Según El Capital (Carlos Marx), el salario es un capital variable, en cuanto que es empleado en la compra de una fuerza de trabajo cuyo uso sea capaz de crear más valor, o sea, capaz de reponer ese salario y además un excedente de valor = una plusvalía.
Sin embargo, si el salario pagara el precio de la fuerza de trabajo, podríamos asimilarlo a una constante, si y sólo si el precio de la dieta alimentaria media suela serlo también.
Por ejemplo, a determinado precio del mercado, el trabajador podría necesitar toda la jornada para crear el valor[1] que representa su salario, y sólo crearía plusvalor cuando esos precios de mercado fueran inferiores. Esta es una delicada imprecisión de la literatura marxistaleninista y de sus seguidores esparcidos por el planeta a manera de "fantasma" donde se recoge el salario como capital variable.
Empecemos por observar que los precios del mercado de la cesta básica suelen absorber íntegramente el monto del salario del trabajador medio. De allí las permanentes quejas y protestas del trabajador de la burguesía, de allí el surgimiento de los movimientos sindicales, de allí las huelgas de los trabajadores, de allí la permanente y tendenciosa pobreza de los trabajadores asalariados.
A propósito, observamos que desde finales de la Colonia Española las ediciones traducidas a lenguas diferentes al alemán e inglés de El Capital (Carlos Marx) las han vendido muy tergiversadas, de allí que es conveniente dudar de todas ellas antes de hacer un avalúo despectivo de esa insuperable Critica al capitalismo.
No obstante, pasemos a considerar por qué es considerado el salario un capital variable, a pesar de que, como precio de la fuerza de trabajo, debe ser constante durante largos períodos, habida cuenta de que los valores de uso de la reposición de la fuerza de trabajo del asalariado medio, como desgaste esqueleticonervomuscular, tienden a ser una constante.
Así, pues, debemos explicar cómo es que, si los valores de uso necesarios para la reposición de la fuerza de trabajo consumida en cada jornada son una constante (representada por panes, carnes, vestidos, zapatos, bebidas, etc.), su valor de cambio = el precio de los valores de uso que cubren las necesidades básicas del trabajador asalariado y "vendedor" de esa fuerza de trabajo, suele apartarse sin ton ni son del monto del salario.
Así pues, nos surge una duda razonable. Sin embargo, este tema continuará, pero dejamos sentado desde ahora que, de hecho [2], los contratos de trabajo podrían estipular que el salario debe alcanzar para comprar, cubrir o adquirir, por ejemplo: tantos panes, tantos vestidos, tantos calzados y bebidas, etc., y hacerlo de tal manera que la cesta básica en especie que reponga las fuerzas invertidas en la jornada sea satisfactoria, sin pasar por las reducciones que suelen sufrir las cantidades de valores de uso cuando sus precios suben y suben sin que el salario vaya indexándose convenientemente.
[1] Cuando decimos valor, necesariamente nos referimos a los dos (2) tipos de valor que contienen las mercancías, esto es: valor de uso y valor de cambio, según la propia teoría recogida en El Capital de Carlos Marx.
[2] En teoría, nuestra Constitución Bolivariana así lo prevé.