...El Estado no tiene esencia. El Estado no es un universal, no es en sí mismo una fuente autónoma de poder. El Estado no es otra cosa que el efecto, el perfil, el recorte móvil de una perpetua estatización o de perpetuas estatizaciones, de transacciones incesantes que modifican, desplazan, trastornan, hacen deslizar de manera insidiosa, poco importa, las fuentes de financiamiento, las modalidades de inversión, los centros de decisión, las formas y los tipos de control, las relaciones entre poderes locales, autoridad central, etc.
En síntesis, el Estado no tiene entrañas, es bien sabido, no simplemente en cuanto carece de sentimientos, buenos o malos, sino que no las tiene en el sentido de que no tiene interior. El Estado no es más que el efecto móvil de un régimen de gubernamentalidades múltiples. Por eso propongo analizar o, mejor, retomar y someter a prueba esa angustia por el Estado, esa fobia al Estado que me parece uno de los rasgos característicos de temáticas habituales de nuestra época, sin intentar arrancar al Estado el secreto de su esencia, como Marx procuraba arrancar su secreto a la mercancía. No se trata de arrancarle su secreto, se trata de ponerse afuera y examinar el problema del Estado, investigar el problema del Estado a partir de las prácticas de gubernamentalidad.
Michel Foucault – El nacimiento de la biopolítica
Definir al madurismo en su "esencia", es hacer de las palabras de Foucault el sentido más claro de lo que un "Estado" como el que rige a Venezuela carece de sentimientos, y sienta las bases teóricas para comprender como un sistema de tantas perversidades (gubernamentalidades) ha convertido a la plataforma institucional de la otrora patria del Libertador en un contenido de arbitrariedades y cloacas del poder, en la cual no existe precisamente Estado de Derecho como el espacio de equilibrio entre ese "Estado" y los ciudadanos.
Así tenemos, que nunca la diplomacia y las relaciones internacionales de Venezuela habían sido una desgracia y una vergüenza en el contexto de lo que debería ser una agenda de principios y orientaciones geopolíticas en beneficio de la nación, sino por el contrario, lo que tenemos es un montón de charlatanes que piensan que teniendo distintos frentes de batalla de micrófonos y acusaciones contra otros gobiernos, naciones e instituciones es que se alcanza la hegemonía protagónica mundial.
Por ello, mientras Jorge Rodríguez habla de un posible "quiebre" del diálogo que mantiene el madurismo con la oposición en México¹, deja entrever que el "nuevo canciller" es un monigote de las relaciones internacionales, porque el presidente de la asamblea nacional madurista, ahora revestido como "plenipotenciario" asume tales funciones, y describe en un "comunicado" que el fin del diálogo es "devolver a la democracia a factores extremistas y violentos de la oposición", cuando no habían trascurrido 72 horas del infeliz y condenable anuncio de llevar como representante de tal "diálogo" al colombiano Álex Saab detenido en Cabo Verde en arresto domiciliario por presunta corrupción de lavado de activos en el contexto internacional, y ante el pronunciamiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) denunciando nuevamente que el "Estado" madurista carece de independencia judicial, y que son múltiples las violaciones de derechos humanos amparadas en la represión y la tortura sobre presos políticos, al punto que hasta se dieron a conocer prácticas nazis sobre los familiares de quienes se encuentran detenidos por parte del régimen sólo por disentir y tener formas de pensamientos distintas². Y es allí cuando lo que llamó Foucault como biopolítica, adquiere en el madurismo la connotación de "Estado" sin sentimientos y sin importar las formas de poder y toma de decisiones porque el fin, y aquí en pleno contraste a lo que señala Jorge Rodríguez en su "comunicado" es lograr que un país tenga fobia al madurismo con tal de mantenerse en el poder.
En tal sentido, cuando la vertiente de derechos humanos afecta con pruebas y testimonios al madurismo, aparece su principal vocero en términos de "constitucionalidad", como Tarek William Saab, el mismo quien dijo ante las cámaras de televisión, que le estaban violando tales derechos cuando fue buscado por fuerzas represivas en su residencia aquel 12-4-2002, pues en este caso, el "fiscal" general de la República, en vez de anunciar una investigación a partir de los documentados señalamientos, inmediatamente en un ejercicio de confrontación mediática califica el informe de la ONU como "panfleto", es decir, para el garante de los "derechos" en el país, una denuncia de abuso de poder, exceso policial, ausencia del debido proceso jurídico, represión o tortura contra el madurismo es algo así como bazofia lingüística.
Y si lo anterior es parte de cómo el madurismo intenta hacer ver en lo interno ante sus panegíricos políticos que ellos son el "Estado", y aquí sólo vale lo que ellos digan, llegando al punto de hacer ver al multimillonario y capitalista Álex Saab como un "diplomático venezolano" y digno ejemplo de la ética socialista lleno de "ética y moral" que tiene concebidas funciones para hablar en una mesa de diálogo en nombre de millones de connacionales, y convencer al mundo que en Venezuela la violación de derechos humanos no existe, es obvio que los voceros de la "gubernamentalidad" madurista, incluyendo sus defensores en "escritos" – algunos en esquizofrenia senectud -, se convierten en cada una de sus declaraciones en cual Lazarillo de Tormes.
En consecuencia, no resulta casualidad que ante tantas adversidades en el plano del juego político internacional, con una economía destruida en lo interno para la mayoría del pueblo y el propio funcionamiento del "Estado", y aprovechando precisamente que México es la sede de "la mesa diálogo" con la oposición, y buscando obtener una (auto)legitimidad internacional, que le reconoce la nación azteca, Nicolás Maduro, haciendo las veces del jefe madurista, intempestivamente aparezca para la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde seguramente hablará su chachará demagógica de la "autodeterminación de los pueblos" y que va a exigir que se acaben las "sanciones" contra Venezuela, también sería interesante verlo si reclama a las naciones del Caribe el apoyo de éstas – incluyendo a Cuba – a Guyana sobre el conflicto ante el Esequibo.
Por último, suponemos que Maduro también objetará el "panfleto" de la ONU, negando cualquier violación de derechos humanos en su "Estado" y, el que nos dibuja Tarek William Saab, aunque muchos de los presos políticos, como el caso del suscrito haya sido "detenido" sin orden de aprehensión, violando su espacio residencial por fuerzas represivas de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (Dgcim), llevado a un sótano de tal sede, haber sido prácticamente desnudado, obligado a dormir en el piso en una celda de 4 metros cuadrados donde estuve por 25 días continuos – la mayoría de ellos en plena oscuridad - sin derecho a cepillarme o asearme, y cuyos tres primeros días de encierro ni siquiera me suministraron agua y menos alimentos, y obviando mi condición neurológica de epilepsia también sin medicamentos, lo cual me desencadenó una terrible convulsión en el cuarto día que me mantuvo en coma por varias horas, y cuya principal respuesta de uno de sus "funcionarios" fue caerme a batazos por mi "película"; mientras "confiscaron" mis equipos electrónicos sin ningún tipo de sentencia judicial. Pero la "esencia" del "Estado" madurista es el respeto a los derechos humanos, así que cualquier denuncia sobre represión o tortura es como le gusta decir a Diosdado Cabello o el propio Jorge Rodríguez, un "fake news".
En definitiva, la única esencia que tiene el madurismo es el aroma que destila en toda su bazofia política contra los venezolanos, porque hablar de derechos humanos, libertad y democracia para ellos, solo tiene sentido al convertir la Constitución en papel higiénico que ese mismo "Estado" usa en las letrinas de sus "instituciones".
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¹ https://twitter.com/jorgerpsuv/status/1438849499682775042?s=20
² https://www.larazon.es/internacional/20210916/vfn62i7p65aojo33rdurgzmwou.html