La asediada ruta de los CLAP

Toda una excelente y rendidora organización productiva, todo un admirable esfuerzo de muchas horas hombre y horas mujer, si consideramos que venimos de una cultura laboral marcada por el desgano al trabajo que caracteriza a toda sociedad capitalista.

Efectivamente, cuando se trabaja para vivir, todo trabajo resulta desagradable en el tamaño de la jornada-cualquiera que sea-, en el tipo de valores de uso que se esté elaborando, en el salario recibido como paga.

Es que el trabajo de los productores de los CLAP es el primer ensayo exitoso de cómo sí se puede vivir para trabajar, una forma laboral que caracteriza el trabajo socialista, el trabajo mancomunado, voluntariamente organizado, a diferencia del trabajo en los equipos de las empresas burguesas donde los apelotonamientos de trabajadores pasan necesariamente por supervisores de lo más insociables.

Para no ser completa, la elaboración de los CLAP debe pasar por largas y sinuosas cadenas de distribución, y he allí donde todavía no se logra alcanzar ni formar una agrupación de distribuidores que vivan para trabajar en estas cadenas distributivas

A diario se descubre nuevas formas de corrupción en el manejo de esta distribución, y las posibilidades de corrupción suelen crecer en la medida que la distribución baja a nivel de las comunidades receptoras o beneficiarias de partida, porque es allí donde la derecha participa porque, por lo general, las comunas o vecindades de todas las sociedades capitalistas son susceptibles de sobornos, de matracas, porque solo así han visto una manera casi exclusiva de salir de la pobreza, y porque en esas "catacumbas" reinan los "caciques" y caciquitos, los bodegueros esquilamadores, pero proveedores a los cuales los pobres del barrio suelen tenerles respeto y confianza de todo lo cual esos caciques bodegueros y pulperos terminan burlándose.

Lo que ocurre con los CLAP en Valencia, sector la Pastora, es proverbial; así lo fue durante la gobernación anterior y todavía sigue dejando mucho qué desear. Hay una perversa escogencia de personas inadecuadas.

10/02/2018 10:00:03 p.m.



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Manuel C. Martínez


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