Sin duda alguna, en el día de ayer, el Presidente Nicolás Maduro sostuvo una importantísima reunión con la Asociación Bancaria Venezolana, y con directivas de la banca pública y privada en el país, con el objeto de establecer mecanismos de diálogos y concertación para la solución de los problemas económicos y financieros que afectan a nuestro país.

Evidentemente, el principal vocero y activo participante de este diálogo junto al Jefe de Estado venezolano fue Arístides Maza Tirado, actual presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela, quien no desperdició la oportunidad de plantearle al ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, la reconsideración de la entrada en vigencia de la reconversión monetaria e implementación del nuevo cono monetario por noventa días más. El propio mandatario venezolano señaló que la cosa no podía ser ni muy muy ni tan tan, y señaló que dicha moratoria debía ser por dos meses. Ante la insistencia de Maza Tirado, el presidente Maduro sugirió una reunión de los equipos técnicos con el Gabinete económico a fin de precisar los detalles, y en un informe a presentarse dentro de 24 horas (para el momento en que escribo estas líneas están próximas a cumplirse) para adoptar la decisión definitiva del tiempo de postergación de la referida medida.

No soy economista ni pretendo serlo, pero este detalle de la solicitud de postergación de la implementación de estas medidas tiene sus bemoles. Ciertamente, el planteamiento de Maza Tirado no es algo inusual ni inocente, puesto que este en ningún momento planteo ni reconoció las mafias bancarias que han vuelto nuestro papel moneda como mercancía, y que nos están ocasionando múltiples problemas en la cotidianidad del ciudadano y ciudadana de a pie.

No obstante, también es bueno reconocer que hubo algo de improvisación a la hora de implementar la reconversión y la entrada en vigencia del nuevo cono monetario. Sin duda la medida es audaz y necesaria, pero los responsables de ejecutar la decisión del ciudadano Presidente de la República muy probablemente no previeron elementos técnicos y situaciones que producto de la entrada en vigencia de tales medidas, hubieran podido ocasionar en el país. La matriz de un eventual caos financiero y monetario como que podía haberse concretado, y le da alas al ataque al enemigo.

Pero más importante del que dirán de los enemigos históricos de nuestro pueblo, está el elemento de la improvisación, falta de seguimiento y evaluación en la implementación e impactos de las políticas públicas. Pareciera que no se está claro en el plan o en los planes ni se está manejando planificación estratégica. Eso es fatal en la gestión de cualquier gobierno.

Por ello, creo que el Presidente Maduro está solo, y requiere del acompañamiento de un verdadero equipo técnico político que lo ayude en las labores de gestión, seguimiento y evaluación gubernamental. Y eso va mucho más allá de ministros, ministras y demás funcionarios de la Administración Pública y del Estado.

Asimismo, Maza Tirado le planteó al Jefe de Estado el aumento de las tasas de interés. Pareciera, y como lo expresa un buen camarada, que sectores en el país ven el gesto de diálogo y amplitud del Presidente Nicolás Maduro como de debilidad. El aumento planteado por Maza Tirado es pasar del 24 al 40%, ya que la actual tasa es poca atractiva y la inflación estaría desbordada. De ahí  a aquellos que podíamos habernos contentado con un aumento en los límites de las tarjetas de crédito, habría que pensárselo muy bien antes de usarlas, ya que un 40% de recargo en las mismas no es cualquier tontería. Sino revisemos el expediente de los créditos indexados y las “cuotas balón” que hasta fueron detonantes de la elevación de la tasa de suicidios en nuestro país.

Sin duda una medida de estas características es el neoliberalismo más puro y recalcitrante ante un Gobierno donde la prioridad es lo social. Le corresponderá al Presidente Maduro y a sus colaboradores más cercanos no dejarse meter este strike de la banca privada en el país.

A este diálogo por parte del Presidente Maduro, y espero equivocarme con esta aseveración que haré, le está faltando el actor fundamental de este proceso político: El Pueblo. Es el que más sufre y la principal víctima de las agresiones que seguimos sufriendo, y las cuales se han incrementado a casi dos semanas de la celebración de las elecciones del 20 de mayo. Entiendo que las lógicas del alto gobierno no son las mismas que de la cotidianidad del pueblo, pero los tiempos de estas últimas avanza de manera mucho más vertiginosa, y de manera demoledora además, a la de las primeras.

Por ello, y antes de que ciertos y determinados demonios y tempestades  puedan desatarse sin ningún tipo de control o contención, es bueno apurar la marcha. El mismo Alí Primera lo señalo en su canción abrebrecha: “Hay que espantar al perro, antes que se eche la miada”.

Tenga cuidado con los cantos de sirena presidente, abramos la brecha y apuremos la marcha. Si no, nos agarrará la noche.