sus hijos de ser felices, Venezuela es nuestra y de todos los venezolanos. La patria no discrimina a sus hijos porque tengan pensamientos distintos. Una nación como la nuestra cobija, protege y acepta la diversidad. Venezuela es amor infinito e incondicional.
Venezuela recobrará su alegría para siempre, y estos 20 años mal vividos en la angustia serán un amargo recuerdo. Pero, sólo eso, recuerdos. Aprenderemos, después de esta desgracia, a conservar la libertad, los derechos constitucionales. Escribiremos por las redes sociales, el momento de cambio, el rescate de lo que fuimos, y de lo que volveremos a ser como país de prosperidad, y de la democracia que se avecina.