Rafael Uzcátegui: "El gobierno no le teme a la derecha, le teme a los revolucionarios"

Rafael Uzcátegui

Rafael Uzcátegui

Credito: Lucha de Clases

La presente entrevista versa sobre los lamentables hechos acaecidos el pasado viernes 18 de septiembre, en la calle Montevideo de la parroquia El Recreo en la ciudad de Caracas, que han sido aprovechados por la alcaldesa de Caracas y otros personeros del PSUV para emprender una campaña de feroces calumnias contra el dirigente nacional de la APR Rafael Uzcátegui, con el propósito de generar un impacto negativo ante la opinión pública, de cara al lanzamiento de las candidaturas de izquierda independiente por la APR a la próximas elecciones parlamentarias. Ante estos evidentes ataques políticos contra la APR, la prensa Lucha de Clases ha decidido entrevistar al camarada R.U. para que nos comente la verdad sobre lo ocurrido.

LdC: ¿Cuáles fueron los hechos precisos ocurridos el pasado viernes 18 de septiembre? ¿Puede comentarnos al respecto?

R.U.: Todo lo ocurrido fue en una calle de la parroquia el Recreo, muy cerca de la Plaza Venezuela, donde ha existido la casa del partido PPT por 24 años. En esta calle también funciona la sede del partido NUVIPA, y se encuentran a su vez a muy pocos metros, tanto la casa del PSUV como la casa de la JPSUV.

Hay un lugar ubicado a 3 o 4 casas de distancia del PPT, en el que funciona un hospedaje administrado por una señora de nombre Concepción, de origen gallego y de 81 años de edad, popularmente conocida como Conchita.

En dicho hospedaje sólo duermen mujeres, y es público y notorio que a cualquier hora del día se detienen carros frente al hospedaje para recoger a las mujeres que allí viven, y luego volverlas a dejar en el hospedaje. Dicho hospedaje siempre ha estado allí, eso me consta a mí y a todos los vecinos que habitan esta calle, y siempre ha existido una relación cordial y de respeto entre las personas que habitan el hospedaje y el resto de los vecinos de la calle Montevideo.

Durante este año han ocurrido ya algunos allanamientos a la propiedad, y la misma señora Conchita nos solicitó que estuviéramos presentes en el lugar, porque cuando la policía ha allanado anteriormente el lugar, se ha apropiado indebidamente del dinero, prendas y demás objetos de valor de las mujeres que allí habitan.

En consecuencia, el día 18 de septiembre en horas de la tarde, miembros del consejo comunal de esta cuadra acudieron a mí porque estaban allanando la casa una vez más.

A la señora Conchita la trajeron los vecinos, estaba muy mal, la policía estaba pidiendo documentos, copia de los registros de la gente que se hospeda en el sitio, la obligaron a buscar dicho libro de registro, a meterse en un cuarto, ella dice que incluso en un momento dado le taparon la boca. Al apersonarme en el lugar tuve la oportunidad de ser testigo de esos lamentables eventos.

Ante un reclamo que le hice a la funcionaria de la alcaldía de la oficina de control urbano, Xiomara Díaz -creo que ése era su nombre-, ella me respondió en un tono bastante fuerte y airado. Los funcionarios me dijeron que yo no tenía que meterme en estos asuntos, y respondí que siempre me había metido en muchas cosas toda la vida, como siempre lo he hecho, y no lo iba a dejar de hacer, porque además los funcionarios se empeñaban en llevarse a la Sra. Conchita detenida.

Yo señalé que si se la llevaban detenida podían provocarle una situación de estrés tal, que a su edad, pondrían su vida en grave peligro, cosa que iba a ser total responsabilidad de los funcionarios de la alcaldía. La Sra. Conchita simplemente regenta un hospedaje de mujeres, y que esas mujeres ejerzan un oficio determinado, es otro problema.

Mientras tanto tenían a las mujeres arrinconadas. Luego me enteré de que a algunas las golpearon, de que a algunas las obligaron a grabar videos, y a otras les robaron sus pertenencias. Incluso, trataron de incriminarme a mí, como si yo fuese visitante de ése lugar, o hubiese estado previamente en el lugar. Yo hice presencia en el sitio una vez que ya había sido allanado y la policía se encontraba allí.

En cierto momento las cosas se exacerbaron. Cuando yo exigí respeto por la Sra. Conchita un funcionario me golpeó en el pecho, me empujaron contra la pared, caí sobre un mueble, me brincaron encima, me golpearon en la espalda y me pusieron una esposa sobre un brazo. No pudieron hacerlo sobre el otro brazo porque lo coloqué hacia atrás, y no lograron agarrarlo.

Acto seguido, al parecer alguien realizó una llamada, porque se prendieron las alarmas. Yo les había insistido en decirles quién era yo cuando uno de ellos insistía en amenazarme. Ese sujeto me insultó y amenazó, hasta que luego decidieron quitarme la esposa, dejándome el brazo inflamado y lesionado, ya que la habían apretado demasiado. Los funcionarios policiales saben por experiencia lo que molestan esas esposas cuando se aprietan en exceso, y además se dejan colocadas por tiempo prolongado.

Finalmente se llevaron detenidas a las mujeres. No se pudieron llevar detenida a la Sra. Conchita. Yo les insistí a los funcionarios a que esperasen al día siguiente para interrogar a las mujeres, como corresponde a la ley.

Más tarde, en horas de la noche de ése mismo día, y durante la mañana siguiente, la alcaldesa de Caracas publicó imágenes y videos en los que se sometió a ése conjunto de mujeres al escarnio público. Asimismo, señaló que yo, Rafael Uzcátegui, me encontraba allí por ser parte de una red de prostitución, y algunos funcionarios alegaron incluso actos de pedofilia involucrados en torno al hospedaje y a mi persona.

Yo conozco personalmente a la alcaldesa. De verdad nunca pensé que podía llegar a cometer actos de tal bajeza, al haberse referido a mi persona de la forma como lo hizo. Le conozco desde que era ella muy joven, durante sus primeros años de militancia, incluso mucho antes de los hechos del 4 de febrero de 1992. Sé de dónde proviene, tenemos muchas amistades en común.

Nunca pensé que pudiese ser una persona tan agresiva y que pudiese someter a otro militante revolucionario a un ataque político de forma tan despectiva y tan feroz, y menos a mí, cuando me conoce tan bien.

Sólo puedo decirle a la Sra. alcaldesa que no le tengo miedo, que no puede asustarme, no puede acorralarme. Tengo una historia de lucha que me antecede. He sido militante revolucionario durante toda mi vida, y distintos personeros y dirigentes, tanto del partido PSUV como del gobierno, me conocen muy bien, y saben a qué me dedico.

Además, cuentan a su disposición con todos los poderes del Estado, en particular, controlan a los cuerpos policiales. Si no me detuvieron anoche, y dijeron que me consiguieron en este sitio ubicado en la calle Montevideo, es porque en realidad no contaban con ninguna base real para acusarme.

Al día siguiente me dirigí a la fiscalía y consigné un documento. Asimismo, solicité al fiscal que cite a la policía y a la alcaldesa. Yo acuso a la alcaldesa Erika Farías de efectuar acusaciones que rayan en el delito, cosa que se ha tornado una terrible costumbre a la hora de hacerlo contra la ciudadanía, porque como funcionario se ha tornado poderosa, aunque con pies de barro.

He tenido la oportunidad de conocer otros poderosos en el pasado. Conocí a poderosos de la 4ta república pero también he conocido poderosos de esta república, que aunque fueron ideológicamente radicales en el pasado, hoy por hoy están al servicio del bloqueo imperialista, negando la posibilidad de los venezolanos de poder comer bien, que vivamos en paz, que podamos tener salarios dignos, que se respeten nuestras conquistas sociales y que se respete nuestra soberanía.

La alcaldesa, que se siente segura y poderosa, y también aquellos que se sienten seguros y poderosos, deben saber que el pueblo no se raja, y que Rafael Uzcátegui tampoco se raja.

LdC: ¿Cree usted que el allanamiento al hospedaje fue algo fortuito, o se trata de un ataque planificado previamente contra un dirigente nacional de la APR?

R.U.: Yo no creo que el allanamiento se haya tratado de un ataque, pero sí sé que tanto la alcaldesa como los funcionarios de la alcaldía sabían que yo me encontraba en el lugar, y no hubo ningún respeto hacia mi persona, aún y cuando ellos sabían bien en qué condiciones yo me encontraba allí.

No sólo me encontraba yo en el sitio, sino también miembros del consejo comunal, que son miembros del PSUV, algunos son responsables del CLAP, participan en mesas de trabajo comunitarias, etc., y han participado activamente durante muchos años en la vida vecinal de esta cuadra.

No hay forma por lo tanto de ocultar los hechos ocurridos. Tanto la sede del PSUV como la de la JPSUV, y hasta una sede del CNE, se encuentran a escasos metros del lugar. No hay forma de ocultar la verdad de lo ocurrido. La propia alcaldesa vive o pernocta a escasos metros de donde ocurrieron los hechos, y no por eso yo me atrevería a decir que la alcaldesa tiene algo que ver con ése hospedaje o con las mujeres que allí pernoctan.

Ahora bien, también tengo conocimiento de que muchos de los vehículos que recogen a las mujeres en ése lugar son vehículos oficiales, son vehículos lujosos, propiedad de personas con dinero y poder, que son quienes contratan los servicios de estas muchachas, todas mujeres adultas.

El caso que se pretendió montar contra mi persona y contra ellas es tan absurdo, que todas las muchachas fueron puestas en libertad. El caso ni siquiera fue presentado ante la Fiscalía General de la República.

Todas ellas regresaron al hospedaje en horas de la madrugada, e incluso a algunas fueron obligadas a declarar en mi contra para incriminarme, como si yo fuese parte de la organización para la que ellas trabajan, y mediante la cual ellas ejercen su oficio.

Yo en lo personal reitero que no tengo nada que ver con el trabajo de las muchachas, y, aunque tampoco podría decir que lo ocurrido fue un ataque urdido contra la APR, creo que la alcaldesa se aprovechó de la coyuntura electoral, porque yo ni siquiera la estaba acusando. Yo señalé que su policía me golpeó, me golpeó en el pecho y la espalda, me apretó las esposas y como consecuencia de ello ahora tengo un brazo inflamado.

Es decir, fui agredido, golpeado, sin ninguna consideración, y hasta el momento no he recibido ninguna disculpa ni ninguna llamada por parte de dirigente alguno del PSUV. He recibido muchas llamadas de amigos dirigentes y militantes de organizaciones de izquierda en el mundo, he recibido la solidaridad de muchas personas en Venezuela, incluso me han visitado en la casa nacional del PPT, y los vecinos me han manifestado su agradecimiento por no dejarme acorralar frente al chantaje y frente a lo que ha accionado la alcaldesa Erika Farías, a quien responsabilizo de cualquier cosa que me pudiese ocurrir.

Honestamente nunca pensé que la alcaldesa fuera a actuar así, pero pareciese que el poder la ha hecho arrogante, voluntariosa y muy agresiva, muy agresiva, cosa que su partido y el propio presidente de la república debieran advertir. Una ciudad como Caracas no puede estar en manos de alguien que actúe con tal irresponsabilidad.

Alcaldesa, no siga administrando esta ciudad, yo no le tengo miedo, usted no me asusta ni su policía tampoco, pero espero poder vivir como he vivido, dignamente y como un revolucionario.

LdC: ¿Por qué se están incrementando los casos de ataques contra dirigentes de la APR? ¿Por qué el gobierno teme que la APR se desarrolle como una fuerza política en Venezuela?

R.U.: El gobierno no le tiene miedo a la derecha, ni a la extrema derecha ni a la centro derecha. Le teme a los revolucionarios. Le temen a la dignidad, a la firmeza en los principios, a aquellos camaradas que son honrados, en los que prevalece la ética revolucionaria, y es por eso que actúa contra las propuestas electorales alternativas de izquierda, contra los partidos, organizaciones y dirigentes populares. Los criminaliza, los persigue, asalta sus partidos, y creo que a la alcaldesa la sedujo la idea de acorralarme, de tratar de incriminarme.

Parece que ya ha tratado de eliminar de las redes sociales las pruebas de lo dicho y hecho, pero este mundo que es muy pequeño -cosa que demostró la crisis sanitaria del COVID-, y todos estamos comunicados.

Usted incurrió en una acción grave alcaldesa Farías. Usted incurrió en varios delitos al haber agredido a varias personas, y en particular a revolucionarios. En su debido momento usted tendrá que rendir cuentas, y si no, el 6 de diciembre el pueblo le va a cobrar estos delitos.

El 6 de diciembre, los militantes de base de lo que era el PPT, pero que nos hemos mantenido fieles a las tradiciones y principios históricos del partido, vamos a votar por la tarjeta del PCV, incluso miles de camaradas afiliados al PSUV va a votar también por la tarjeta de PCV, y eso es a lo que le teme principalmente el gobierno en estos momentos.



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La fuente original de este documento es:
Lucha de Clases (https://luchadeclases.org.ve/?p=8851)



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