¿Qué son las fuerzas productivas?

Antes de abordar el tema anunciado por el título, permítanme encabezarlo con la siguiente introducción, el cual se refiere a un problema sumamente sensible para los habitantes de esta ciudad de Maracaibo.

Ciertamente, como lo hemos venido diciendo hasta el fastidio, sin que hasta ahora se haya obtenido ninguna respuesta por parte del gobierno, desde el mismo mes de mayo no ha dejado de llover, al punto de que apenas si han pasado algunas pocas semanas sin que este fenómeno, el fenómeno de la lluvia, se haya producido. El resto del año las precipitaciones han sido tan frecuentes y tan abundantes, que ha estado lloviendo intensamente, incluso, dos y hasta tres veces diarias, como ha ocurrido últimamente. Es decir, que hay agua de lluvia por coñazo. De manera que no se puede alegar, para justificar el deplorable funcionamiento de este servicio, la escasez de agua.

Y sin embargo, no joda, pese a que a los embalses no le cabe una sola gota del preciado líquido más, los hogares marabinos siguen padeciendo por la falta de tan imprescindible elemento. Éste ha venido siendo suministrado por la nueva administración de Hidrolago de acuerdo con un régimen que más hostil y violador de los más elementales derechos humanos no podría ser. Pues siete de cada ocho días los hogares permanecen sin agua. Es decir, que estos sólo pueden contar con agua un día por cada ocho (7 sin X 1 con). Cuando con Caldera era 1X1 y en agosto de este mismo año era 1 con y dos sin, o sea, (1X2)

¿ Qué podría explicar esta trágica situación, una terrible calamidad que jamás se había presentado en esta ciudad y que tan funesta ha sido para los habitantes de la misma? Esta tragedia sólo tiene una explicación, y no es otra que la indolencia e incapacidad de un gobierno absolutamente insensible a los problemas y angustias reales de la gente. Absorbido como está por las reyertas cotidianas con la oposición, se olvida, porque no les interesa un carajo, de las angustias y necesidades de nuestro pueblo, por más urgentes y perentorias que estas sean. Esa ha sido la verdad del socialismo chavista que, con la mayor saña e indiferencia, ha estado desde el 2003 matando literalmente de sed a una población de más de 2 millones de habitantes.

¿Qué clase de gobiernos han sido los chavistas que ni siquiera han sido capaces de prestar un servicio tan esencial y básico, tan críticamente imprescindible, como es el agua? ¿Qué tendrá que hacer la población marabina para lograr la normalización definitiva de este servicio en Maracaibo, para dejar de seguir bañándose con potes y totumas, es más, para mantener limpios y aseados los sanitarios, cuando al señor de Hidrolago -ignoro su nombre- le dé la gana de enviar el líquido? ¿Tendrá caso que asaltar de nuevo a Hidrolago e incendiar sus oficinas como ya ocurrió una vez durante el gobierno de Chávez?

LAS FUERZAS PRODUCTIVAS: Nos vemos obligados a hablar de este tema, aunque tal vez no seamos los más indicado para hacerlo, porque aunque parezca mentira existe gente que se autocalifica de marxista y que sin embargo ignoran todo en relación con lo enunciado por el título. Y porque, además, del conocimiento que se tenga de las mismas, o sea, de las fuerzas productivas, se podrá deducir hasta qué punto en un país sub-desarrollado, tan extremadamente atrasado como el nuestro, se podría pensar en la "construcción" de un sistema tan avanzado como el socialismo científico. Tal es el caso de quienes, a pesar de encontrarse poco informados en relación con esta materia, creen sin embargo que semejante exabrupto no sólo es perfectamente posible sino que, además, su viabilidad está fuera de toda discusión o duda. Con lo cual asumen una posición que no se podría calificar de otra manera que de aventurerismo político. De allí que para dilucidar esta cuestión que es de una importancia capital, sea necesario definir qué son las mencionadas fuerzas; fuerzas sin cuyo concurso sería ilusorio, cosa de soñadores impenitentes, pensar en el establecimiento de este sistema, o sea, del socialismo, en ningún país del mundo. Y la mejor manera de hacerlo, según nuestra modesta e ignara opinión, es tratar de explicar qué son, cómo surgen y se desarrollan uno de los factores de primerísima importancia en el advenimiento -en el advenimiento, que no en la construcción- del sistema económico y social más avanzado que se conozca.

En este sentido, tal vez sea conveniente comenzar diciendo que una de las diferencias que separan radicalmente el socialismo del capitalismo es que mientras la economía socialista se desenvuelve de acuerdo con una estricta planificación, la del capitalismo se desarrolla en medio del más completo desorden. En este sistema explotador y rapaz, cada empresario produce de acuerdo con lo que le dicte su ilimitado afán de riqueza y sin tomar mucho en cuenta lo que sus congéneres de la competencia produzcan o dejen de producir. De éstos, sólo les preocupa que lleguen a controlar el mercado y los releguen a un segundo plano, con lo cual sus posibilidades de expansión y crecimiento quedarían completamente anuladas. Por esa razón, siempre estarán pendientes de la aparición en el mercado de cualquier novedad tecnológica que les permita elevar significativamente la producción y la productividad de sus empresas, es decir, producir más con menores costos. Lo que implica necesariamente la eliminación masiva de puestos de trabajo y, por consiguiente, el aumento también del desempleo.

La conjunción de estos dos fenómenos, o sea, la disminución progresiva de la demanda -el desempleado no consume- y la sobreproducción, les puede dar a los capitalistas, y de hecho se los ha dado, resultados ampliamente satisfactorios durante mucho tiempo; bueno, durante todo un período histórico. Lapso durante el cual este sistema capitalista ha alcanzado un impresionante desarrollo. No obstante, ese crecimiento impetuoso del capitalismo encierra una curiosa paradoja. Porque, mientras mayor sea ese desmesurado crecimiento, producto de la constante eficiencia y perfeccionamiento de las fuerzas productivas, más rápidamente se estará acercando a su colapso definitivo y al surgimiento inevitable del socialismo. Hecho que, si no recordamos mal, indujo a los fundadores del marxismo a decir, con una asombrosa intuición, que el capitalismo lleva en su seno el germen de su propia destrucción., y a nosotros que sin capitalismo no puede haber socialismo. ¿Lo leyeron bien, Maduro y Diosdado?

Y ya lo empezamos a ver cuando en el 2008 se produjo en los Estados Unidos el estallido de la burbuja inmobiliaria que arrasó en su estruendosa caída a toda la economía capitalista mundial. Y no se trata de una simple crisis cíclicas o coyuntural. Todo lo contrario, se trata de una crisis de carácter estructural, que está sacudiendo los cimientos mismos del capitalismo a escala universal. El cual más temprano que tarde, en su desesperación por sobrevivir, tendrá que dar pasos a fin de irse adaptando , y no sin intensas convulsiones sociales, a las situaciones cambiantes que afectan la esencia misma del sistema. Cómo será de grave la situación que en estos momentos está viviendo la Unión Europea y Japón, por ejemplo, que para reactivar sus estancadas y recesivas economías, se han visto obligados a establecer los tipo de interés negativos. Es decir, que los bancos, en lugar de pagarle a sus clientes por mantener depositados en ellos sus ahorros y capitales, como es lo que se acostumbraba hasta no hace mucho, ahora son los clientes los que tienen que pagarle a los bancos por mantener depositados en estas instituciones sus recursos financieros. Ahora, ante hechos como estos, la situación de los países del tercer mundo o sub-desarrollados se complican enormemente, por cuanto siendo que la revolución que está planteada en estos momentos en Venezuela es la democrática-burguesa, una revolución liderizada por la burguesía criolla, sería como hasta contradictorio tratar de imponer un modelo que en esencia es capitalista. Pero si no se realiza esta revolución, como hemos visto, tampoco se podrían desarrollar las fuerzas productivas, que son como lo hemos explicado, las únicas que podrían permitirnos salir del atraso y el subdesarrollo.

Sin embargo, a pesar de eso, esta revolución democrática burguesa, histórica por lo demás, es la única opción que tiene el país para salir de una economía rentista y crear en su lugar otra productiva que nos haga menos dependientes de las importaciones. Porque, no obstante haberse hablado mucho de soberanía e independencia, incluso, de la diversificación económica, la verdad es que en este sentido los gobiernos chavistas no han dado un solo paso. Es más, si nos apuran mucho hasta podríamos afirmar, sin que estuviéramos faltando a la verdad, que en relación con el autoabastecimiento de bienes hemos experimentado un notable retroceso. O lo que es igual: que hoy somos más dependientes que nunca.

De manera, que la indiferencia que hasta ahora el chavismos ha mantenido en relación con el tema del desarrollo y la autosuficiencia del país, no podrían ser más nefasta y miope. Entre otras cosas, por demás alarmantes, porque está comprometiendo muy sensiblemente el futuro de la nación, lo cual nos condena a vegetar indefinidamente en el atraso y el subdesarrollo. Pero eso no es todo, porque, además, nos hace sumamente vulnerables a cualquier boicot que desde afuera se quisiera intentar contra Venezuela. Aplicarnos una versión, por ejemplo, del embargo que Estados Unidos mantiene contra Cuba, y al cual no tardarían en plegarse otros países lacayos de este continente.De allí que al ignorar lo que debe ser el objetivo fundamental y estratégico de cualquier gobierno realmente nacionalista y patriótico, como sin duda lo es la superación del infamante estado de sub desarrollo en el que nos encontramos, el chavismo está incurriendo ni más ni menos que en traición a l patria. Una traición que se hace aun más vituperable si se toma en cuenta que ese desdén por colocar a Venezuela entre las naciones civilizadas del mundo, se hace por perseguir una entelequia, una inasible ficción que, como el socialismo, es una farsa grotesca, una farsa acerca de la cual no tienen, para que el asunto sea hasta risible, la menor idea.

Nota: Como se recordará, el presidente Maduro afirmó que el 60 por ciento de los recursos que se recaudaran por concepto de la explotación del Arco Minero se destinarían al gasto social. Vuelve a insistir el Presidente en la regaladera indiscriminada de dinero Esta es una madurada más, porque, ¿adonde conduce esta política derrochadora sino a perpetuar para siempre el atraso y la miseria en Venezuela? ¿A ser siempre un país de tercera o cuarta categoría, que le niega a los nacidos en este territorio el orgullo de ser venezolanos? ¿No es esto un crimen de lesa patria? Pero, además, ¿es esto acaso una política llevada a cabo por revolucionarios que piensen en la grandeza de su nación? ¿Es que acaso lo que estamos viviendo en estos momentos era lo que nuestro Libertador pensaba para nuestro país? ¿Pero, además, ¿para tener esta republiquita miserable fue que él Padre de la Patria sacrificó su fortuna, su bienestar y hasta su vida misma? "Por sus obras los conoceréis", dijo un personaje de un elevado relieve histórico. Y si juzgamos al chavismo por lo hecho en función del engrandecimiento del país, tenemos que llegar necesariamente a la conclusión de que estos gobiernos más que revolucionarios lo que han sido es unos de los regímenes más retrógrados y retardatarios del continente.

La verdad es que el actual equipo gobernante no tiene planteado ni la ha tenido nunca una política de esta naturaleza. A esta gente jamás le ha preocupado la patria. A ellos lo único que les ha preocupado, pese a su retórica patriotera, es cómo mantenerse indefinidamente en el poder, no importa los medios de los que tengan que valerse para lograrlo. Por eso, las políticas que han provocado la quiebra de las empresas de Guayana; empresas que en lugar de privatizarlas para ahorrarle a la nación compromisos altamente onerosos, se les sigue inyectando recursos a pesar de que se sabe que jamás podrán ser recuperados.. Hace poco, a los trabajadores de la siderúrgica del Orinoco se les aumentaron las remuneraciones en un 20 por ciento. ¿De dónde estarán saliendo los recursos para satisfacer esos elevados incrementos de salarios, aumentos a unos trabajadores que por ser los mejores pagados del país ostentan un nivel de vida superior a muchos de la clase media? Por supuesto que no es de la comercialización de sus productos en el mercado internacional, porque debido a los altos costos con los que opera esa planta -a causa precisamente de esos altos salarios-, los mencionados mercados se le han cerrado por completo.

Los Claps: más fue la bulla que la cabuya. Cerca de aquí estuvieron hace mes y medio y a pesar de que la gente los está esperando para volver a comer, no han vuelto a dar señales de vida. Lo que demuestra que los atajos y los vericuetos nunca han dado buenos resultados.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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