El bachaqueo ISIS-venezolano, obra de la CIA

Las analogías nos permiten apreciar la naturaleza global de las políticas del imperio estadounidense para desestabilizar gobiernos y procurar su derrocamiento, mediante fórmulas no convencionales. El caso venezolano, es digno de estudio, pues a partir de 2014 fue testigo el pueblo venezolano de la aparición de bandas organizadas con un solo propósito: desmantelar las mercancías del comercio formal, productos a bajo costo, para luego ser revendido, esos mismos productos, al triple de su costo. Con ellos, sobrevinieron las famosas colas y el desabastecimiento de los anaqueles pues no hubo alimento, medicamento o producto de aseo personal de precio regulado que se salvara de sus apetencias de obtener mayores rendimientos en su venta en las calles de las principales ciudades del país. Si bien, estas bandas organizadas compraban un determinado bien en un valor A, una vez se posicionaban en la calles para su venta, el valor se elevaba en sus inicios en 2A. El florecimiento del bachaqueo en las calles de nuestro país, motivó un crecimiento exponencial de los precios de venta de los productos sustraídos del comercio formal, ya que al lado del bachaquero se fue pegando como una garrapata, el policía corrupto que le cobraba su comisión para no detenerlo y "robarle" su mercancía. Ahora, el producto se elevaba a un valor 4A. Las hiperganancias que generaba el "negocio" del bachaqueo, motivó en los negocios formales la necesidad de sumarse al mismo, y así nació el llamado "bachaqueo corporativo". La burguesía comercial, no sólo impulsó el florecimiento de esta especie de comerciantes "no convencionales", sino que siempre vio en ellos una masa, surgida del propio pueblo, con la cual enfrentarse contra el Gobierno Revolucionario. Desde sus empresas, la burguesía comercial propició su fortalecimiento, proveyéndolos de suficientes productos para que le sirvieran como marcadores de precios "no convencionales" a sus productos regulados por el Gobierno Revolucionario en protección del pueblo. No existía todavía la web creada por la CIA, para marcar los precios en base a un dólar creado en conjunción con las bandas paramilitares de la frontera colombiana. Hoy, el bachaqueo ha adquirido autonomía de su tronco de origen: la burguesía comercial, y ha comenzado a disputarle espacios, creando en locales sus propios comercios para la venta de alimentos y productos de aseo personal. Ha surgido, una especie de nueva casta comercial: la bachaburguesía comercial, que genera empleos más no paga impuestos, pese a sus enormes ganancias a costillas del propio pueblo a quien le cobra sus productos a precios internacionales, dolarizados.

Se equivocan en el Gobierno Revolucionario, si creen que esa nueva casta parasitaria, engendrada por la burguesía comercial, pudiera contarse como aliada del pueblo del cual provienen. El dinero, no tiene simpatías por pueblo alguno sino intereses, y solo se podrá contar con ellos, solo sí, no se actúa en contrario a sus intereses de obtener máximas ganancias. La inacción frente a ellos, tan solo conduce a su fortalecimiento y al debilitamiento de cualquier política o acción económica, que desde el Gobierno Revolucionario se adelante en protección del pueblo venezolano. En tal sentido, el bachaquero siempre procurará obtener máximo beneficio –cual vulgar burgués- y eso lo convierte en un enemigo natural, tanto del pueblo todo como de su expresión de Gobierno.

En el Medio Oriente, en Irak, Libia y Siria, el gobierno imperialista de los EEUU a través de sus agencias de inteligencia, en especial la CIA, creó, adiestró y armó sus propias bandas de bachaqueros, surgió así el llamado Estado Islámico, Daesh o Isis, según usted prefiera llamarlo. No se trataba de bachaquear alimentos, medicinas o productos de aseo personal, sino una mercancía muy especial: petróleo. Así, conformado como ejército de ocupación, el Estado Islámico dirigió sus acciones –en lo fundamental, a ocupar refinerías y mantenerlas en producción para que el petróleo, que obtenían mediante la ocupación militar, fuera transferido hacia Israel, Jordania y Turquía para su venta a bajo costo. El bachaqueo islámico, complementaba las políticas del fracking que entonces impulsaba Obama, para llevar a la baja el precio del petróleo y, con ello, golpear las economías de Rusia, Irán y Venezuela, tres amenazas -así declaradas por el gobierno imperialista de los EEUU.

El derribo de un avión ruso, por parte de fuerzas militares turcas, obligó al viceministro de defensa ruso, Anatoli Antónov, a acusar al propio presidente Erdogan y a sus familiares, de beneficiarse del negocio ilícito del petróleo bachaqueado por las fuerzas del Estado Islámico. Identificaba entonces, el viceministro de defensa ruso, tres rutas por donde salía el petróleo bachaqueado en cerca de 200 mil barriles diarios para luego ser comercializados en la propia Turquía. Un informe del Financial Times, estimaba la venta del petróleo bachaqueado como la principal fuente de ingresos del Estado Islámico, estimando una ganancia de 1,5 millones de dólares diarios a un costo entre 15 y 18 dólares. "Según el diario británico The Guardian, Estado Islámico creó una sofisticada red de contrabando que lleva sus exportaciones a Turquía, Jordania e Irán. Pese a que el régimen de Teherán combate al Estado Islámico. En ese país, operan mercaderes que compran a bajo precio el petróleo yihadista y lo venden casi cuatro veces más caro. Sami Khalaf, un contrabandista de petróleo y ex agente de inteligencia iraquí durante el gobierno de Saddam Hussein, explicó el negocio del oro negro. "Compramos un tanque de petróleo con capacidad para entre 26 y 28 toneladas por 4.200 dólares. Lo vendemos en Jordania por 15 mil. Cada contrabandista lleva alrededor de ocho tanques por semana", confió al diario británico".

El bachaqueo de petróleo por parte del Estado Islámico hacia Turquía, Jordania e Israel, fue perdiendo incidencia una vez que Rusia, incorpora su Fuerza Aéreo especial a la lucha contra el Estado Islámico. Mientras, EEUU y su coalición pro Estado Islámico, se negó en todo momento a bombardear caravanas de camiones cisternas, transportando petróleo hacia los países vecinos, Rusia no peló una sola caravana con sus cazas Su-34. El avance, y triunfos alcanzados por las fuerzas humanitarias del Ejército Sirio, la Fuerza Aeroespacial Rusa, los Guardianes de la Revolución Iraní, las milicias del Hezbolá y Palestina, marcaron la derrota de esa estrategia de guerra no convencional trazada por el imperialismo de EEUU, Israel, Arabia Saudita, Francia e Inglaterra. Fue, en julio de este año, que el propio Trump dio por culminado el apoyo en adiestramiento y armas a fuerzas supuestamente moderadas del Estado Islámico, por parte de la CIA. De hecho, ha trascendido a la opinión pública, que el director de la CIA, Mike Pompeo, está realizando gestiones -hasta ahora secretas- con el jefe del Consejo de Seguridad de Siria, Ali Mamluk, en función de localizar agentes del organismo de inteligencia imperial, desaparecidos durante estos años de guerra, en que combatieron al lado del Estado Islámico.

En ambos casos, el bachaqueo cumplió funciones económicas. En Venezuela, aparte de desestabilizar la economía nacional propiciar su caos, cumplió un rol de marcador de precios en alimentos y medicinas, siempre al alza. En el contexto del mercado petrolero internacional, el bachaqueo del Estado Islámico cumplió la función de propiciar sobreproducción petrolera, por ende, impulsar a la baja el precio internacional del petróleo. En ambos casos, la mano de la CIA, es inocultable.

El bachaqueo islámico, fue derrotado gracias a la unidad de fuerzas humanitarias de Siria, Rusia, Irán, Líbano y Palestina; convencidos todos, del mal que representaba para la humanidad la pervivencia de la economía imperialista expresada en el Estado Islámico. En el caso venezolano, el bachaqueo –con la honrosa excepción del Estado Bolivariano de Carabobo, su gobernador Rafael Lacava, no ha habido la más mínima intención de atacar ese mal que tanto daño causa al pueblo venezolano. Peor aún, se ha intentado suavizar sus efectos sobre la falsa base de que tan solo el bachaqueo corporativo es quien causa daño a la economía de los venezolanos y venezolanas. Bajo ese burdo argumento, se ocultan cálculos electorales que poco toman en consideración a la mayoría del pueblo venezolano. Si bien, Lacava no tiene a su disposición los Su-37 rusos, ha creado una fuerza tan efectiva como éstos: el carro de Drácula y sus bien intencionados deseos de beneficiar al pueblo carabobeño y proteger sus ingresos. La derrota del bachaqueo, tan solo será posible en Venezuela, si contamos no solo con un Lacava, sino dos, tres, decenas de Lacava. Ganados y comprometidos, en la defensa de los ingresos del pueblo venezolano. Multiplíquese pues, Lacava!!!



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Henry Escalante


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