"Compra solamente lo que es necesario;
lo que no necesitas es caro
aunque sólo cueste un céntimo"
Séneca
En medio de la profunda crisis de nuestro país, la moneda estadounidense se ha convertido en la espada para pegarnos a la pared, con todas las consecuencias conocidas; un cambio inesperado para la inmensa mayoría de la población, acostumbrada a gastar en medio de un consumismo inducido por el "sueño" americano, desde los Estados Unidos. A esta realidad, se le suman, las costumbres alimenticias, totalmente apartadas de nuestras raíces originarias; la corrupción, y lo más grave dentro de la asfixiante situación, la falta de consciencia, sin esta herramienta tan importante, es imposible estabilizar una sociedad, como la nuestra, para tratar de salir de un atolladero, donde se hunden todas las buenas intenciones del gobierno.
Nadie puede negar los inmensos esfuerzos del Presidente Nicolás Maduro, por tratar de paliar la arremetida de la inflación, sin precedente en nuestro país. Los aumentos salariales se convierten de la noche a la mañana, en apenas un débil soplo, como salido de un recién nacido, antes un monstruo amamantado e inflado desde el norte, por su política de rapiña, apoyándose en la dependencia de muchos años, por demás "enfermiza", con la cual, nos trazan el camino a seguir.
Lo único fácil, dentro de la crisis, es hablar, criticar, guarimbiar, y en última instancia, arremeter con acciones terroristas, sin aportar ninguna solución, tratando de acabar con un proyecto bolivariano, y de esa manera dejar el camino expedito, para definitivamente entregarle el país, al coloso norteamericano, ávido de todas nuestras riquezas naturales, empezando por el petróleo, algo sumamente vital para mover un nación, como los Estados Unidos, donde el consumismo los ahoga, pero siempre resuelven, con los recursos de países muy vulnerables por el entreguismo, y servilismo de sus gobernantes (Santo en Colombia, Pedro Pablo en Perú, Macri en Argentina y Temer en Brasil, por nombrar los más rastreros de este lado) como ha venido sucediendo en los últimos años. La verdadera piedra en el zapato, la representa el gobierno venezolano, con Nicolás Maduro, dándole continuidad a la política, y visión del Comandante Chávez, antes el trato desigual con nuestra moneda.
¿Cuál es la solución antes esta grave crisis económica? Los ejemplos son muchos; unos con más éxito, que otros, por eso, el pensamiento del maestro Simón Rodríguez, toma más vigencia que nunca, cuando decía ¡Inventamos o erramos! No podemos seguir con la soga al cuello, a merced del verdugo. El EURO nace, de mutuo acuerdo para enfrentar la voracidad del dólar, con las políticas mercenarias de la economía norteamericana en toda Europa. Es la consciencia la que priva, antes hechos por demás desiguales. El tiempo le ha dado la razón al comandante Chávez, al proponer con su idea visionaria, la creación de una moneda única de este lado del continente, para enfrentar las desiguales acciones económicas del imperialismo.
Definitivamente la busca de nuevas alternativas está planteado, más, cuando nos encontramos con una realidad muy difícil de ocultar: la tecnología, es usada por DÓLAR TODAY para seguir imponiendo sus intereses económicos, manteniendo el precio del dólar por bolívar, de acuerdo a su conveniencia– a pesar de todos los esfuerzos del gobierno, para contrarrestar esa situación– siguiendo los mandatos de cuanta organización se alimenta con los recursos de países empobrecidos, pero, su principal objetivo es Venezuela por la ubicación geográfica, y por el caudal de recursos vitales para el desenvolvimiento de los Estados Unidos. ¿Qué dicen los economistas antes el planteamiento del gobierno venezolano, para comercializar con otras monedas?
No podemos esperar, ni la opinión, ni el apoyo de la derecha, para tomar una decisión transcendental para el futuro del país, porque sabemos hacia donde miran (salvo algunas excepciones), aunque lo lógico es el consenso. El reto está planteado, y empieza agarrar cuerpo, y amerita una discusión de altura. No podemos dejar al dólar, haciendo, y deshaciendo en nuestra economía, bajo la dirección del imperialismo, y sus títeres. Por lo tanto, lo apartamos con todos los sobresaltos que esto pueda ocasionar, o seguimos montados en la misma carreta, hacía un abismo infinito.