Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5.4.
Policía merideña, cientos de Sofía estamos contigo, mujer andina, preciosa merideña, “linda mujer escucha este poema”, mujer valiente, mujer policía.
Entre dientes, Sofía, millones de corazones, te enviamos los primeros compases del himno a la alegría, de Beethoven.
Sofía, en esta época de agobio y persecución que te ha tocado vivir en el mero, mero, ciudad de los caballeros, estamos contigo. (Los hombres también lloramos). La naturaleza creadora, ha sido dura contigo, pero vamos a llenarte de amor, empaparte con ese frío merideño, hasta que logremos desplazar esa pesada masa de materia negativa que hicieron y hacen tu vida triste. Que la luz de tu corazón brille de nuevo, en tu burbuja como hija, madre, esposa, amiga.
Si, amiga ese llanto le pertenece a la historia, igual que “por ahora”, el 13 de Abril, ver hombres llorar por Chávez, hoy lloramos por ti, para que se haga justicia.
Sofía, entendemos que la única religión aceptable para la humanidad, es la que le enseñará ante todo, a conocer, amar, y servir apasionadamente al universo de Dios, del cual tu Sofía eres ese elemento importante.
Sofía, construir el cielo en la tierra, no es fácil, eso es el sueño de nuestro socialismo, seguir de pie, enfrentar a los bandidos con sotana y sin sotana, y derrotarlos.
Más temprano que tarde, el calabozo numero “N”, cerrará su puerta, el preso esta en el infierno, ardiendo, es materia irrecuperable.
De la justicia de Dios, nadie se escapa.
En el mes de la mujer, Sofía, estamos contigo.
lucas82225@gmail.com
