La paternidad irresponsable del presidente paraguayo y la violencia de la mujer

Después de leer el interesante artículo del camarada Eliécer Alvarado referente a la violencia de la mujer, y las recientes revelaciones de la paternidad del presidente paraguayo, Fernando Lugo, me motivé a reflexionar respecto a dos tópicos muy relevantes. El cura de marras tuvo que acceder a reconocer su genética implícita en una criatura de dos años de edad, fruto de una relación con su entonces pareja. De hecho el curita cometió estupro pero eso es un problema muy personal y no vamos a condenarlo pues en esos asuntos es mejor dejar que cada quien se resuelva. Por lo menos no se le conoce por pederasta, como muchísimos de sus ex colegas y ya eso es bueno. En ese caso se confirma lo absurdo de una religión que “castra” a sus “pastores” con argumentos totalmente descontextualizados de la realidad humana y que al final lo que origina son desviaciones psicosexuales y la progenie oculta de algunos clérigos que obedecen al mandato natural de la unión sexual entre hombre y mujer, como Dios manda. “Creced y multiplicaos”. En alguna parte leí eso.

Pero resulta que el señor cura no encaró la situación de su heredero y se desentendió, tanto así que fue demandado por la madre del niño. Por ser presidente de un país no le quedó mas remedio que aceptar la paternidad y responder como debe ser. Eso ocurre en todos los países del mundo y muy repetidas veces. Cada quien que responda ante los divinos y los humanos por sus actos irresponsables.

La otra parte del tema fue muy bien descrito por el Dr. Eliécer Alvarado en sus palabras vertidas en Aporrea. Se habla mucho de la violencia de género masculino sobre el femenino pero lo inverso no se toca. Parece que nos fuimos de un extremo a otro y resulta que ahora somos un país “feminista” y antimachista. La madre como representación del Sagrado Eterno Femenino es intocable. Ella es la que pare varias veces y trae a la luz los hijos del hoy y del mañana. Que nadie le toque los hijos pues verán a una colosa enfrentándose a quien sea y a lo que sea. Ella es la pura y viva expresión de ESO que llaman amor. Hasta ahí todo es perfecto en el análisis.

No hay nada mas difícil que las relaciones entre seres humanos y mas aún cuando se acuestan en la misma cama y viven bajo un mismo techo. Dos desconocidos se aman y se prometen el cielo y las estrellas. Cuando en el ritmo de la convivencia aparecen los elementos psicológicos de la discordia y la disensión entonces las mieles del amor comienzan a enturbiarse. Si al final la relación se rompe por las causas que fueren, cada quien debe seguir su camino en santa paz. Pero el egoísmo, el absurdo sentido de pertenencia por el otro, el rencor, el desencanto, el resentimiento, las ofensas y, el odio, hacen que todo termine en los tétricos tribunales civiles y hasta penales. Nadie es dueño de nadie y al interrumpirse un matrimonio, debemos aceptar la realidad y que cada uno siga por donde le plazca. Hay hombres imbéciles que se creen dueños de las mujeres y hasta llegan al asesinato de su ex pareja. La barbarie pura. También acontece lo contrario. La misma barbarie.

Pero existe la sutil (y muchas veces no muy sutil) venganza de la mujer abandonada. Conozco muchos casos de amigos y parientes (hombres) que se fueron del hogar por las razones que sean, y continuaron cumpliendo con sus responsabilidades del hogar, dándole a sus hij@s todo lo necesario, incluyendo a la madre de l@s mism@s pero sienten en lo profundo de sus corazones la cruel venganza de su ex esposa que toma a l@s hij@s como escudo contra la figura paterna. Les inculca rechazo hacia el padre, l@s envenena psíquicamente y al final el hij@ acaba por repudiar al ser que le dio vida. El daño psicológico que se propaga en esas creaturas tendrá consecuencias en lo inmediato y cuando esos niñ@s contraigan matrimonio (o sea, cuando convivan con una pareja) sufrirán las consecuencias de una cadena de odios sembrados por una mujer que nunca aceptó la realidad y que prefirió darle cabida a un egoísmo enfermizo antes que la paz psicológica de sus descendientes. ¿Adónde acuden esos hombres afectados en su mundo emocional? ¿ ¿Quiénes deben punir a la mujer vengadora y rescatar a l@s inocentes hij@s del laberinto psicoemocional? ¿Qué tiene que decir a esto la honorable ministra para asuntos de la mujer?

efraingran@gmail.com


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Efrain Jose Granadillo


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