"A muchos sólo les motiva
el dinero para ser honesto."
Carlo Dossi
(1849-1910), escritor italiano
Napoleón Bonaparte, lo dijo muy claro, y en pocas palabras: "para ganar una guerra, se necesita tres cosas: dinero, dinero y dinero" Este personaje, va a cumplir 200 años de muerto, pero esta expresión está más vigente que nunca, porque una manera de arrodillar a cualquier país, y por consiguientes a sus habitantes es a través del dinero; por algo Basilio el grande, lo llamó ¡El estiércol del diablo!
A pesar de todas estas opiniones, todo el que lo agarran incurso en operaciones ilícitas en contra del gobierno, rápidamente se declara inocente, y para agregarle más sustancia al caldo, dicen que son decisiones políticas, y no faltan los "defensores", para no calificarlos con otra expresión. Lo del banco BANESCO, es para abrir los ojos, en medio de una guerra económica, solamente comparable a la vivida por Cuba socialista, y, sin embargo, se mantienen en pie de lucha, levantando la bandera de la dignidad con valor y determinación.
Banesco, se ha convertido en una entidad bancaria, con tantas sucursales en el América latina, que el principal accionista –origen español– Juan Carlos Escotet, se le vio en algunos portales web, entre ellos (APORREA) con una sonrisa, como quién no quiere hablar, pero al final, habló con menos argumentos, que algunos profetas de oficio–Javier Antonio Vivas Santanas– para sembrar en muchos opositores la duda, y creo que lo poco expresado, es para esperar el desenlace. Al final, Lo único que hizo, fue elogiar su negocio, calificando la acción del gobierno, como injusta, y desproporcionada.
¿Qué dicen los desbocados opositores, cuando se enteraron de la intervención? Porque parte de la respuesta la tienen en varios artículos, y comunicados del gobierno, donde se presentan las pruebas, como agua de manantial, y en algo debe tener la razón, cuando tomó la decisión, y la mayoría de los enfermizos títeres extranjeros no encuentran, que decir, al meterse en un silencio de ultratumba, como si estuvieran escondiendo el excremento, como los gatos. Por algo Cicerón dijo: "Como nada es más hermoso que conocer la verdad, nada es más vergonzoso que aprobar la mentira y tomarla por verdad".
