V.- CAP: El Modelo Neoliberal. En 1989 llega al poder por segunda vez Carlos Andrés Pérez, quien violentamente de una experiencia y un discurso claramente populista intenta implementar desde los primeros días de su gobierno medidas estructurales para desarrollar en el país un modelo económico de mercado basado en los principios de la doctrina neoliberal. Las medidas económicas eran más o menos las mismas que desde principios de la década de los ochenta se venían produciendo en México y en Chile y que a finales de la misma década se generalizarían por todo el subcontinente: privatización, reconversión industrial, disminución del gasto público, eliminación de los aranceles de aduana, liberación de los precios, tasas de interés y de las regulaciones cambiarias, son algunas medidas para liberar la economía y hacerlas más productivas.
Lo cierto es que este modelo que después de seis décadas intentaba sustituir el modelo rentista no fue bien aceptado política y socialmente, cuyo rechazo se manifestó desde los movimientos sociales del 27 y 28 de febrero de 1989 (apenas a tres semanas de haber asumido el gobierno de CAP), en las rebeliones militares del 4F y el 27N de 1992 y en la definitiva salida de CAP de la presidencia el 20 de mayo de 1993. a pesar de la severa crisis política este gobierno celebro haber logrado crecimiento del PTB del 10 % entre 1991 y 1992, haber disminuido la inflación que llegó al 100% en 1989 a un 32.5 en 1992, sin embargo, el PTB cae en 1% en 1993 y la inversión de capital privado se disminuyó en 58 % en 1989y en 135 % en 1990.
Pero quizás lo más importante de señalar en este periodo es que a pesar de las intenciones enmarcadas dentro del VIII Plan de la Nación de lograr el gran viraje y dejar de ser una economía rentista para convertirnos en una economía competitiva y productiva no tuvo resultados. El aparato económico privado no respondió a pesar de los estímulos, quedando la responsabilidad nuevamente en PDVSA y en el sector petrolero quienes asumieron desde entonces un plan de expansión y la política de apertura en esta área, que luego fue profundizada por el gobierno de Caldera. Así mismo los monopolios en vez de verse debilitados toman proporciones gigantescas y sobre todo los vinculantes al capital internacional, así mismo el sector financiero y especulativo se irían a convertir en el de mayor crecimiento en la economía nacional.
VI.- Caldera: Entre el Estatismo y el Liberalismo. En 1993 Caldera llega por segunda vez al poder aprovechando su posición con relación a la coyuntura del 4F de 1992 y a pesar de un discurso populista y de negarse en principio a continuar el modelo neoliberal iniciado por CAP, lo cierto es que la crisis económica, la terrible situación política y social luego de la salida de CAP y en el gobierno provisional de Ramón J Velásquez, al final se ve obligado aceptar los acuerdos con el FMI. En 1994, durante su primer año de gobierno, comienza con la crisis financiera más grande del país producto del crecimiento descontrolado en el gobierno anterior, lo que obligó a que el estado tuviera que asumir la responsabilidad con los ahorristas para lo cual destino casi el 60 % de las exportaciones petroleras de ese año.
Caldera recibe el gobierno con una balanza comercial deficitaria en unos dos mil millones de dólares; las reservas internacionales en 12 mil millones de dólares; caída de la demanda interna en –6.6 %; disminución de la inversión pública en –7.4 %; caída de la demanda externa en 39.8 %; inflación del 46 %; un dólar a 100 bolívares, decrecimiento del PTB en –2.1 %; déficit fiscal del 7%, es decir una crisis generalizada, lo que llevo a ese gobierne a una fuerte política impositiva lo que condujo a que por primera vez después de 50 años los ingresos fiscales no petroleros fueran mayor que los provenientes de esta actividad. En 1994 se produce una devaluación y un control de cambio, cotizándose el dólar a 170 bolívares.
A partir de 1996 con la Agenda Venezuela se da continuidad a la política económica neoliberal, el dólar llega a cotizarse en 1998 a 750 bolívares, la inflación supera la cifra record del 100 % y a pesar del crecimiento en las exportaciones petroleras en PTB cayó en –2 %. Pero quizás lo más criticable del gobierno de Caldera fue la profundización de la política de apertura petrolera que básicamente –a nuestro modo de ver-representa un retroceso a la época del predominio de los grandes trust petroleros sobre nuestra nación, encaminándose hacia la privatización de PDVSA y la disminución intencionada del papel protagónico de la OPEP como regulador del mercado petrolero mundial.
VII.- Chávez: Economía Social y Crisis. Chávez llega al poder con un marcado apoyo de la mayoría de los sectores en pobreza que habían sido marginados históricamente de los beneficios de la renta petrolera, de quienes nunca gozaron de la Gran Venezuela ni del "ta barato", pero también logro aglutinar parte de la clase media que había perdido poder adquisitivo en los años 80 y de un sector de la burguesía nacional que solicitaba protección de la competencia desleal producida por el modelo neoliberal. Evidentemente el gobierno de Chávez estuvo marcadamente inclinado por las decisiones de orden político, aprovechando la alta popularidad y el descontento hacia el sistema político tradicional. El desarrollo de la micro empresa, las leyes habilitantes, fundamentalmente la Ley de Tierras, así como el desarrollo de instituciones como el Banco de la Mujer, el Banco de los Pobres, denotan una marcada intención, aunque con muchos desaciertos y graves problemas técnicos gerenciales a iniciar una economía social de carácter popular para enfrentar los tradicionales grupos monopólicos que han controlado la riqueza del país.
Sin embargo, a pesar de haber logrado un relativo control del proceso inflacionario, de las reservas internacionales y del papel protagónico de la OPEP a nivel internacional, y de esta forma garantizar una estabilidad en el precio del petróleo (que a finales del gobierno de Caldera había caído a niveles de 10 a 12 dólares) debe señalarse que la inversión privada interna y externa se han visto profundamente disminuidas. Aunque es necesario tomar en cuenta en esta crisis la manifiesta posición política en contra del gobierno por parte del empresariado. Así como se reconoce que el crecimiento de los agregados macroeconómicos en el segundo gobierno de CAP se vio perjudicados por los intentos de golpe de 1992 no es menos cierto que la postura política del empresariado venezolano ha incidido en la crisis generada a partir del año 2002.
Sin embargo después de 20 años de gobierno debemos preguntarnos: ¿Cuáles son las transformaciones radicales que en el ámbito económico se han producido?, ¿Por qué a pesar de un discurso y posición política que reivindica la soberanía, el nacionalismo, el antiimperialismo, seguimos dependiendo del comercio con los grandes centros hegemónicos?, ¿Por qué a pesar de la novedosa Ley de Tierras y de tanto dinero inyectado a la pequeña industria, el incentivo a las cooperativas, seguimos dependiendo casi absolutamente de las importaciones, nuestro aparato industrial no crece, por lo contrario se deprime cada vez más, la soberanía alimentaria no pasa del discurso?. Nadie deja de reconocer que hasta el 2012 la pobreza desacelero rápidamente, pero muy distinto es lo ocurrido desde 2013, y no todo es culpa de la caída de los precios petroleros, la ineficiencia, el populismo y la corrupción campean.
VIII.- Más allá de la Crisis Económica: El Renacer Político y Cultural del Venezolano. En muchas oportunidades hemos señalado que a pesar de la terrible situación que cíclicamente se ha venido produciendo en Venezuela durante los últimos 35 años y a pesar de la imposibilidad del surgimiento de una economía no dependiente de la renta petrolera, sin embargo; son notorios los avances que desde el punto de vista político y cultural hemos logrado. El venezolano de hoy, a pesar de su mayor empobrecimiento, no es ni remotamente parecido al de hace 35 años atrás.
Esa sociedad pasiva, adormecida por la renta petrolera, consumista, controlada políticamente comenzó a despertar precisamente como producto de la crisis. No es casual que los primeros movimientos exigiendo las reforma del estado, la descentralización, la participación, las elecciones de gobernadores y alcaldes se dan en pleno auge de la crisis y precisamente por la resistencia a los cambios de los tradicionales poderes económicos y políticos se genera un desbordamiento social a partir del sacudón de 1989,de los intentos de golpe de 1992, de las turbulencias sociales después de la salida de CAP en 1993, de una población que puso su confianza en Caldera, que fue traicionada, que nuevamente la delego en manos de Chávez en 1998 y para algunos fue nuevamente traicionada así como para otros continua la esperanza de cambios.
Las nuevas organizaciones sociales y políticas de una sociedad cansada del predominio del bipartidismo adeco-copeyano durante 40 años son demostración del cambio. Así mismo a pesar de la politización, la conciencia de clase asumida por la sociedad venezolana, lo que para muchos ha llevado a una polarización peligrosa de la sociedad, sin embargo, aún se mantiene un grado de tolerancia y civismo que nos ha impedido entrar a la terrible situación de una guerra civil. Soy de los que creo que aún falta mucho para constituir una verdadera sociedad civil en Venezuela, para lo cual hace falta que la mayoría de la población históricamente marginada, tenga acceso no solo a los medios económicos sino a los educativos y culturales que le permitan convertirse en ciudadanos, sin embargo soy optimista al pensar que se logre o no este propósito con el actual gobierno, los venezolanos se resistirán a caer nuevamente en las manos de quienes tienen la responsabilidad de las crisis de las últimas décadas y que a diario cínicamente se nos presentan como los salvadores de la patria.